Los que han fundado una publicación prefieren festejar los aniversarios antes de la fecha en que los lectores lo recibieron, pues para que fuera leído ese primer día, siempre hubo celebraciones a la manera periodística en las jornadas anteriores.

En el caso de Vanguardia, ya se habían cobrado las suscripciones y hubo reportes que envejecieron, por lo cual los refritaron (en la jerga se le llama así a renovar los datos y enfoques) o tuvieron que hacer otros.
Horas antes de aquella mañana del jueves 9 de agosto de 1962, cuentan que el fin de semana que le antecedió lo dedicaron a solucionar un problema en la maquinaria impresora, para lo cual recabaron el apoyo de técnicos capitalinos.
Sin embargo, no fue un experto en equipos poligráficos quien lo solucionó, sino Yayito, un electricista automotriz al que le dieron la misión, más porque él se atrevió a pedirla que por confiar en él.
Cuando parecía que habría que volver a preparar otra edición con fecha actualizada, el osado joven logró que la maquinaria fuera capaz de en vez de arrancar a toda velocidad, solo se moviera escasos centímetros que eran los necesarios para realizar ajustes.
A esa operación los impresores le llaman el paso de la pulgada, y era lo que faltaba para que quien pudo haberse llamado Girón, y no Vanguardia, fuera fundado en esa fecha hace 63 años.
Por la tardanza en encontrar el famoso paso de la pulgada, le dio tiempo a los matanceros para cambiar su Adelante por el de Girón, y entonces hubo que adoptar el segundo nombre propuesto en una encuesta popular: Vanguardia.
Aquello pareció una premonición, pues años después, en un reordenamiento territorial, Playa Girón fue traspasado de Las Villas a Matanzas.
Encontrar aquella solución que estaba en el sistema eléctrico y no en el mecánico como se creyó, fue solo un paso, pues de ahí en adelante su colectivo emprendería una búsqueda constante para cumplir sus objetivos.
En una nota titulada Un saludo, antecedido de NUESTRA PALABRA, los fundadores juraron cumplir la misión encomendada que calificaron de difícil y que la alcanzarían en lo que consideraron una trinchera de la Revolución.
Con sentido del momento histórico, para reflejarlas en sus páginas, identificaron las principales tareas de la entonces provincia de Las Villas a solo tres años de haber triunfado la Revolución.
En orden prioritario se refierieron a la producción como el frente más importante en la edificación de nuestra sociedad y del que dependería en grado sumo, el triunfo total de nuestro pueblo frente a las brutales acometidas del imperialismo y sus lacayos internos.
Si buscamos en los archivos, comprobaremos que ahí están los logros y enseñanzas, los ejemplos a seguir, pero además de logros y avances, se encuentran fracasos y errores, con espíritu crítico constructivo para que sirvan de experiencias.
Desde el primer día, Vanguardia proclamó que para cumplir a cabalidad su difícil labor no lo harían solos, sino en unidad con los trabajadores, cuadros de dirección y organismos.
Tan tempranamente como en su misma fundación, aclararon que no solo prestarían especial atención a la vida material, sino también a la espiritual y señalaron la prioridad de las organizaciones de masas y culturales.
Si releemos las ediciones del periódico, encontraremos los espacios ocupados por las notas de los corresponsales que al pasar el tiempo se calificaron de voluntarios u obreros, cuyas informaciones fueron consideradas vitales para editar un periódico como la Revolución necesita.
Quizas concluir esa nota con una novedad en el periodismo de convocar a los corresponsales tuvo el propósito de que fuera la idea mejor fijada, pues la aspiración fue que contribuyeran a que el periódico se convirtiera en motor que impulse el cumplimiento de las metas de producción y el de todos los frentes de trabajo.
Todas las ideas contenidas en NUESTRA PALABRA tienen plena vigencia, hasta el del papel de los corresponsales obreros, que si bien el espacio se ha limitado, en los nuevos escenarios de redes sociales y comentarios digitales pudieran reencontrar su misión.
Existen suficientes pruebas de que el colectivo de Vanguardia tiene bien claras las respuestas a cinco de las seis preguntas clásicas del periodismo: qué, quién, dónde, cuándo, por qué.
El cómo lograr el paso de la pulgada fue la clave para que la fundación ocurriera el 9 de agosto de hace 62 años, y lo sigue siendo hoy para ajustar la implementación de las ideas que lleven a Vanguardia a estar y mantenerse en la vanguardia.
Acerca del autor
Licenciado en Periodismo y licenciado en Ciencias Sociales, autor de El Foro en Cubahora, jubilado y reincorporado en la Redacción Digital de Trabajadores, donde escribe las secciones LA GUAGUA y EN 500 CARACTERES, fue corresponsal del periódico Vanguardia en tres de las seis regiones de Las Villas, Jefe de Redacción fundador del periódico Escambray, Corresponsal Jefe de la Agencia de Información Nacional (actual ACN) en Sancti Spiritus, colaborador de Radio Progreso, Prensa Latina y Radio Sancti Spíritus; así como Jefe de Información, Subdirector y Director del periódico Vanguardia, donde administró sus foros de discusión.


