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COP30: Brasil lidera nueva etapa en la lucha climática

La COP30, vigésima novena reunión de los países firmantes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), marcará un hito en la historia de las negociaciones ambientales internacionales. Sus sesiones previstas entre el 10 y el 21 de noviembre de 2025 en Belém do Pará, encierran en un enorme valor simbólico por su cercanía al corazón de la Amazonía brasileña, considerada uno de los mayores reguladores del clima global.

 

 

El evento contará con la participación de más de 190 delegaciones nacionales, lideradas por jefes de Estado, ministros, científicos, representantes de la sociedad civil, líderes indígenas y empresarios.

Según el gobierno brasileño y la ONU, la COP30 busca “transformar los compromisos en acciones” tras décadas de debates sobre la reducción de emisiones y la adaptación al cambio climático.

 

Sede de profundo significado

Brasil, país que alberga el 60 % de la selva amazónica, ha asumido la organización de esta conferencia en un contexto de urgencia ambiental. La elección de la ciudad de Belém como sede principal ha permitido trasladar el centro del debate climático hacia esos espacios donde los efectos de la deforestación y la pérdida de biodiversidad son más visibles.

El presidente anfitrión Luiz Inácio Lula da Silva ha insistido en que esta será “la COP de la Amazonía”, y ha convocado a los países desarrollados a cumplir con los compromisos de financiamiento para mitigar los impactos ambientales y apoyar la transición energética de las economías del Sur global.

Entre los asuntos más relevantes de la agenda figuran la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, con la revisión de las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés); el financiamiento climático, en particular el cumplimiento del compromiso de los países desarrollados de aportar 100 mil millones de dólares anuales a las naciones en desarrollo; y la protección de los bosques tropicales, con un enfoque especial en la Amazonía, el Congo y el Sudeste Asiático.

También se hablará de transición energética justa, orientada a reemplazar los combustibles fósiles por energías renovables sin sacrificar el empleo ni el desarrollo social; y de justicia climática y derechos de los pueblos indígenas, considerados actores fundamentales en la preservación de los ecosistemas.

También se prevé la presentación de informes sobre los avances del Acuerdo de París (2015) y las estrategias nacionales de neutralidad de carbono.

Resultados y desafíos previos

Las conferencias climáticas (COP) han tenido un impacto desigual a lo largo de los años. La COP21 de París (2015) marcó un antes y un después al establecer el compromiso global de limitar el aumento de la temperatura media mundial a 1,5 °C respecto a los niveles preindustriales. Sin embargo, la implementación de esas metas ha sido lenta y desigual.

La COP26 en Glasgow (2021) avanzó en la reducción del uso de carbón y en el compromiso de “cero emisiones netas” hacia mediados de siglo. Más recientemente, la COP28 en Dubái (2023) abrió el debate sobre la eliminación progresiva de los combustibles fósiles y la financiación de pérdidas y daños en los países más vulnerables.

A pesar de estos avances, los informes del Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC) advierten que el mundo sigue lejos de alcanzar los objetivos del Acuerdo de París, con emisiones que continúan aumentando y fenómenos extremos cada vez más frecuentes.

 

Batallar contra el cambio climático

La COP30 se presenta como una oportunidad decisiva para recuperar la confianza entre los países del Norte y del Sur. En ese contexto, Brasil y otras economías emergentes, pretenden liderar una agenda más inclusiva y pragmática, enfocada en resultados medibles y en la cooperación científica y tecnológica.

Se espera que uno de los principales resultados sea el Plan de Acción de la Amazonía, un acuerdo regional para frenar la deforestación y promover modelos sostenibles de desarrollo que integren a las comunidades locales. Además, podrían anunciarse nuevos fondos internacionales para compensar la pérdida de ecosistemas y reforzar la adaptación de los países tropicales.

Para la ONU, el éxito de la COP30 dependerá de la capacidad de los gobiernos de convertir los compromisos en políticas reales y de involucrar a la ciudadanía en el proceso. António Guterres, secretario general de las Naciones Unidas, ha señalado que “la batalla contra el cambio climático se ganará o se perderá en esta década”.

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