La Asociación Trabajadores del Estado (ATE) lleva adelante este martes un paro nacional con movilizaciones en todo el territorio y una concentración central frente al Congreso de la Nación a partir de las 11 horas. El sindicato rechaza de plano la reforma laboral que el Gobierno ingresaría hoy al Parlamento, exige la inmediata reapertura de paritarias con recomposición salarial de emergencia y se opone al intento de recorte del 10% en la planta de empleados públicos.
El secretario general de ATE, Rodolfo Aguiar, apuntó directamente contra los gobernadores: “Intentarán imponer una reforma regresiva, pero esta vez el único responsable no será Milei. Los gobernadores son partícipes necesarios, cómplices primarios del mayor ataque en democracia a todos los derechos laborales”.
Y advirtió: “No descartamos movilizaciones nacionales a esos distritos”. Mencionó especialmente al gobernador de Catamarca, Raúl Jalil, a quien acusó de haber hecho campaña “hablando contra el ajuste nacional” y ahora “pretender ser funcional a esas políticas”.
En la Ciudad de Buenos Aires, los trabajadores estatales comenzaron a retirarse de sus lugares de trabajo a partir de las 10:30 para sumarse a la protesta frente al Congreso.
Emergencia salarial y rechazo al achique del Estado
Aguiar denunció que “en los últimos 23 meses hemos perdido más de 33% de nuestro poder adquisitivo” y exigió “una inmediata recomposición salarial”. También cuestionó el plan del Gobierno de reducir un 10% la planta estatal, especialmente en organismos descentralizados como Conicet, INTA, INTI, Anses, Indec, Oficina Anticorrupción, Enacom, Enargas, Enre, Conadis, Coneau, ARCA y Archivo General de la Nación.
“La intención de achicar el Estado un 10% se convierte en una utopía luego de que fueran rechazados por el Congreso los decretos de desregulación de Sturzenegger. No pueden hacerlo. Sería ilegal”, sentenció el dirigente.
La medida de fuerza se realiza el mismo día en que el Ejecutivo prevé enviar al Congreso el proyecto de reforma laboral, lo que ATE considera “el mayor ataque en democracia a todos los derechos laborales”.
(Tomado de Mundo Gremial)
