En noviembre siempre recuerdo las palabras de Ramón Augusto García Rodríguez, de la especialidad de Historia y Marxismo, jubilado reincorporado en la escuela pedagógica Martha Machado Cuní, en el Municipio Especial Isla de la Juventud.
Lo recuerdo porque justo este siete de noviembre hablará de la Revolución de Octubre, uno de los acontecimientos más trascendentales del siglo XX, con la que se inició una nueva época para la humanidad y abrió un camino de esperanzas, al dar paso a un nuevo régimen económico social que demostraría que era posible un mundo sin explotadores ni explotados.
Con júbilo el pueblo cubano festejará la efeméride de la conmemoración del aniversario 108 de la Gran Revolución Socialista de Octubre (GRSO), suceso suscitado el siete de noviembre (según el actual calendario) de 1917, considerado como un acontecimiento político ideológico de relieve mundial.
Se trata de una efeméride recordada en Cuba, como una excepcional oportunidad de expresar los sentimientos de admiración, respeto y cariño que nos unen y unirán por siempre a la patria de Vladímir Ilich Uliánov (Lenin), quien como máximo inspirador y organizador de esta epopeya, aglutinó a obreros, soldados, campesinos e integrantes del Partido Bolchevique.
Este triunfo fue un ejemplo de solución revolucionaria a las más agudas contradicciones del imperialismo mundial y abrió una nueva era en la historia de la humanidad porque sirvió de punto de partida al proceso de origen y desarrollo de la formación socioeconómica más avanzada: la comunista.
El Gran Octubre, como también se le conoce, si bien trajo la muerte de millares de personas, sirvió para cimentar un proyecto social abocado a despertar las mejores virtudes de los hombres y mujeres, mediante un sistema donde el concurso de todos potenciaría un desarrollo espiritual del individuo.
¡Viva Lenin! ¡Viva Rusia! eran consignas, repetidas y patentizadas a través de toda la ya extinta Unión Soviética. En otras naciones, las consignas eran gritadas como un reto a la burguesía y de esperanza de una vida mejor.
No podemos olvidar el carácter internacional de la Revolución de Octubre, me dijo en una ocasión el profe Ramón al entrevistarlo, al afirmar que esta hazaña, si bien necesitó de la ayuda de otros países, también varias naciones demandaron del apoyo de la GRSO para acelerar e impulsar el derrocamiento del imperialismo mundial.
Ciento ocho años después, no es posible negar la inmensa contribución y el legado de la Revolución Socialista de Octubre. Dio lugar a otras grandes revoluciones sociales del siglo XX, surgidas pocos años después de la victoria contra el fascismo, como lo fue la Revolución Cubana.
(Imágenes tomadas del Periódico Cinco de Septiembre y perfil en X de la Universidad de Ciencias Informáticas)