El 1 de noviembre de 2021 abrió las puertas el Industrial Biotecnológico CIGB-Mariel, como parte del futuro de hombres de ciencia que soñaba Fidel para Cuba y con la gloria de que Abdala, Hebervital, Heberprot-P, EPOCIM y Heberferón sean sus primeros productos registrados
Desde niña Aracely López Machado quiso ser ingeniera motivada por fórmulas para elaborar perfumes, pero lo que jamás imaginó es que cerca de Henequén, su natal pueblito en Mariel, naciera una Zona Especial de Desarrollo, y en esta el Industrial Biotecnológico más moderno de su tipo en Cuba.
“Conocí de la inversión en un Fórum de Ciencia y Técnica al estudiar el primer año de Ingeniería Química en la Universidad Tecnológica de La Habana José Antonio Echeverría. Ese día me enamoré de CIGB-Mariel”, confiesa.
“No le perdí nunca más de vista en mi etapa de estudiante, y apenas se importaban los equipos para la puesta en marcha de la línea de purificación de la planta B, desarrollé como tesis de graduación la investigación acerca de la factibilidad de los mismos y la simulación del proceso productivo, además de constatar el balance de proteínas.
“Al graduarme llevaba seis meses vinculada a la entidad; no obstante, marqué mi primer día de trabajo como especialista principal en Control de la Calidad el 15 de febrero de 2022.
“Me ocupo de valorar los productos terminados y el control de procesos en la elaboración de medicamentos, debido a la alta cantidad de reactivos materiales e insumos involucrados y su valioso costo”.
Constituye un orgullo inmenso saber que los cinco productos registrados: Abdala, Heberprot-P, Hebervital, EPROCIN y Heberferón, son muy útiles y reconocidos hasta más allá de las fronteras cubanas, reseña López Machado.
“Nuestro sello es ser muy exhaustivos en todo cuanto hacemos por la repercusión en la salud que tienen los fármacos que producimos. Los contenidos de los bulbos se inyectan hasta a pacientes sanos, ejemplo la vacuna Abdala, suministrada como refuerzo ante el virus Covid-19.
“Los controles de procesos de una etapa dan paso a otras etapas, hasta llegar al bulbo final. Constatamos si el producto cumple con los requisitos reglamentados en cada fase. Cualquier error puede ser letal”, asegura.
Mientras, nos convence de que la biotecnología es muy complicada. Siempre hay que estar actualizándose, estudiando. Además de toda la preparación profesional que te exige, insiste en que deben trasmitir confiabilidad.
“¿Mi vida? Como la de casi todos los científicos, muy comprometida. CIGB-Mariel me demanda más y más, y yo me entrego. Soy militante de la Unión de Jóvenes Comunistas y del Partido, y secretaria de la sección sindical desde el 23 de febrero del 2023, cuando solo llevaba un año en el colectivo”, acota.
La primera universitaria en su familia de Henequén tiene un reto mayor: la maestría en Biotecnología contemporánea. “A finales de 2027 o inicios de 2028 seré Master en Ciencias”, asegura sin parpadear.
Dice que su colectivo con más de 250 trabajadores y el 59 por ciento menores de 35 años trabaja para merecer la Bandera de Vanguardia Nacional, en 2026, y ese objetivo lo tiene en la mira la también delegada al 22 Congreso de la CTC.
