Grandes problemas de la Revolución en sus primeros tiempos se dilucidaron en la vivienda donde Fidel se estableció en Cojímar allá por febrero de 1959, según narró hoy la historiadora Gilda Isabel Rodríguez Rodríguez, en presencia de jóvenes del municipio Habana del Este y vecinos de la comunidad que festejaron así el cumpleaños 99 del Comandante en Jefe.

La casa quinta Rancho Alto, del reparto residencial Loma de Cojímar, fue seleccionada por Fidel como residencia permanente poco después de su entrada triunfal en La Habana, y allí trajo y comenzaron a estudiar niños y niñas de la Sierra Maestra, que fueron los primeros estudiantes de una escuela contigua creada por Celia Sánchez, la primera que vinculó estudio y trabajo agrícola en la época revolucionaria.
Por eso el actual tecnológico lleva el nombre de Sierra Cojímar, a unos pasos de la verja de la antigua casa, que en la actualidad no está ocupada, pero sí resguardada.
Detalles de esa historia tan fascinante como casi desconocida fueron recordados por José Antonio Pérez Martínez, profesor de Ciencias Sociales de la Universidad de Ciencias Médicas de La Habana y también vecino de Cojímar, quien tiene en preparación un documentado libro sobre ese inmueble, con datos y fotografías inéditas.
En sus alrededores todavía viven algunos de aquellos infantes y jóvenes rebeldes que crecieron o custodiaron el hogar de Fidel, a quien el pueblo cojimero siempre cuidó.
Todo un episodio digno de una crónica de Abdiel Bermúdez Bermúdez.






¡Oh, qué bien que se siga ofreciendo información sobre ese lugar! Bienvenido el libro en preparación. Resguardar esa instalación, investigar sobre la estancia de Fidel allí en esos primeros meses del triunfo revolucionario es una forma de proteger la memoria histórica.