Hay que valorar más a esta leguminosa que reiteradamente aparece en nuestra canasta familiar normada
No es muy conocido que el religioso agustino Mendel descubrió en el siglo XIX las leyes de la genética mediante experimentos de cruzamientos genéticos con guisantes, nombre con el que también se conoce al chícharo, esa leguminosa que reiteradamente aparece en nuestra canasta familiar normada.
Ello significa que el chícharo, al que se le llama además arveja, con su forma pequeña, redonda y de color verde o amarillo, ha hecho una contribución importante a la alimentación y a la ciencia.
Su origen es asiático y fue traído al Nuevo Mundo por los conquistadores españoles.
En cuanto a sus propiedades nutricionales es una buena fuente de proteína vegetal y aporta niacina y otras vitaminas y minerales.
Al combinarse la proteína del chícharo con cereales como el arroz y con viandas se consigue una proteína de mayor calidad, lo que sucede también con las demás leguminosas.
Solemos consumirlo en potajes o purés y este último puede servir de base para una deliciosa sopa de fideos.
Si usted desea probar otro uso del chícharo, le recomendamos la siguiente receta de petit pois:
Utilice como ingredientes 2 tazas de chícharos crudos, 4 cucharadas de azúcar y una de sal. Remoje los chícharos durante una hora aproximadamente y cocínelos en la olla de presión durante 15 minutos para que se ablanden sin desbaratarse. Hierva un litro de agua con la sal y el azúcar. Escurra los chícharos y enváselos en un frasco limpio, cúbralos con el agua antes preparada y esterilícelos en baño de María por una media hora. Esto tiene la finalidad de conservar el producto si no se van a consumir hasta unos días después, pero si se desea usarlos enseguida, se pueden refrigerar sin necesidad de esterilizar. El resultado es el petit pois que tiene además variados usos.
Un dato adicional: en el sitio web del gobierno de México me tropecé con una información interesante: los arqueólogos han encontrado guisantes fosilizados con unos 10 mil años de antigüedad, edad que comparten con el trigo, la cebada y las lentejas, como los primeros cultivos que el hombre habría llevado a cabo.