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Realengo 18: Tierra o Sangre

Realengo 18, ubicado en la zona montañosa de Oriente en la serranía guantanamera, eran tierras del Estado que los campesinos habían estado trabajando por generaciones y comprendía pequeñas fincas en alrededor de 500 caballerías.

 

Sin embargo, la riqueza forestal de estos parajes y la posibilidad de sembrar grandes extensiones de tierra de la caña que sería molida en los centrales de propiedad yanqui de la región, desato la voracidad de latifundistas nacionales asociados a compañías norteñas.

Gobernaba entonces el país la tríada de Caffery̶.  Batista̶ Mendieta, una mezcla intervencionista del embajador yanqui, el ambicioso y servil sargento taquígrafo convertido en coronel y un presidente títere, que apoyaron las intenciones geófagas de los latifundistas.

La `primera acción para emprender el desalojo fue la construcción de una trocha, ante la cual la reacción fue que 400 montunos a caballo bajaron hasta la ciudad de Guantánamo para protestar.

Los encabezaba Lino Álvarez, un patriota mambí descendiente de africanos sobre el cual escribió Pablo de la Torriente Brau, quien para denunciar el atropello viajó a Realengo 18 y publicó valientes reportajes sobre el movimiento campesino que se desarrollaba en el lugar que contribuyeron al conocimiento de la opinión pública de la verdad lo que allí acontecía.

“De los labios del propio Lino Álvarez recogí la historia de las luchas por la posesión del Realengo 18;   ̶̶̶escribió Pablo̶ su aporte personal a las mismas, el relato de las celadas que le han tendido (…) el deseo ferviente de ellos de acogerse a la justicia y la decisión final de hacerse la justicia ellos mismos, porque como dice él mismo, con maravillosa certeza, ellos no le deben esa tierra más que l Estado y el Estado son ellos”

Narró también que una compañía yanqui la había ofrecido a Lino 15 mil pesos y 15 caballerías de tierra para que abandonara la lucha, pero el prosiguió el combate. “Tres tiros le han dado ya y no lo han matado”.

Un mes después del primer intento apareció en la zona un ingeniero acompañado de guardias rurales y Lino al frente de 800 montunos les salió al paso.

Batista, furioso, declaró: “La trocha se hará cueste lo que cueste” y ordenó concentrar tropas en el lugar para cercar y someter a los campesinos. La respuesta de los realenguistas fue: “Tierra o Sangre “y “mientras haya un montuno no sigue la trocha”.

El `primer Partido Comunista de Cuba consideró que la lucha de Realengo 18 constituía el inicio de la revolución agraria y le prestó apoyo material y político. Fue nombrado el miembro del comité nacional del Partido Ramón Nicolau como enlace con el movimiento, quien se convirtió en su asesor político y militar.

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