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Elecciones hondureñas en suspenso

El 30 de noviembre, 6.5 millones de hondureños acudieron a las urnas para elegir presidente, designados presidenciales (tres vicepresidentes), alcaldes, diputados nacionales y representantes al Parlamento Centroamericano.

Casi una semana más tarde, el Consejo Nacional Electoral sigue sin anunciar resultados definitivos. Sus directivos han pedido “calma y paciencia” y han recordado que la ley les otorga 30 días para oficializar resultados. No obstante, muchos prevén que la definición podría llegar antes de Navidad.

 

De izquierda a derecha, Salvador Nasralla (Partido Liberal) y Nasry “Tito” Asfura (Partido Nacional). Foto: Tomada de Diario Roatán

 

Los candidatos presidenciales más votados fueron Rixi Moncada (del Partido Libre, en el Gobierno); Nasry “Tito” Asfura (Partido Nacional) y Salvador Nasralla (Partido Liberal). Vale anotar que los dos últimos hicieron gran parte de sus respectivas campañas desde Washington y en ellas predominaron mensajes cargados de ataques en lugar de propuestas concretas.

El escrutinio muestra un empate técnico que se ha sostenido en el tiempo. Cuando el pasado 1 de diciembre se había escrutado el 57 % de los votos, ambos opositores tenían cerca del 40 %. En los días siguientes, la ventaja pasó de uno a otro varias veces. Finalmente, este viernes 5 de octubre, con el 87.35 % de actas procesadas, Asfura figuraba con 40.19 %, apenas por delante del 39.50 % de Nasralla.

Autoridades del Consejo Electoral Nacional (CNE) han reconocido que cerca del 17 % de las actas presenta inconsistencias lo que obliga a una revisión manual más lenta. La misión de observadores de la Unión Europea, por su parte, describió el ambiente como “tenso y polarizado”, marcado por disputas internas en los organismos electorales.

El consejero del CNE Marlon Ochoa, militante del Partido Libre, denunció un “golpe” electoral coordinado entre sectores de derecha y una “injerencia” estadounidense.

 

La presión de Washington y el indulto a Hernández

Las declaraciones del mandatario estadounidense Donald Trump añadieron combustible al conflicto. Horas antes de las votaciones, advirtió que su país no “malgastaría su dinero” si su candidato preferido no ganaba. Días más tarde, acusó sin pruebas de que se estaba tratando de “cambiar los resultados” y amenazó con “serias consecuencia”.

 

 

En paralelo, el aspirante a patrón del mundo, indultó al expresidente Juan Orlando Hernández, quien gobernó entre el 2014 y el 2022; y fue condenado el pasado año a 45 años de prisión en Estados Unidos tras ser hallado culpable de facilitar el envío de 400 toneladas de cocaína a Estados Unidos.

El gesto de Trump generó malestar incluso entre los republicanos, pues contradice la retórica antidrogas de Washington. En Honduras, en cambio, se interpretó como un espaldarazo a Asfura, quien milita en la misma agrupación política que Hernández (Partido Nacional).

 

El legado de Xiomara Castro

Si bien Libre, la fuerza política fundada por el expresidente Manuel Zelaya que llevó a la presidencia a la actual mandataria, Xiomara Castro, ha perdido estos comicios, no es posible obviar que durante su mandato defendió una agenda de reformas sociales, fortalecimiento institucional y protección ambiental, en la que impulsó programas comunitarios, promovió la depuración de cuerpos de seguridad y buscó reducir la desigualdad.

En política exterior, Castro dotó a Honduras de un rol más activo dentro de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac). Bajo su presidencia pro tempore, promovió la Declaración de Tegucigalpa, que defendió la soberanía regional, la concertación política y la cooperación frente a la migración. También abogó por una alianza menos dependiente de Washington y más cohesionada.

 

Lo que puede venir

Si Asfura resulta electo, se prevé un retorno a una diplomacia alineada con Estados Unidos y un enfriamiento de esa visión latinoamericanista y caribeña de Castro. Un triunfo de Nasralla implicaría una postura menos conservadora pero también más cercana a Washington que a la agenda autonómica de Libre.

La definición electoral, aún en disputa, marcará si Honduras mantiene su reciente protagonismo regional o gira hacia un modelo más tradicional y subordinado a los intereses estadounidenses.

 

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