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AL PAN, PAN: Sobre las industrias culturales

Unir cultura e industria, arte y mercado, ha sido visto por algunos como una contradicción que pone en riesgo la autenticidad artística frente a las lógicas mercantiles. No obstante, en el mundo contemporáneo esta dicotomía resulta insostenible: el arte forma parte de las dinámicas sociales y económicas, y negar esa realidad puede limitar la sostenibilidad de los procesos creativos.

 

Las industrias culturales representan justamente ese punto de convergencia entre creación, producción y mercado, ofreciendo posibilidades reales de circulación y reconocimiento de las obras.

Para que esta articulación funcione, se requiere una gestión responsable y regulaciones que impidan que el mercado desvirtúe el sentido profundo del arte. En Cuba, donde la política cultural ha defendido históricamente el acceso democrático y la promoción de los valores más altos de la creación, las instituciones enfrentan una doble responsabilidad: preservar el entramado simbólico y crítico de la cultura, y al mismo tiempo contribuir a una economía cultural coherente y funcional.

Esa economía no debe confundirse con la mercantilización de la cultura, sino con la creación de un circuito sostenible que permita reinvertir recursos en el propio sistema.

Algunas manifestaciones deberán seguir siendo subvencionadas, mientras otras pueden aportar financieramente sin comprometer su autenticidad. Reconocer los sectores con potencial comercial no implica renunciar a principios, sino administrar con inteligencia los recursos disponibles, integrando las industrias culturales como herramienta estratégica.

Aunque Cuba ha llegado tarde a ciertos debates globales, existen experiencias viables, potencialidades y también limitaciones estructurales, agravadas por el bloqueo estadounidense que restringe el acceso a plataformas internacionales. Aun así, diversos artistas y proyectos han logrado insertarse en circuitos externos con resultados visibles.

El desafío ahora es fomentar una verdadera cultura económica dentro del sector cultural, que impulse la formación, el diálogo y el conocimiento integral de estas dinámicas.

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