Mientras los palestinos que aun residen en Gaza examinaban con desconfianza y esperanza el anuncio de un nuevo acuerdo que podría traerles una poco de paz, más de 100 mil cubanos amanecían junto a ese balcón al Caribe que es la Tribuna Antiimperialista José Martí en el Malecón habanero para exigir al gobierno de Israel el fin definitivo del genocidio.
La convocatoria, que también ha movilizado a ciudadanos de bien en otras partes del mundo, se extendió a varias ciudades cubanas, cuyos pobladores respondieron, como los habaneros, con la certeza de quien conoce cuál es el lado correcto de la historia.
El acto contó con la presencia del presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez junto a otros funcionarios del gobierno y el Estado. Asistieron además el encargado de negocios de la Embajada de Palestina en La Habana, Majed Abu Al Hawa; jóvenes palestinos que estudian en universidades cubanas;representantes de organizaciones de la sociedad civil y personas sensibilizadas con el más reciente capítulo de esa historia de horror que desde hace más de siete decenios escribe Israel en tierras palestinas.
Varias fueron las voces que se alzaron durante el emotivo acto. Entre ellas las de jóvenes palestinos que trajeron cantos y versos de su tierra: “Nuestras miradas viajan hacia ti cada día/ Viaja cada día/ Recorriendo los pasillos de los templos/ Abrazando las antiguas iglesias/ Y enjugando la tristeza de las mezquitas/ oh, noche de Israa/ Oh, camino de los que han pasado al cielo/ Nuestras miradas viajan hacia ti cada día/ Y rezo”, entonaron con voz rajada y sonoridades que remiten a esa milenaria cultura árabe que tan valioso legado ha dejado al mundo.
Razan Malah evocó dolorosos recuerdos de su infancia en los que su abuela gritaba por la dignidad de Palestina luego de ver a sus hijos martirizados por las fuerzas israelíes de ocupación. Entre los oradores estuvieron además Norma Goicochea Estenoz, presidenta de la Asociación Cubana de las Naciones Unidas, y Yaliel Cobo Calvo, segundo secretario de la Unión de Jóvenes Comunistas. Ambos exigieron el fin de la masacre e instaron al mundo a un boicot total contra Israel.
Liberar a Palestina es derrotar al sionismo
El joven Abdalah Samir, estudiante de Medicina del Hospital Clínico Docente Miguel Enríquez, reflexionó en el acto sobre el simbolismo de la lucha que libra su pueblo hoy: “Lo que sucede actualmente en Gaza es una expresión del imperialismo depredador que pretende imponer al mundo un modelo de consumo incompatible con la vida donde un ser humano mata a su semejante”, dijo.
El Estado colonial de Israel no es un simple ente invasor, declaró Samir, “es una pieza clave de un sistema imperial que se sostiene sobre el asesinato organizado, el borrado sistemático de la memoria, la fabricación de una Historia falsa y la imposición de una identidad elaborada para servir al poder (…) Los judíos fueron instrumentalizados para cumplir un objetivo. Lejos de ser beneficiarios fueron víctimas del sionismo. Por eso liberar a Palestina es derrotar al sionismo. es justicia para los palestinos y también, liberar al pueblo judío del yugo del imperialismo”.
En opinión del joven casi médico (cursa el sexto y último curso de la carrera), la existencia de Israel no se mide por sus fronteras ni su desaparición por su caída física: “El verdadero punto de quiebre llegará cuando la razón colectiva desenmascare a los titiriteros del imperialismo, a los mercaderes de la sangre… Palestina no es solo una causa nacional, es una lucha contra el sistema que creó al sionismo, lo alimenta y lo protege, es una batalla por la verdad, la dignidad, la memoria”.
“La imagen de Palestina hoy es la de un pueblo que sufre los dolores más atroces, dijo con voz quebrada por la emoción, es la imagen de la madre que llora a su hijo muriendo de hambre ante sus ojos, del padre que entierra a su pequeña sin haberle escuchado decir su primera palabra, del niño que carga los restos de su hermano convertido en pedazos por un misil caído del cielo, de la niña que sufre sola por ser la única sobreviviente de su familia (…). Es también la imagen que una tierra que se niega a rendirse y da la vida por su derecho a existir. Algún día, la niña huérfana se levantará para ser la madre, la guerrera que horneará el pan de la vida en aquel horno de la muerte.”
“Palestina seguirá en pie, aunque intenten someternos mil veces. La verdadera Revolución no podrá ser silenciada. Nuestro pueblo no lucha solo por la liberación de su tierra, lucha por la causa de la libertad y el derecho a la autodeterminación de todos los pueblos.
“La justicia social, la dignidad humana y el destino de los pueblos apuntan hacia la liberación del hombre y hacia el comunismo. La voluntad de los pueblos es mas poderosa que todas las armas letales. La historia no ha terminado, la lucha continúa. Los trabajadores de los pueblos oprimidos solo tenemos cadenas que perder y un mundo por conquistar”, concluyó.
