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Hombre de fe

El destino —esa ilusión que impul­sa— no importa. Lo que vale es el trazo. Cada acción, cada pasaje, es un golpe de cincel que nos define. No se trata de perseguir solo el triunfo y las ambiciones personales, sino de aprender a ser mejores, siempre afe­rrados a las más firmes de nuestras creencias. Esas que adoquinan el ca­mino de la vida y nos hacen trascen­der como seres humanos…

Saidel Horta. Foto: Tomada de IBA

Estoy casi seguro que Saidel Horta (57 kg) comparte buena par­te de esa reflexión. Su paso por el boxeo ha estado marcado por vic­torias y reveses. Por períodos de cálculo en los que la fe y la cons­tancia son el mejor escudo ante las trampas y obstáculos del día a día.

“Padecí de hepatitis A. Fue­ron cuatro meses sin entrenar. La reincorporación a la preselección nacional fue rápida y con ajustes, pues debía participar en un torneo en China”. (Lo ganó).

“Durante la preparación fui muy cuidadoso. A veces me faltaba el aire, sin embargo, me ajusté bien y llegué a la sede de la competen­cia con un 50 % del estado físico ideal.

“Pudimos arribar unos días an­tes y completé el adiestramiento con inteligencia. Cada pelea constituía una prueba. La idea era reservarme, cada round fue un examen. Mi ex­periencia resultó fundamental”.

Saidel es joven pero curti­do sobre el ring. Participó en los Juegos Olímpicos de París 2024 y se agenció las medallas de plata en el Campeonato Mundial del 2023 y en los Juegos Panameri­canos de Santiago 2023. Aun así, analiza con certeza el proceso por el que pasó.

“El período de la hepatitis fue duro. Hubo momentos en los que pensé que no volvería igual, que no sería el mismo. Gracias a Dios y a la disciplina regresé bien. Pude su­perar a púgiles de países de mucha tradición y calidad. Sin duda será un antes y un después en mi vida deportiva.

“No podré participar en la cita del orbe en Inglaterra. El colectivo técnico del equipo nacional decidió que luego de la enfermedad no debía quemar etapas. No estuve en algu­nos espacios del entrenamiento.

“Al principio me angustié, era lógico. Más calmado comprendí que la salud es lo importante. Respeto su decisión y seguiré enfocado en mis metas. Tengo que aprovechar el tiempo. Soy más maduro. Creo que he regresado con mayor potencia en la pegada, incluso aprendo de mis errores. Hay un nuevo Horta sobre el cuadrilátero”.

El actual ciclo olímpico estará cargado de duras pruebas y opor­tunidades, que habrá que vencer con buen boxeo.

 

¿Qué espera nuestro protago­nista?

“En el ciclo que pasó solo estuve dos años en la preparación. Combatí en París 2024 y logré varias me­dallas en otros campeonatos. En este quiero hacerme sentir. Con humildad, respeto, trabajo y sa­crificio puedo dejar huellas. Es el objetivo, estoy enamorado del proceso deportivo que enfrento.

“Sé que hay momentos de fe­licidad y de dolor, así es la vida, pero estoy listo. Quiero disfru­tar en cada lid que esté y ojalá que en Los Ángeles 2028 logre mi sueño”.

Saidel Horta defiende, a su manera, que lo que uno ama al principio puede amarlo al final. Ciertos amores no solo se tratan de acciones puntuales adorna­das con sacrifico y comprensión, sino de un acto en el que la vo­luntad y la inteligencia del alma son los sostenes del llegar hasta el final.

Él, que habita en el boxeo de élite, a diario escribe un tes­tamento íntimo de superación, una meditación especial, que solo conocen los hombres de fe.

 

Mundial de Boxeo de Liverpool

Este domingo en el Campeo­nato Mundial de Boxeo de Li­verpool, Erislandy Álvarez (65 kg) venció 5-0 al español Oier Ibarreche, en jornada adversa para sus compañeros Rolando Martínez (55 kg) y Jorge Soto (80 kg). Quedan tres cubanos en competencia y suman cinco los eliminados, pues antes cedieron Jorge Cuéllar (70 kg), Nelson Williams (90 kg) y Luis Enrique Vinent (60 kg). Este lunes Julio César La Cruz (+90 kg) enfren­tará al iraní Amir Esmaeili.

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