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El IPK vigilante de la salud

Nuestra llegada al Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí (IPK) coincidió con la conmemoración de su aniversario 88, pero no era nuestro objetivo reseñar el acto donde se pasó revista a los sobresalientes resultados de esta institución con reconocimiento internacional ni hablar de sus más destacados científicos galardonados en el contexto de la celebración.

 

 

Quisimos indagar algunas de las líneas de trabajo del Instituto en una mirada por dentro y para ello, a sugerencia de la directora general, dialogamos con la doctora Sonia Resik Aguirre, Jefa de Departamento de Virología del Centro de Investigación Diagnóstico y Referencia del IPK

Conocimos de un Centro que tiene laboratorios nacionales de referencia reconocidos mundialmente con la condición de colaboradores de las organizaciones Mundial y la Panamericana de la Salud en enfermedades como los arbovirus, polio, virus respiratorios, influenza, y rubeola.

El departamento de virología tiene tres funciones fundamentales, explica la experta, una es el diagnóstico, otra es la investigación y la tercera es la docencia. Agrega que cuenta con una maestría en biología acreditada de excelencia, forman parte del plan doctoral del IPK también de excelencia con varios doctores en ciencia en formación, imparten cursos internacionales, un grupo de sus virólogos pertenecen al comité de expertos a nivel mundial y otro pertenece a los comités asesores de vacunas y de emergencia de la OPS, es en resumen un personal muy preparado.

La doctora Resik nos brinda una definición muy ilustrativa de lo que para Cuba representa el IPK: “viene siendo el Ministerio del Interior del Salud Pública, tenemos que estar un paso por delante de lo que puede entrar al país respecto a las enfermedades infecciosas. Por tanto, debemos que tener preparados los diagnósticos, estar desde el punto de vista profesional muy preparados para poder dar respuesta a esos diagnósticos y además tener a nuestro personal muy entrenado y un equipamiento de primer nivel, así como los estuches diagnósticos que nos hacen falta para adelantarnos a lo que venga.”

Cómo se adelanta uno como virólogo a lo que viene, precisa la especialista, hay que estar atentos a todo lo que la OMS y la OPS están reportando como emergencias, aunque nuestro país no tenga esa enfermedad, porque es la única forma de prepararse. Cuando entró el chicungunya por ejemplo, antes de 24 horas estaban dando el diagnóstico y a las 72 horas contaban con la secuenciación del genoma del virus.

 

¿Cómo el chicungunya se extendió tanto y con tantos síntomas?

La población se hace muchas preguntas, no entienden la rápida extensión de esta afección y como unas personas tienen un síntoma y en otras es diferente.  No hay ninguna enfermedad, explica, en que la totalidad de los pacientes tengan síntomas. En las virales es muy típico que la mayoría de las personas sean asintomáticas, hay un grupo que desarrolla todos los síntomas, otro experimenta tres o cuatro y otro solo uno.

La gradación de síntomas y signos depende no solo del agente que infecta, en este caso el mosquito, sino de la genética del hospedero o sea del individuo que contrae el virus, también está en dependencia de condiciones médicas de la persona, si es hipertensa, diabética, anémica o presenta alguna otra patología y se vincula también al entorno, al clima y otros factores externos que en el caso de las arbovirosis es la presencia del vector.

Hay afecciones que cursan desde el punto de vista endémico, o sea, están siempre presentes en el país, como la gripe, las enfermedades diarreicas, el dengue, se mantienen provocando casos por tanto la inmunidad que la población tiene contra esas enfermedades es mucho mayor. Es lo que conocemos como inmunidad de rebaño. Cuando la epidemia de Covid, en el momento en que el país alcanzó un 60% de cobertura de vacunación y un grupo de personas ya habían enfermado, hubo una suficiente inmunidad de rebaño para que la curva de la enfermedad comenzara a descender.

Nunca habíamos tenido chicungunya, señala la doctora Resik, hubo un brotecito muy pequeño en Santiago de Cuba en el 2015. Ahora se ha extendido porque era una enfermedad nueva y la población estaba virgen de anticuerpos cuando entró el virus y se trata del arbovirus más sintomático.

Un por ciento muy grande de la población tiene síntomas y son muy pocos los asintomáticos. Por eso estamos viendo esa cantidad de casos. Pero como no teníamos anticuerpos, está el vector, está el clima, tenemos todo preparado para que toda la población tenga posibilidades de infectarse.

