A punto de llegar a la mitad del campeonato para muchos equipos, la temporada beisbolera sigue marcada por demasiadas protestas, sanciones y expulsiones (más que en similar período de la pasada campaña); en tanto un conjunto como Artemisa levanta palmas de optimismo de cara a la postemporada y una historia de padre-hijo vuelve a llenarnos de alegría al verlos compartir batazos y abrazos dentro de un terreno.
Si bien los cocodrilos matanceros de Armando Ferrer se han mantenido en la cima de la tabla de posiciones desde el arranque, al igual que los santiagueros, los reflectores de muchos seguidores se posan hoy en la tropa que dirige Yulieski González, quien carga el mérito de haberle dado al territorio el segundo lugar en la II Liga Élite del Béisbol Cubano en el 2024.
El otrora lanzador de selecciones nacionales sigue fiel a su manera de dirigir: confianza a los jugadores (por muy jóvenes e inexpertos que sean), énfasis en el manejo del pitcheo abridor y relevista, así como en una correcta toma de decisiones en momentos claves de los partidos. Es de los que no discute por gusto un conteo con los árbitros y aconseja con inteligencia natural, cual enamorado sin remedio del béisbol que aprendió en Alquízar.
Si Artemisa hoy comienza a soñar de nuevo con una postemporada se debe a tener los mejores números desde el box (3.53 promedio de carreras limpias), una ofensiva liderada por José Antonio Jiménez, Dainel López, Yansué Moré, Osbel Pacheco y Osmel Solano, al tiempo que ha ganado cinco de las seis subseries celebradas con la única derrota ante Pinar del Río.
El desafío para Yulieski y su colectivo es mantener ese paso ante los poderosos de la tabla y no ceder desafíos de más ante los coleros. Recientemente declaró que la clave va siendo la preparación realizada y el ambiente logrado. Es una lástima que su estadio todavía espere por ser arreglado como merecen. ¿Si llegan a los play off podrán al menos tener listo el techado de todas las gradas?
La foto de Cepeda a Cepeda
En la historia del béisbol cubano hay numerosos casos de padres estrellas cuya continuidad heredan sus hijos, a ratos mejor o peor. Sin embargo, pocos han podido coincidir en el mismo banco como jugadores activos. En estos últimos aún recuerdo los de Rafael Orlando Acebey y más reciente de Yordan Manduley, aunque es posible que este periodista haya olvidado otros ejemplos.

En esta serie, Frederich Cepeda padre vive y disfruta esa singularidad con su hijo de igual nombre, que viste un número menos que él en su uniforme (23). El fin de semana pudimos verlo, con su teléfono en mano, tomarle fotos cuando le dieron la oportunidad de batear en el noveno inning. Apenas lleva nueve turnos al cajón de bateo, pero pocos dudan que no llegue a ser tan bueno como su progenitor.
Meses atrás Cepeda padre había declarado que uno de sus sueños antes de irse del béisbol era compartir esos momentos con quien se destacaba en categorías pequeñas como buen bateador y fildeador en los jardines. Lo más difícil para el muchacho fue aguantar el peso de la comparación, pues no siempre se tiene en casa a un pelotero de cuatro Clásicos Mundiales y líder en hits, dobles, bases por bolas, total de bases recorridas y más de la pelota cubana.
Por cierto, el pasado sábado, las estadísticas de Cepeda, el de 45 años, siguieron creciendo al sobrepasar las mil 500 impulsadas (a 10 de igualar con Orestes Kindelán) y sumó su cuadrangular 380 (cuarto histórico en este casillero detrás del propio Kindelán, Lázaro Junco y Omar Linares). Y al preguntarle por el retiro, con una sonrisa de amigos, respondió: “¿Cuándo he hablado de esa palabra?, eso lo dijiste tú”. Y volvió a tirarse una foto con su hijo. Esta vez para publicar.
Acerca del autor
Máster en Ciencias de la Comunicación. Director del Periódico Trabajadores desde el 1 de julio del 2024. Editor-jefe de la Redacción Deportiva desde 2007. Ha participado en coberturas periodísticas de Juegos Centroamericanos y del Caribe, Juegos Panamericanos, Juegos Olímpicos, Copa Intercontinental de Béisbol, Clásico Mundial de Béisbol, Campeonatos Mundiales de Judo, entre otras. Profesor del Instituto Internacional de Periodismo José Martí, en La Habana, Cuba.


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