
Así lo consideró Guillermo Ferriol Molina, presidente de la Sociedad Cubana de Derecho del Trabajo y de Seguridad Social de la Unión Nacional de Juristas de Cuba (UNJC), con quien pudimos abordar los aspectos más notables del ya inminente proceso de consulta con todos los trabajadores.
Para el destacado especialista el escenario laboral cubano “se ha modificado sustancialmente” desde que en el 2013 se aprobara el Código de Trabajo aún vigente. “Hoy los empleadores, las personas trabajadoras, sus organizaciones, no tienen exactamente las mismas características y condiciones que en aquel año. Por tanto, encontrarán en la ley que se proyecta un mejor y mayor fundamento para su actuar en los nuevos escenarios económicos”.
Además de ese objetivo de adecuar la legislación a la realidad económica y laboral del país, así como a lo dispuesto en la carta magna y en los convenios emitidos por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Ferriol Molina destacó que el Código en elaboración servirá igualmente para contribuir al mejor desarrollo de las relaciones laborales, a una mayor protección de los derechos de las personas trabajadoras y al establecimiento de las debidas responsabilidades de los sujetos laborales, en los diferentes y ya no tan homogéneos escenarios económicos”.
Mencionó entre los cambios la introducción del principio constitucional del empleo digno, el modo de acceso a los órganos judiciales y prejudiciales ante conflictos de trabajo, la presencia de nuevos sujetos que establecen relaciones laborales, como las mipymes o los proyectos de desarrollo local; las modificaciones en el funcionamiento de las empresas estatales y unidades presupuestadas, cooperativas agropecuarias y no agropecuarias, empresas con inversión extranjera, o el trabajo por cuenta propia.
También apuntó hacia el desarrollo de nuevos conceptos o prácticas, como el trabajo a distancia y el teletrabajo; o el reconocimiento de la seguridad y salud en el trabajo como un derecho fundamental.
“El Derecho del Trabajo contribuye a organizar las labores e influir sobre sus resultados, en todo tipo de organización, en cualquier momento o bajo cualquier circunstancia, mediante disposiciones sobre organización del trabajo, organización del salario, régimen de trabajo y descanso, remuneración del trabajo, disciplina, participación, entre otros. De ahí, que el Anteproyecto proponga una nueva mirada a las relaciones laborales”. valoró el jurista.
¿Un Código científico?
Ferriol Molina, para quien la elaboración de este Anteproyecto “ha sido una importante responsabilidad compartida y, por supuesto, disfrutada”, recordó que en el mundo del trabajo confluyen distintas materias, jurídicas y no jurídicas, dado su amplio espectro y su diversa naturaleza, lo cual concede mayor relevancia al papel de los investigadores y las sociedades científicas.
“Desde las ciencias y la investigación no solo se ha fundamentado lo que se proyecta, sino también ha permitido incluir en el documento los resultados de estudios, de experiencias prácticas, de conocimiento colectivo, que le han dotado de una sistemática significativa, si bien el análisis en los colectivos laborales contribuirá, aún más, a su perfeccionamiento”, añadió.
Ejemplos de estos estudios lo han sido el análisis de aquellas disposiciones normativas que deben perfeccionarse, para continuar incentivando la protección de los derechos laborales, las responsabilidades de quienes intervienen en los procesos, así como la promoción y necesaria eficiencia en el trabajo.
Igualmente se prevén aspectos que establecen iguales derechos para todas las personas trabajadoras, con independencia del sector y las formas de gestión en las que laboren; y se ha realizado un análisis pormenorizado de los aproximadamente 90 Convenios de la OIT ratificados por Cuba, y que deben encontrar fundamento en nuestra legislación.
Explicó Ferriol Molina que han sido estudiados Códigos o leyes laborales de varios países para conocer qué se debe regular o no en el Anteproyecto, considerando la naturaleza, particularidades y condiciones del sistema social y laboral cubano. “Por supuesto, se mantienen los derechos fundamentales en el trabajo establecidos en el vigente Código, para no incurrir en regresión o disminución de esos derechos, como ha ocurrido en otras naciones.
“En esencia —planteó— se propone un Anteproyecto que responde a las condiciones actuales del mundo del trabajo en Cuba, con sus nuevos y no tan nuevos sujetos económicos y laborales”.
Entre los aspectos que pudieran resultar polémicos, el especialista citó los principios generales del Derecho del Trabajo, cuya definición puede ser objeto de inquietudes o de necesidad de mayor explicación para su debido conocimiento y aplicación; así como la definición de iguales derechos para todas las personas trabajadoras, con independencia del sector y las formas de gestión en las que laboran, “pues hoy no siempre se aprecia así”, agregó.
Las diferencias en el procedimiento para la solución de los conflictos o reclamaciones, según el sector o tipo de organización; el cambio previsto en la edad laboral; los tipos de contratos que se proponen; los límites de la jornada de trabajo en el pluriempleo; son otros aspectos que pudieran centrar los debates.
“Varias consideraciones pueden surgir en los análisis que se inician en septiembre; estas, seguramente, enriquecerán el Anteproyecto. Experiencias positivas de estos procesos ya existen”.
“Tenemos una alta responsabilidad, que se hace cada vez mayor, en su estudio, interpretación y cumplimiento; ya que la mayor cantidad de operadores del Derecho del Trabajo no son juristas. Esta disciplina jurídica hoy se hace más transversal y significativa en el desarrollo del país; pues toda proyección económica o social debe tener para su cumplimiento una adecuada instrumentación y regulación desde el Derecho del Trabajo”, significó.
Juristas en el análisis del Anteproyecto
- La Sociedad Cubana de Derecho del Trabajo y la Seguridad Social, y las otras sociedades científicas que integran la UNJC, prevén el acompañamiento a los colectivos laborales, a los empleadores, a sus organizaciones, a los delegados y diputados de las Asambleas del Poder Popular, en el estudio y análisis del Anteproyecto, a fin de explicar y esclarecer inquietudes.
- Los juristas continuarán el estudio individual y colectivo del documento para aportar valoraciones que lo perfeccionen. Muchos juristas han intervenido en su redacción y en los procesos previos de consulta especializada.
- Lo más importante de su participación como juristas se iniciará una vez aprobado el nuevo Código de Trabajo.
