En el contexto de una compleja situación epidemiológica nacional por arbovirosis, la provincia de Granma ha intensificado sus acciones para enfrentar la propagación de enfermedades como el dengue y el chikungunya.
Una de las iniciativas de mayor envergadura es la fabricación de un repelente natural a base de extractos de neem y caña santa, producido por la Empresa Laboratorio Farmacéutico de Líquidos Orales (Medilip), con sede en este territorio.
En coordinación con la Empresa de Farmacia y Óptica provincial, la industria ha iniciado la fabricación de este repelente, descrito en el Formulario Nacional de Fármacos y Apifármacos.
Hasta el momento se han envasado poco más de 1 500 unidades en formato de un litro, y se proyecta la producción en presentaciones de dos litros, además de otras de 120 ml y 250 ml para ampliar su acceso.
El máster Roider Elías Carasaña, jefe de Operaciones de Medilip, destacó a medios locales que los extractos utilizados provienen de proveedores locales de Guisa y Bayamo, lo que fortalece un encadenamiento productivo que explota la capacidad industrial de la entidad.
Este producto, de aplicación tópica cada tres o cuatro horas, está dirigido a mayores de tres años y podrá adquirirse en la red de farmacias.
La estrategia en Granma se alinea con los esfuerzos del país para detener la propagación de estas enfermedades transmisibles.
Las autoridades sanitarias insisten en que la prevención depende en gran medida de la participación comunitaria.
Se recomienda a la población dedicar 10 minutos diarios a la inspección y eliminación de criaderos en patios y viviendas, así como desechar objetos que acumulen agua.
Autoridades del Ministerio de Salud Pública señalaron que todas las provincias cubanas presentan transmisión endémica de arbovirosis, con alta circulación de chikungunya y serotipos de dengue como el DEN-4.
En este escenario, la consulta médica temprana ante síntomas febriles y el autofocal familiar son acciones prioritarias.
La fabricación del repelente natural en Granma no solo representa una solución inmediata para la protección personal, sino también un modelo de producción local sostenible y colaboración interinstitucional.
Sin embargo, su éxito dependerá de que la población asuma su rol en la eliminación de criaderos, combinando esfuerzos individuales y estatales para reducir el impacto de las enfermedades.
