La trayectoria laboral del ingeniero Metalúrgico Félix Manuel Cepeda Aguilera está motivada por el legado del invicto Comandante en Jefe Fidel Castro, “sus palabras son órdenes y para cumplirlas he trabajado desde el 28 de noviembre de 1988, y todo cuanto he hecho en estos últimos 37 años en esta empresa y donde he estado es para honrarlo”.

Lo afirma y relata la génesis de su compromiso con el Líder Histórico de la Revolución Cubana, después de un anhelado apretón de mano y su convocatoria “tienen que echar pa´lante esta industria”.
“Su convocatoria me ha inspirado desde entonces”, remarca Félix y su entrega está animada por el ejemplo de Fidel, “por sus convicciones de que siempre se puede hacer más y su fe inquebrantable en la victoria”, exalta.
Lo dice ahora y lo ha demostrado siempre en su responsabilidad como especialista A en Ensayo Físico, Químico y Mecánico en Acinox Las Tunas y como instructor del círculo de interés de Metalurgia en el Palacio Provincial de Pioneros José Martí y centros de Enseñanza Preuniversitaria, donde ha hecho trinchera para promover el ideario de Fidel y el amor por esta profesión.
Con Fidel en la memoria
Félix rememora que siendo un adolescente anhelaba darle la mano a Fidel, “yo soy de La Habana. Al Comandante en Jefe lo había visto relativamente cerca en varias ocasiones, porque estudié en la Escuela Militar Camilo Cienfuegos, de Baracoa, en mi provincia natal. Era miembro de la compañía de ceremonia y asistía a muchos desfiles militares”.
Y en estos días previos al cumpleaños 99 de Fidel las emociones de aquellos tiempos de estudiante las conserva intactas en su memoria y las relata emocionado como el primer día, “mientras estuve en los ´Camilitos´ no pude materializar mi sueño, pero la vida da muchas vueltas y a veces ocurre lo inesperado”. Hoy vuelve a contar lo que considera sus primeros pasos hacia el ´milagro´.
El día esperado…
Después de concluir el duodécimo grado en la escuela ya mencionada, Félix pasa por la ciudad de Las Tunas rumbo al otrora Instituto Superior Minero Metalúrgico de Moa, donde hizo el grado de Ingeniero Metalúrgico, profesión que lo trajo al flamante Laminador 200T, que en ese entonces se fraguaba bajo la mirada aguda del Comandante en Jefe Fidel.
“Unos días antes de su inauguración ya presumíamos que Fidel vendría al acto y en la empresa formaron un turno especial de trabajo. Llegamos al taller como a las 4:00 de la mañana y salimos cuando se acabó la ceremonia, pero nadie estaba cansado, todos nos sentíamos honrados.
“A mí me pusieron al frente del grupo. Y enseguida pensé: ´esta es mi oportunidad para estrechar la mano del Comandante en Jefe´ y comencé a diseñar mi estrategia”, comenta.
Félix había hecho sus cálculos “lo tenía todo planificado pensando que Fidel entraría por la puerta delantera, pero no fue así. Lo hizo por la puerta de atrás, y tuve que desplazarme rápido y ubicarme al final de la fila formada por jubilados de Antillana de Acero que habían venido a ayudarnos en la arrancada de la planta.
“Pero yo tenía solo 27 años, y verme allí a Fidel le llamó la atención, pero Paquito, entonces primer secretario del Partido en la provincia, me presenta, y le doy la mano a Fidel y es cuando me dice ´tienen que echar pa´lante esta industria´”.
El reclamo de Fidel
Ese saludo y ese reclamo Félix los guarda en un espacio especial de su memoria, y “siguen guiando mi desempeño, aquí, en la industria y en el Palacio Provincial de Pioneros José Martí, donde una foto de Fidel preside mis encuentros con los niños. Siempre les hablo de la vida y la obra de Fidel, de su grandeza, humanismo y de su inquebrantable fe en la victoria.
“Porque, argumenta, hoy más que nunca, en medio de tantas dificultades y carencias, su pensamiento es guía, nos indica cómo enfrentar estos desafíos y salir adelante. Ahora hay que cumplir con su legado y con su llamado de echar pa´lante las cosas”, enfatiza.
La gran emoción de Félix
Félix exclama que “cuando le di la mano al Comandante en Jefe sentí una emoción indescriptible, porque es lo más grande que me ha sucedido hasta el momento. Mientras yo tenga fuerza y salud estaré sirviendo a la Revolución en mi puesto de trabajo, y en el Palacio de Pioneros y en los centros preuniversitarios seguiré sembrando admiración por Fidel y por esta profesión”, reitera el abnegado trabajador.
Acerca del autor
Licenciado en Periodismo (Universidad de Oriente, 1986), máster en Ciencias de la Comunicación (Facultad de Comunicación Universidad de La Habana, 2010). Inició como colaborador (1999) y desde el 2008 es corresponsal de Las Tunas. Profesor adjunto de la Universidad de Las Tunas con categoría de asistente. Cumplió misión en la República de Haití (2000) y en la República Bolivariana de Venezuela (2018-2021). Es colaborar del Periódico 26 y de la emisora provincial Radio Victoria.

