Enseñanza Técnico Profesional: Fragua de manos calificadas

Enseñanza Técnico Profesional: Fragua de manos calificadas

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Este 1.º de septiembre Cuba se sa­cude el sueño con un ajetreo que no necesita anuncio. Los despertadores sonaron más temprano, las calles se llenan de niños y jovénes vestidos con uni­formes recién planchados, y en cada barrio se respira ese aire de comienzo que solo trae consigo el inicio del curso escolar. Puede que no sea del todo nuevo para algunos, pero se vive como si lo fuera.

Inardis Esteban Ayarde y Luis Alberto Londres Morales, graduados en el 2023 de la especialidad de Construcción de Estructuras, fueron seleccionados para continuar su formación en Rusia durante dos años. En la imagen junto a ellos el profesor Sergio Celestino Chávez Dieguez, destacado docente de la institución. Foto: Cortesía de la dirección del Centro Amistad Cubano-Soviética

Las aulas del Centro Politécnico Amistad Cubano-Soviética, del capitalino municipio de Playa, vuelven a abrirse. El bullicio en los pasillos, el olor a metal recién cortado en los talleres y los saludos nerviosos de los estu­diantes de primer año marcan el arranque de otra jornada lectiva. Hay quienes no necesi­tan calendario para saber que ha llegado sep­tiembre: lo sienten en la piel, en la voz y en la memoria.

“Más de la mitad de mi vida está aquí. Me jubilé, pero volví. Esta escuela es mi casa, y mis alumnos, mis hijos”, confiesa con una mezcla de orgullo y ternura la Máster en Ciencias Mayra González González, directo­ra del Centro. Y no exagera, pues ella no solo dirige: lo habita y ha sido testigo de varias generaciones que han transitado sus pasillos; de reconocimientos institucionales, exposi­ciones estudiantiles, exámenes finales y de las visitas inolvidables como la del Coman­dante en Jefe Fidel Castro Ruz.

Hoy la red escolar se transforma, un he­cho que “favorece la calidad educativa, op­timizando recursos humanos, materiales, financieros y de infraestructura en corres­pondencia con las necesidades del entorno”, refirió la Doctora en Ciencias Leonor Pérez Olivera, directora nacional de la Enseñanza Técnico Profesional (ETP).

Explicó que se evalúan los resultados in­tegrales que expresan la calidad del proceso educativo. Entre los criterios a valorar están el reordenamiento de las matrículas en los úl­timos cinco cursos escolares (disminución de los estudiantes viajeros); uso racional de la fuerza laboral docente; así como el estado de las infraestructuras, relacionado con la crea­ción de instalaciones pioneriles; manteni­miento y reparación de los centros dañados, y reutilizacion de otros organismos de los te­rritorios en beneficio del sector.

Dicho proceso no se limita solo a cambios curriculares o ajustes administrativos, sino a una revisión profunda que involucra a cada institución, docentes y estudiantes del país. Cabe resaltar que la ETP es una herramienta de transformación social, inclusión y desa­rrollo para la nación.

 

Un camino con muchos desafíos

“Estamos frente a una reorganización sus­tentada en principios metodológicos como la equidad, la justicia, la sostenibilidad y la co­rrespondencia social”, manifestó la directora nacional de la ETP.

Leonor Pérez Olivera añadió que se con­siderarán las especialidades que se estudian a nivel regional, provincial o municipal, y el papel de las instituciones docentes que cuen­tan con talleres, máquinas, herramientas, laboratorios y áreas experimentales, porque “son espacios que garantizan la continuidad formativa y el vínculo real con el sector pro­ductivo”.

Para ello, la red politécnica cuenta con 399 centros educacionales dedicados a la la­bor, de ellos 348 politécnicos y 51 escuelas de oficio. Allí se desarrolla más de un centener de materias agrupadas en 13 familias de es­pecialidades profesionales, con una matrícula que superó los 111 mil estudiantes en el curso anterior.

“Nuestra estructura busca formar fuerza de trabajo calificada de nivel medio y medio superior, articulada estratégicamente con escuelas politécnicas, entidades laborales y universidades para dinamizar el desarrollo económico y social del país”, reafirmó Pérez Olivera.

No todo es sencillo. No obstante, la direc­tiva reconoce que el éxodo de fuerza laboral calificada, la inestabilidad en la demanda de especialidades y la falta de ingreso en algu­nas áreas técnicas constituyen los principales desafíos.

Frente a esto se han implementado estra­tegias como la docente–productiva, que per­mite a cada una de las instituciones contribuir al desarrollo territorial mediante produccio­nes y servicios cooperados. “Hemos logrado con esta alternativa, en el curso precedente, aportar más de 2 millones 420 mil pesos al país. Sin duda es un resultado que perfeccio­na la calidad de la formación y promueve el acceso a un empleo digno”, argumentó.

