Aunque fue la primera de la prueba en mandar el disco a más de 65 metros, no fue hasta el tercer intento que Silinda Morales se superó a sí misma y soltó el implemento, con palabrota de rabia incluida, hasta los 67,25 metros, válido para la medalla de bronce en la segunda jornada del Campeonato Mundial de Atletismo Tokio 2025.
Con solo 25 años, la discóbola criolla rompió los pronósticos que la daban solo como finalista. Ella sabía que para ser fiel a la tradición de esta modalidad —Cuba tenía siete medallas (2-3-2)— debía lanzar lo mejor de su vida. Y lo hizo. Y se ganó compartir la foto del podio con la estadounidense Valarie Allman (69,48) y Jorinde Van Klinken (67,50) de Países Bajos, oro y plata, respectivamente.
Nuestros especialistas del atletismo habían llamado la atención antes de partir a la Tierra del Sol Naciente que en esta temporada ella tenía rubricado siete de los 10 mejores registros de su carrera. Por lo que todo quedaba en manos de la camagüeyana para dar el salto esperado después de su título mundial sub-18 en Nairobi 2017 y bronce en la lid universal para menores de 20 años en Tampere 2018.
Quizás lo que nunca le faltó fue “el ojo del tigre”, pues tenía como inspiración en su especialidad a las dos cubanas campeonas del orbe en esta prueba: Denia Caballero (2015) y Yaimé Pérez (2019), quienes decidieron emigrar en años recientes, pero ya habían sembrado en Silinda Morales los secretos para que el disco volara hasta una medalla a este nivel.
Esta presea es la número 64 de Cuba en estas justas (22-25-17) y llega en el inicio de un ciclo olímpico en el que nuestro atletismo sigue resultando un deporte clave para los juegos múltiples regionales, panamericanos y olímpicos. Silinda sabe que en lo adelante todo será más exigente para ella, de momento celebra y lo hace junto a su entrenadora Hilda Elisa Ramos, quien también guarda la magia de grandes resultados como atleta y la inteligencia para haber llevado a sus alumnas a premios mundiales y olímpicos.
Sí, linda y de bronce. Sí, linda y ejemplo de consagración y disciplina. Sí, linda y capaz de mostrar luces cuando tanta sombra cobija al deporte cubano en lides internacionales. Este domingo ella pudo cantar: Me dicen Cuba. Y no le falta razón.
Muy bien por Greisys y Roxana
Además de la alegría mañanera con el primer metal, nuestra delegación tuvo buenas noticias con Greisys Robles y Roxana Gómez, quienes avanzaron a las semifinales de los 100 metros con vallas y los 400 metros, respectivamente.
Robles marcó 12.84 segundos y ganó el puesto directo a una fase en la que tendrá que acercarse o mejorar los 12.71 segundos que tiene como marca personal para soñar con una final. ¿Imposible? El ejemplo de Silinda le ronda ya su pensamiento.
Una experimentada como Roxana, tercera en su serie con 50.35 segundos, deberá sacar el extra en la siguiente salida a la pista para colarse entre las ocho primeras. Su actual forma deportiva avala esa posibilidad, pero bien sabemos que una carrera no se parece a la otra.
La jornada nocturna del domingo dejó los monarcas universales en 100 metros planos: la estadounidense Melissa Jefferson-Wooden, con récord para estas justas de 10.61 segundos y su primer título; y el jamaicano Oblique Seville (9.77), quien relegó para el tercer lugar al campeón defensor Noah Lyles (9.89). En salto de longitud para damas, el podio quedó en poder de la norteña Tara Davis-Woodhall con un brinco de 7,13 metros.