Guiteras: sus sueños de revolución

Guiteras: sus sueños de revolución

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Cuando el paso por La Habana del devastador ciclón de 1926 se vio a un estudiante universitario de Farmacia, de 20 años, participando en las labores de salvamento, en los barrios más pobres, organizando medidas sanitarias, ayudando a los damnificados… su nombre: Antonio Guiteras Holmes, en cuyo homenaje en la fecha de su natalicio, 22 de noviembre, se celebra en Cuba el Día del Farmacéutico.

 

 

Es un hecho poco conocido pero que retrata desde muy joven al hombre decidido y lleno de voluntad que no se dejó vencer por los padecimientos derivados de su infancia que le afectaron la visión con un estrabismo acentuado con el agotamiento y una pierna que no podría apoyar totalmente y le dejó un movimiento involuntario.

Pablo de la Torriente Brau dijo de él que su imaginación rígida iba hacia un solo punto: la revolución, y Tony Guiteras no solo la pensó sino actuó para alcanzarla y concibió un programa de lucha que tenía como objetivo el socialismo. Su muerte prematura en el del Morrillo, a los 28 años, le impidió alcanzarlo.

Rebelde en la universidad contra el machadato, lo que le costó prisión en varias ocasiones, siguió siéndolo después de graduado en que aprovechó su empleo como viajante de empresas farmacéuticas lo que le permitió recorrer, vendiendo medicinas, todo el Oriente del país, se vinculó a grupos opuestos a Machado y realizó acciones de sabotaje contra el régimen.

Participó en el alzamiento de La Gallinita en 1931. Hecho prisionero, cuando planeaba una fuga fue beneficiado por el indulto que decretó Machado para suavizar las tensiones con la oposición conservadora. Entonces Tony declaró no querer saber nada de los viejos políticos “Todo fue más bagazo que guarapo” dijo de los planes de estos contra el dictador.

Ya en libertad continuó su labor conspirativa en el territorio oriental. Unificó las agrupaciones que dirigía en la Unión Revolucionaria. Se enfrascó en un plan insurreccional que contemplaba la toma de varios cuarteles del ejército. Se desató la represión y Guiteras tuvo que pasar a la clandestinidad total el pseudónimo de Marcos.

Mientras el país se estremecía con huelgas, Guiteras mantuvo una campaña muy activa con sabotajes, quema de caña y atentados y en una carta al periódico santiaguero Diario de Cuba le planteó su desacuerdo con la mediación entre el gobierno y la oposición auspiciada por Estados Unidos con el fin de llegar a un acuerdo, y señaló que la única forma posible de solucionar el conflicto era la revolución. “Yo aceptaré la mediación, declaró, cuando me manden una carta en que me lo pidan los asesinados por Machado”.

Al producirse la caída de la tiranía en agosto de 1933 y la huida del Asno con Garras, Tony y sus hombres habían tomado el cuartel de Bayamo y organizaron un mitin de la Unión Revolucionaria. Los acontecimientos se sucedieron vertiginosamente, primero se estableció una pentarquía, después se produjo la rebelión de los s sargentos el 4 de septiembre de 1933 que trajo a la palestra pública al sargento taquígrafo Fulgencio Batista, después convertido en coronel. El embajador yanqui Sumner Welles sugirió la intervención norteamericana, se enviaron al archipiélago antillano varios buques de guerra, pero todo fue una amenaza.

El 10 de septiembre asumió la presidencia del país Ramón Grau San Martín, y Guiteras fue llamado para ocupar el cargo de ministro de Gobernación., que más tarde se fundió con las secretarías de Guerra y Marina. Cuentan que era un ministro de Gobernación harapiento Y un testimoniaste de la época narró que tuvieron que hacer una colecta para comprarle un traje.

Se había formado el llamado Gobierno de los Cien Días dentro del cual la posición más radical la ocupó Guiteras, quien llevó a la firma del presidente decretos destinados a favorecer a las masas populares, como la jornada máxima de trabajo de ocho horas, salario mínimo para trabajadores agrícolas y obreros industriales,  prohibición del pago en vales o fichas y obligación de los patronos a pagar en dinero,  la creación de un sistema de seguros y retiros en favor de los obreros y la Secretaría del Trabajo para velar por el cumplimiento de la legislación social; se restituyó la autonomía universitaria; se redujeron las tarifas eléctricas y  se intervino la Compañía de Electricidad. Por primera vez en la historia de Cuba nombró a dos mujeres como alcaldesas… entre otras medidas.

