El presidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva presentó a su homólogo estadounidense Donald Trump una propuesta de mediación para encauzar por la vía diplomática las tensiones entre Washington y Caracas.
Trump y Lula habían conversado de manera informal en Nueva York, durante el segmento de Alto Nivel de la Asamblea General de la ONU que tuvo lugar en septiembre. El diálogo continuó el 6 de octubre con una llamada “amistosa”, en la que el dirigente brasileño propuso al estadounidense verse durante la cumbre de la ASEAN, que ha finalizado este 28 de octubre en Kuala Lumpur.
Según la cancillería brasileña, la iniciativa busca reafirmar la voluntad de América Latina como una zona de paz y defiende las soluciones dialogadas por encima de la confrontación. Lula insiste en que los problemas de la región deben resolverse en la región, promoviendo la soberanía y el respeto mutuo.
Vale recordar que Brasil es uno de los Estados firmantes de la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz, documento aprobado durante la II Cumbre de la Celac efectuada en La Habana en el 2014.
Durante el encuentro bilateral, calificado de excelente por ambas partes, los presidentes sentaron las bases para también destrabar la compleja agenda comercial bilateral, marcada por aranceles del 50 % impuestos por Estados Unidos a raíz de la causa judicial contra el expresidente brasileño Jair Bolsonaro, supuesto aliado político de Trump; así como por la aplicación de sanciones mediante la Ley Magnitsky contra autoridades del país sudamericano.
Según detalló el canciller brasileño Mauro Vieira en declaraciones a la prensa, durante el encuentro en Asia el presidente Lula abordó de frente estos temas. “El presidente Lula comenzó diciendo que no había asunto prohibido”, relató y “presentó el pedido de suspensión de las tarifas”.
En su cuenta de la red social X, el presidente Lula resumió el encuentro: “Abordamos la agenda comercial y económica bilateral con franqueza y de forma constructiva. Acordamos que nuestros equipos se reunirán de inmediato para buscar soluciones a los aranceles y las sanciones”.
En declaraciones previas a la reunión Trump fue consultado sobre el juicio a Bolsonaro: “Siempre me gustó el presidente Bolsonaro, él pasó por muchas cosas, pero eso no es asunto nuestro”,afirmó, deslindándose del tema y centrando la narrativa en el presente diálogo con Lula.
En general, la respuesta de Trump fue positiva, comentó el canciller brasileño, y se comprometió a dar instrucciones a su equipo para “que comience un proceso, un periodo de negociación bilateral” con el objetivo de resolver los puntos de fricción “en poco tiempo”.
El tono del encuentro fue descrito como cordial y distendido. Vieira mencionó que Trump“declaró admirar el perfil de la carrera política del presidente Lula”, en referencia a su encarcelamiento y posterior absolución.
Sin embargo, el aspecto geopolítico más significativo de la conversación fue la reafirmación de Brasil como un actor conciliador en la región.
“Sí, el presidente Lula levantó el tema [de Venezuela]”, confirmó el canciller Vieyra y recordó que América Latina y América del Sur, específicamente, “es una región de paz, y él se preparó a ser un contacto, ser un interlocutor, como ya fue en el pasado con Venezuela, para buscar soluciones que sean mutuamente aceptables y correctas”.
Esta declaración posiciona a Brasil como un puente potencial entre Washington y Caracas, en un momento de alta tensión internacional por el incremento de tropas de EE. UU. en el Caribe en una supuesta guerra contra el narcotráfico.
“El presidente Trump dijo que admira el Brasil, que le gusta inmensamente el Brasil y el pueblo brasileño”, añadió el canciller. Ambos mandatarios dejaron entrever la posibilidad de continuar estrechando relaciones: Trump expresó su deseo de visitar al gigante suramericano y Lula aceptó una futura invitación a Washington.