En el politécnico, Edgar Peña, desarrolló sus potencialidades en la especialidad de fresado. Foto: Cortesía de la dirección del Centro Amistad Cubano-Soviética

Es un logro que en este curso 2025–2026, —mediante las producciones cooperadas— en 346 centros politécnicos se involucrará a más de 23 mil estudiantes y cerca de 91 actores económicos. Sin embargo, persisten insufi­ciencias como “el incremento de plazas por encima de la demanda y la falta de ingresos en determinadas especialidades en los últi­mos cursos.

“Además, se han fortalecido mecanis­mos como la ubicación anticipada de gra­duados, la salida intermedia para quienes no pueden continuar sus estudios, y la cer­tificación de saberes. También se garantiza la selección y certificación de aulas anexas (con 7 mil 206 por todo el territorio nacio­nal, de las cuales 6 mil 776 pertenecen al sector estatal y 430 al no estatal), así como centros de producción docente y aulas espe­cializadas”, sentenció.

 

Un paso a la vez con participación colectiva

La historia como docente de Mayra González González está marcada por el amor y la pa­sión. Cada inicio de curso lo recibe como una promesa renovada y una oportunidad para sembrar futuro desde el aula.

Con más de cuatro decenios dedicados a la educación, encuentra la satisfacción de lograr grandes profesionales con una mayor preparación. En cada torno, plano o circuito que los alumnos manipulan, hay una chispa que demuestra que la ETP es una apuesta por el talento joven, la soberanía productiva y el vínculo entre saber y hacer.

Su Centro —perteneciente a la familia profesional de Mecánica—, forma los técnicos medios y obreros calificados en perfiles in­dustriales y del transporte, y a su vez mantie­ne una parte activa en esta transformación. “La educación está pasando por un proceso de perfeccionamiento participativo. Se han realizado reajustes a planes y programas de estudio con la colaboración de nuestros espe­cialistas”, señaló la directora.

Desde el taller, Omar Véliz Veranes no solo aprendió todo lo relacionado con la tornería, sino que sus conocimientos hoy son una apuesta por el desarrollo sostenible y la autonomía productiva. Foto: Cortesía de la dirección del Centro Amistad Cubano-Soviética

Al respecto, subrayó que la vinculación con el entorno es clave. Por ello han esta­blecido convenios con agencias sociales para producciones cooperadas, inserción laboral, y proyectos interinstitucionales con sociedades científicas estudiantiles y círculos de interés con las academias de la localidad. “Impulsa­mos la continuidad formativa desde la base, conectando con secundarias básicas y prima­rias cercanas”, declaró.

Sobresalen las nuevas asignaturas, así como los cursos y actividades complementa­rias según la especialidad para lograr mayor calidad de los egresado. “Se trabaja desde el Proyecto Educativo Institucional y el Proyec­to de Grupo Escolar, que aborda debilidades y fortalezas con visión estratégica”, aseveró.

La preparación docente también se ha fortalecido. Claustrillos, colectivos de asig­naturas, departamentos y espacios de ense­ñanza práctica permiten enfrentar los nuevos retos: “Cómo se educa, para qué se educa y a quién se educa”, reflexionó Mayra. Todo esto se acompaña de una labor político-ideológi­ca constante, que incluye la enseñanza de la historia, el uso de las Tecnologías de la In­formación y las Comunicaciones (TIC) y re­des sociales, y la formación de una conciencia crítica en los estudiantes.

 

Unidos para el desarrollo

En medio de estas circunstancias el Sindica­to Nacional de Trabajadores de la Educación, la Ciencia y el Deporte (SNTECD) desempe­ña un rol activo en el proceso, acompaña a las administraciones, y a su vez a los trabajado­res, para que a través de espacios colectivos como asambleas de afiliados y claustros, ellos comprendan el proceso, y destacan sus bene­ficios y las condiciones laborales.

Aunque algunos docentes muestran re­sistencia, según refirió la MsC. Mariela Ca­macho Caballero, secretaria general del Co­mité Provincial del SNTECD en la capital, este apoyo contribuye a que muchos asuman el traslado de forma positiva al reconocer las ventajas que implica.

Por ejemplo, en La Habana, este reorde­namiento busca “optimizar la cobertura do­cente del territorio, aún por debajo del nivel deseado. La redistribución de personal per­mitirá aprovechar mejor los recursos hu­manos y fortalecer el nivel educativo en las escuelas con mayor necesidad”, destacó la sindicalista.