Dentro del gobierno reinaban las tensiones, Guiteras representaba las posiciones más revolucionarias, a favor de los humildes, contra los monopolios yanquis y por la independencia nacional, de Grau dijo Roa que agotó la cuerda floja, porque se movió de un lado a otro, nunca tuvo una línea, y Batista que de sargento había ascendido a coronel y jefe del Estado Mayor, del Ejército encarnaba la reacción vinculada a la embajada norteamericana.

La situación se volvió muy tensa, el ejército la emprendió contra la manifestación que iba a proceder al entierro de las cenizas de Mella, se produjo una matanza, y Tony en protesta por los hechos le presentó su renuncia a Grau, que no fue aceptada. Sin embargo, el gobierno en pleno arremetió contra los oficiales sublevados en el Hotel Nacional

Después de sofocada la rebelión el embajador Welles fue a ver a Batista a Columbia para interesarse por los prisioneros, no por los heridos ni los muertos, se encontró con Guiteras y se produjo un diálogo que revela la postura antimperialista del joven ministro, y sorprendió a Batista. El embajador le preguntó al “señor Guiteras “, ignorando su cargo, si los detenidos iban a ser fusilados y se dice que mencionó la posibilidad de un desembarco de marines.

Tony, muy molesto le dijo que estaba injuriando al secretario de Gobernación, de Guerra y Marina del gobierno revolucionario cubano por lo cual tenía diez minutos para abandonar su despacho y el cuartel de Columbia, de lo contrario sería arrestado.

Cuando Welles apeló a la protección derivada de su condición de embajador, Guiteras le respondió que Estados Unidos no había reconocido al gobierno cubano y que quien le hablaba no era por tanto embajador ante nadie sino un ciudadano más, y que de los diez minutos concedidos para que se marchara ya habían pasado tres.

Un periodista norteamericano que entrevistó a Guiteras lo describió así: (…) desde el primer apretón de manos capturaba a cualquier persona.  (…) Guiteras veía el presente y penetraba en el futuro (…) uno tenía la completa seguridad de estar ante un hombre temerario, que a nada temía, que era incorruptible y que se sentía absolutamente indiferente ante su destino personal.”

El golpe de Estado de enero de 1934 puso fin al Gobierno de los Cien Días y los sustituyó el trío Caffery (el nuevo embajador del imperio), Batista (el defensor de los intereses yanquis) y Mendieta (el presidente títere).  Guiteras condenó el golpe y denunció la actuación reaccionaria de Batista.

Tony quería combatir y creó una organización secreta: TNT, posteriormente fundó Joven Cuba, cuyo programa caracterizaba a Cuba como un estado colonial. Su eje de acción era por tanto el antimperialismo y establecía el socialismo como meta.

Pronto se conocieron Guiteras y Carlos Aponte, el revolucionario venezolano, quien dijo del joven rebelde cubano: “Este es otro Sandino y con ese gallo, compay, me voy a cualquier parte.”

Guiteras comenzó a fraguar el plan de partir hacia México, allí organizar una expedición que desembarcaría en Oriente, coincidiría con asaltos a los cuarteles de la zona y una huelga general. El lugar de la partida sería el fuerte El Morrillo, cerca de la ciudad de Matanzas.

Allí sorprendió el ejército el 8 de mayo de 1935 al grupo encabezado por Guiteras, quien estaba acompañado de Aponte. Los dos dispararon sus pistolas contra sus perseguidores, pero fueron alcanzados por las balas de los soldados.

De Tony dijo Pablo de la Torriente Brau: “Era como un hombre que, despierto, quería realizar lo que había concebido soñando”. No le fue posible realizar sus sueños, pero otros lucharon por la revolución que él concibió y la hicieron posible.

Acerca del autor

Graduada de Periodismo en 1974 y Master en Ciencias Políticas de
enfoque Sur, Al graduarse pasó a atender temas históricos e
ideológicos y viajó a varios de los antiguos países socialistas. Al
pasar al periódico Trabajadores, escribió para el Suplemento de
salud durante varios años y realizó la cobertura del segundo
contingente de la brigada médica en Guatemala. Posteriormente fue
jefa de la edición digital y subdirectora editorial hasta mayo de 2025
que se jubiló y se recontrató en la publicación. En el transcurso de
su ejercicio profesional Ha ganado premios en concursos
periodísticos y de humorismo.

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