Hoy la ciudad respira un aire solemne. Nueve años han pasado desde la desaparición física del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, y su presencia sigue marcando el pulso de la nación. Desde la escalinata de la Universidad de La Habana, -este martes 25 de noviembre- el pueblo rindió tributo, como muestra de que su legado permanece vivo en cada persona de toda Cuba y el mundo.
La velada comenzó sobre las 8:00 p.m. en la casa de altos estudios, con la presencia del primer secretario del Partido Comunista de Cuba y presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez; el Comandante del Ejército Rebelde José Ramón Machado Ventura; los miembros del Buró Político Manuel Marrero Cruz, primer ministro y Esteban Lazo Hernández, presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular; así como Meivys Estévez Echevarría, primera secretaria del Comité Nacional de la Unión de Jóvenes Comunistas.
También asistieron otros miembros del Buró Político, dirigentes del Partido y el Gobierno, representantes de las organizaciones de masas, las Fuerzas Armadas Revolucionarias y el Ministerio del Interior, junto a estudiantes y profesores de diferentes niveles de enseñanza.
El acto transcurrió entre evocaciones y reflexiones sobre la vigencia de las ideas de Fidel en un contexto marcado por desafíos económicos y sociales. Para muchos cubanos, el Comandante en Jefe continúa siendo referente de resistencia y búsqueda de alternativas propias frente a las adversidades. Su legado se percibe en los proyectos comunitarios, en la apuesta por la ciencia y la innovación, y en la defensa de la soberanía nacional.
En emotivas palabras, Meivys Estévez reafirmó que la velada era una noche de recuerdos y de celebración de la intensa vida del Comandante en Jefe. La dirigente juvenil destacó el legado de Fidel y las acciones que hicieron de Cuba un país más seguro, digno y libre, ideas que hoy sirven de guía para los jóvenes.“Y ese es nuestro juramento: no dejar morir, en su centenario, al líder que tampoco dejó morir al Maestro», aseguró.
“Fidel fue la voz que denunció las injusticias, el escudo que defendió nuestra soberanía. Nos enseñó, con la pasión de quien cree, que la independencia no es un regalo que se recibe, sino una conquista que se construye y se cuida, día a día, con coraje, valor, patriotismo”, afirmó.
Estévez subrayó que de Fidel se aprendió a compartir lo que se tiene, a combatir la crueldad y a no callar, reafirmando que la solidaridad es la sangre de la Revolución. En ese espíritu, expresó el apoyo al pueblo palestino, el rechazo al bloqueo y la defensa de Venezuela.
Convocó además a llegar al 9no. Congreso del Partido como herederos conscientes de las batallas libradas, guardianes de un sueño colectivo, y asumir el Programa de Gobierno como hoja de ruta para la construcción del socialismo incluso en tiempos de economía de guerra.
Más que un homenaje, el aniversario se vivió como una oportunidad para dialogar sobre el presente y el futuro de la Isla, bajo la inspiración de quien dedicó su vida a la construcción de un proyecto colectivo. La memoria de Fidel no se reduce a la historia, se proyecta en las nuevas generaciones que buscan respuestas en tiempos de incertidumbre, demostrando que su patrimonio sigue vigente en cada desafío que enfrenta la nación.
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