 

Docencia y producción de la mano en Holguín

Los nuevos pasos ya están dando excelentes frutos. Durante una reciente feria empresa­rial celebrada en Holguín, resultaba llama­tivo que, junto a los estands de reconocidas entidades, podían advertirse otros provistos de moderna tecnología pertenecientes al sec­tor educativo.

Politécnicos holguineros han sido beneficiados con recursos que les permitirán integrarse a la estrategia docente productiva de una manera más eficiente. Foto: Lianne Fonseca

Algunos mostraban artículos destinados a la construcción o a la generación de ener­gías renovables, y en uno de ellos, incluso, estudiantes de impecables uniformes gas­tronómicos elaboraban in situ variaciones de cocteles tradicionales cubanos.

Aquella escena hablaba por sí sola del camino que hoy transita en la oriental pro­vincia la ETP, fortalecida con recursos pro­venientes de proyectos internacionales como Profet y Former y sobre todo por el avance de la estrategia docente-productiva, basada en el principio martiano del vínculo entre estu­dio y trabajo.

Ada Elvira Hierrezuelo Romero, jefa de Departamento de la ETP en la provincia, confirma que esta enseñanza mantiene con­venios de cooperación con 52 organismos adscritos a 19 ministerios, tres institutos na­cionales, dos vinculados de la Asociación Na­cional de Agricultores Pequeños y dos formas de gestión no estatal. Una red de alianzas que permite abrir el abanico de experiencias en la formación docente.

Pero en cifras no quedan las expectativas, y para este nuevo curso, los propósitos están bien definidos. Entre ellos destacan: diseñar un plan de formación vocacional y orienta­ción profesional que fortalezca el acompaña­miento de los organismos a las instituciones educativas; implementar de manera efectiva la estrategia docente-productiva en todos los centros con potencialidades y fomentar pro­ducciones cooperadas entre las escuelas y los distintos actores económicos.

En ese sentido, el politécnico 26 de Julio, enclavado en el municipio cabecera, cuenta gracias a Profet —proyecto financiado por la Agencia Suiza para la Cooperación y el De­sarrollo— con los recursos necesarios para abrir próximamente una minindustria dedi­cada a la construcción de bloques y baldosas.

Vale subrayar que la estrategia docente-productiva —implementada desde el 2022 sobre la base de la Resolución Ministerial 289/2019—, es una “explosión bonita porque logramos que nuestros educandos desarrollen sus habilida­des profesionales en áreas de la producción y los servicios”, resalta la directiva.

Las experiencias de los ocho politécni­cos holguineros inmersos en la estrategia son elocuentes. Hierrezuelo Romero subraya que en la institución Manuel Rojo Pérez, del mu­nicipio Rafael Freyre, se ofrecen servicios de belleza; mientras que en Cacocum es plausi­ble el corte de tiro mecanizado de caña, tarea que cada año realiza un pelotón del politéc­nico Manuel Isla.

En el caso del municipio de Moa los es­tudiantes fabrican tornillos, clavos y carreti­llas entre otras piezas; en Mayarí se producen artículos de miscelánea para la cocina; y en Báguanos brindan servicios gastronómicos y otros vinculados a la fabricación de azúcar. En el centro insigne de la provincia, el Ins­tituto Politécnico Calixto García, se reparan equipos de refrigeración.

Todo con el fin de unir lo útil a lo bello para esculpir la fuerza técnica del mañana “los estudiantes —destaca Ada Elvira—, ad­quieren las primeras habilidades dentro de la escuela y las calzan fuerte en las entidades productivas”.

Hoy, el escenario deviene mejoras sustancia­les para el sector. Además son concretadas labo­res de impacto para la comunidad y las entida­des, se generan ingresos que van al presupuesto del Estado y también a las cuentas bancarias de los politécnicos. De hecho, “del total del apor­te económico logrado se han ingresado al pre­supuesto 578 mil 309 CUP, mientras que en las cuentas bancarias de los politécnicos hay 248 mil 703 CUP”, acotó.

Sin duda es una experiencia que ha dejado huellas en el estudiantado y se espera sume a sus filas a otros organismos. Una alternativa que se levanta como una importante vía para impulsar el desarrollo local, y reutiliza asimis­mo los ingresos para el mejoramiento de las instalaciones educativas.

 

Epílogo

No cabe duda: cada día la ETP se renueva, no solo con estrategias educativas acordes a los años que corren, sino como columna vertebral del desarrollo local, la soberanía productiva y la inclusión social. Desde las aulas, talleres y la­boratorios, en cada rincón del país se forjan los profesionales que son respuesta de estos días y, al mismo tiempo, se construye la Cuba del ma­ñana porque educar para el trabajo es también educar para la vida.

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