Desde Villa Clara, una provincia que consolida su papel en el impulso de proyectos creativos con impacto social y económico, emerge una experiencia de colaboración cultural que trasciende el ámbito local. El Museo de Artes Decorativas de Santa Clara y la comunidad de mujeres creadoras Enjambre han tejido una alianza que conecta patrimonio institucional y emprendimiento artesanal femenino, y propone un modelo replicable de integración entre tradición, innovación y desarrollo territorial.

Cada tercer jueves del mes, las expoferias conjuntas convierten al museo en vitrina de innovación y memoria. Las piezas de Enjambre —ropa, collares, carteras— dialogan con la colección permanente, en un ejercicio de continuidad y renovación. Para las creadoras, este espacio no solo representa visibilidad: es también sustento, impulso y legitimidad.
«Los museos no son depósitos de piezas mudas; son instituciones vivas, fuentes de inspiración, puntos de partida», afirma Claudia Tena Figueroa, directora del museo, convencida de que el arte decorativo no se limita a la contemplación, sino que convoca a la creación. «Nos debemos al pueblo; toda persona, todo proyecto que quiera formar parte de esta cotidianidad tiene las puertas abiertas», asegura.
La colaboración con Enjambre nació en agosto, cuando las jóvenes artesanas se acercaron al museo en busca de un espacio para mostrar sus obras. «Nos sentimos afortunados; ellas ya tenían presencia en otros lugares, pero eligieron este museo como casa», recuerda Tena Figueroa. La conexión fue inmediata: muchas de las piezas que conforman la colección permanente fueron creadas por artesanos que, como ellas, iniciaban su camino.

Más que una sede para las expoferias, el museo se propone como plataforma de inspiración. «Queremos que las piezas exhibidas dialoguen con sus creaciones; que las impulsen; que les sirvan de referente. Aquí se refleja la historia de la humanidad en estilos y conceptos diversos», explica la directora. Para ella, el museo no solo presta sus salas: ofrece su alma como fuente de inspiración.
La alianza se inscribe en una línea de trabajo que busca posicionar al museo como institución cultural activa. En sus salas han tenido lugar festivales de jazz, actividades con niños del espectro autista, encuentros estudiantiles y proyectos comunitarios. «El museo es la casa del jazz, de los niños, de los estudiantes, de los artistas», afirma Tena Figueroa.

Enjambre, con apenas uno o dos años de existencia, ya ha logrado posicionarse en el ámbito local y captar la atención de clientes internacionales. Su presencia en el museo no solo legitima su obra, sino que fortalece el tejido creativo de la ciudad. «Estas muchachas sostienen una obra creativa que ya tiene valor; sus piezas están siendo reconocidas dentro y fuera del país», destaca la directora.
Desde Villa Clara, esta alianza propone una mirada renovada sobre el papel de las instituciones culturales en Cuba: espacios que no solo conservan, sino que inspiran, acogen y proyectan. Vincularse con ellas puede transformar la vida de quienes crean, emprenden y sueñan.

Acerca del autor
Anisbel Luis Reyes
Licenciada en Periodismo, reportera y redactora de prensa en la Emisora Estereocentro de la ciudad de Santa Clara, reportera en el periódico Vanguardia, y corresponsal de Villa Clara en el periódico Trabajadores.