 

Se dice que hay muchos virus circulando ¿a qué se debe esto? 

Hay infecciones que son estacionales y otras se manifiestan el año entero, por ejemplo, precisa la especialista, las infecciones respiratorias predominan en los meses en que la temperatura es un poco inferior.

 

 

Y en este momento tenemos dos virus respiratorios fundamentales circulando:  la influenza tipo A H1N1 que las personas le ponen el apellido pandémico porque fue la misma que circuló en el año pandémico, pero no significa que no pueda circular ya que cuando un virus llega se queda y sigue circulando; y tenemos el sincitial respiratorio que provoca fundamentalmente daño respiratorio en niños muy chiquitos y en adultos mayores.

Estos virus están en el período del año que les toca. También este es el tiempo de las arbovirosis. Todo el mundo habla del chicungunya porque es el último que entró, pero se olvidan del dengue que también está presente. En el verano hay otros, que son más frecuentes en época de calor, como el rotavirus, el virus diarreico, los enterovirus, no es un fenómeno nuevo, es un fenómeno cíclico que cuando se consultan las estadísticas del país de la vigilancia de muchos años se evidencia que es el ciclo en que se ven estos virus.

No estamos haciendo nada diferente en lo que se hace en el mundo, aclara. Es bueno que la población conozca que tenemos disponibles en virología 18 PCR para responder a 18 diferentes virus respiratorios, contamos con todo el diagnóstico molecular de las infecciones producidas por arbovirus, las que tenemos en el país y las que no han entrado aun, pueden estar tranquilos que el IPK sigue siendo un centro que está a la batalla de las enfermedades infecciosas, lo tenemos todo para enfrentarlo

Otra duda que la doctora Resal despeja: En las epidemias no hay que diagnosticar al 100% de los pacientes, se hizo en la Covid porque era una enfermedad nueva en el mundo, pero en las epidemias de las que ya uno conoce se van  diagnosticando áreas nuevas de introducción de la enfermedad, si se conoce que en un municipio está circulando , con la clínica y la epidemiología se puede determinar el mal que está padeciendo el paciente, sin que necesariamente haya que hacerlo un diagnóstico  etiológico específico con un PCR  que además es muy caro.

En el chicungunya no hay que hacerlo, recalca, es una enfermedad que internacionalmente se conoce, hay que tener confianza de que estamos haciendo lo que se debe hacer, que se le está realizando el diagnóstico etiológico a quien lo requiere, pero no es necesario aplicarlo a la población completa.

 

¿Cuándo usted calcula que los casos comiencen a descender?

Las infecciones producidas por trasmisión vectorial tienen dos componentes fundamentales: el vector y que la población esté inmune, a medida que la población vaya enfermando vamos a tener inmunidad y si el vector disminuye tendremos menor trasmisión y se va a ir bajando la incidencia de la enfermedad.

Son dos elementos fundamentales a tener en cuenta. Una muestra de ello es que Matanzas ya no reporta casos prácticamente y fue allí por donde empezó la epidemia, señala la especialista.

El chicungunya, y se puede leer en cualquier publicación científica, se presenta por oleadas, en este momento estamos en una oleada de infección por esta enfermedad en diversos países del mundo y normalmente no vuelve a aparecer otra y se mantiene baja su circulación hasta que no se acumulan susceptibles y esté presente el vector capaz de trasmitirla. Es decir, no está pasando nada que no esté descrito en la literatura científica.

Hay muchas especulaciones, por ejemplo, el virus del chicungunya no se recombina con nadie, no se mezclan virus respiratorios con arbovirus, son familias virales diferentes y ni se recombinan ni se cruzan. Eso lo están diciendo por ahí y es una mentira, aclara.

Queremos que la población se haga eco de los pronunciamientos que estamos haciendo los científicos, señala, no vamos a engañar a nadie, la vida ha demostrado que el IPK siempre ha estado en la punta diciendo la verdad, y lo hicimos cuando la Covid: los tres primeros casos de Cuba los sacamos nosotros mismos, los informamos y ese mismo día la televisión los dio a conocer.

Siempre vamos a ser muy abiertos, muy honestos, es un principio de la medicina cubana y de los médicos, y nuestra misión es cuidar la salud, porque para eso nos educaron. Quiero que la población confíe en nosotros, que esté consciente de que estamos haciendo todo lo mejor.

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