¡Cuando un pueblo enérgico y viril llora, la injusticia tiembla! Fueron las contundentes palabras de Fidel ante una inmensa multitud que despedía a las víctimas del ataque terrorista que derribó en pleno vuelo a una aeronave de Cubana de Aviación. Nuestro pueblo no olvida las 73 vidas truncadas en el sabotaje, de ellas 57 cubanos, incluidos los 24 integrantes del equipo juvenil de esgrima que habían obtenido todas las medallas de oro en un campeonato centroamericano.
Lo ocurrido aquel 6 de octubre de 1976 se grabó en la historia patria como el Día de las víctimas del terrorismo de Estado.
Este flagelo que Cuba ha padecido desde los albores del triunfo revolucionario, sigue vigente, crecen las acciones violentas contra nuestro país y se mantiene la impunidad.
Vale recordar que en fecha reciente se entregó al Secretario General de la ONU y se dio a conocer a la opinión pública nacional e internacional una lista elaborada a partir de los resultados investigativos del Ministerio del Interior de la República de Cuba sobre 62 personas y 20 entidades terroristas que actúan contra nuestro país.
En la conferencia de prensa en que se dio a conocer la lista, se abordaron, entre otras, dos cuestiones fundamentales:
Una es que en el enfrentamiento a este flagelo se incorpora la variante del ciberterrorismo, o sea, el uso desmedido de las redes sociales para incitar a la violencia, la agresión contra las entidades gubernamentales, a militares, a todos los que estén vinculados a procesos revolucionarios, y crear matrices de opinión en torno a un estado de ingobernabilidad.
Otro tema es la falta de cooperación del gobierno de Estados Unidos, aunque existen mecanismos entre ambas naciones con ese fin, cuya actuación es muy importante si se tiene en cuenta que la mayoría de las personas de la lista reciben refugio y protección en ese país.
Mientras la Mayor de las Antillas han facilitado datos, nombres y ubicación de los que en los últimos años se han dedicado a promover, financiar y organizar actos violentos y terroristas en Cuba, la contraparte estadounidense ha dado la callada por respuesta.
Dos ejemplos son la liberación sin condena alguna del ciudadano de origen cubano Alexander Alasso que en abril de 2020 disparó con un fusil de asalto contra la embajada de Cuba en Washington, a pesar de las pruebas que existían en su contra, y la falta de información acerca de la identidad del individuo que atacó con cocteles molotov la sede diplomática cubana en 2023.
En contraste con esa inacción frente a actos terroristas, el gobierno de Estados Unidos, con su costumbre proverbial de convertir a la víctima en victimario, incluyó sin justificación alguna y de manera arbitraria a Cuba en la lista de Estados patrocinadores del terrorismo cuando es ese país el que ha apoyado financiado y protegido a los autores de actos terroristas contra la nación cubana.
La impunidad sigue alimentando la injusticia que nuestro pueblo enérgico y viril le sigue exigiendo que al imperio que cese.