A finales de 1925 el gobierno estadounidense por intermedio del agregado militar de Estados Unidos en La Habana solicitó con carácter confidencial al gobierno de la Mayor de las Antillas un informe sobre el movimiento obrero cubano.

¿Qué había ocurrido que inquietara al imperio? Nada menos que la fundación de la primera central sindical cubana, intérprete de los intereses, aspiraciones y derechos de la clase obrera.
Su nacimiento ocurrió en Camagüey, en un Congreso celebrado del 2 al 7 de agosto de ese año, en la sociedad “de color”—como llamaban a los negros—denominada Victoria, sita en Lugareño 29 en la capital provincial, con la participación de 116 delegados en representación de 82 organizaciones y otras 46 adheridas.
Para llegar a ese momento había transcurrido un proceso unitario en el cual desempeñó un papel decisivo el líder tipógrafo Alfredo López, secretario general de la Federación Obrera de La Habana (FOH), quien acompañado del prestigioso líder ferroviario Enrique Varona, recorrió el país con el fin de abogar por la unidad.
Para concretarla se dieron varios pasos previos: en diciembre de 1924 una reunión denominada Primer Congreso Preliminar, convocó al II Congreso Obrero Nacional en Cienfuegos, efectuado en febrero de 1925 y en este cónclave, tras grandes debates sobre la declaración de principios sobre la futura organización, se decidió en el III Congreso celebrado en la tierra agramontina, constituirla con el nombre de Confederación Nacional Obrera de Cuba (CNOC). Fue electo su secretario general el dirigente del sindicato de escoberos David Ante, muy vinculado a Alfredo López.
El programa de reivindicaciones de la CNOC incluyó entre otras medidas, la lucha por la jornada de ocho horas, seguros contra accidentes de trabajo, medidas para la protección de la mujer y el niño en el trabajo y el combate contra el infame tráfico que se hacía con inmigrantes antillanos, especialmente haitianos y jamaicanos por parte de las empresas azucareras buscadoras de mano de obra barata. Se trató además de la necesidad del paso de las formas gremialistas de organización a la creación de sindicatos por ramas industriales cuya base fuera la sección sindical.
El recién estrenado presidente Gerardo Machado, a tono con las orientaciones de su amo yanqui, desató una violenta represión contra la organización sindical y sus dirigentes.
Enrique Varona fue asesinado frente a su esposa e hijas. Él y José Cuxart del Sindicato General de Obreros de la Industria Fabril fueron las primeras víctimas obreras del machadato. Les siguieron otros crímenes, como el de. Alfredo López.
Pero la lucha no se detuvo. Rubén Martínez Villena, que se había desempeñado, en su condición de abogado, como asesor legal de la CNOC se convirtió prácticamente en líder de la organización. Bajo su orientación y la del Partido Comunista, se desató la primera huelga general contra Machado en marzo de 1930. Pese a que el tirano había afirmado que bajo su gobierno ninguna duraría 24 horas, el paro reunió a más de 200 mil obreros y empleados durante más de 36 horas Rubén, amenazado de muerte tuvo que salir del país, aunque un tiempo después regresó para entregarse por entero al combate al frente de los trabajadores.
La CNOC continuó fortaleciéndose y logró éxitos como la fundación del Sindicato Nacional de Obreros de la Industria Azucarera (SNOIA), en 1932. Un año después, un paro por demandas económicas del sector del transporte se convirtió por la conducción de Villena, en una huelga política y nacional que derrocó al tirano.
Al celebrarse el IV Congreso de Unidad Sindical en 1934, al que Rubén entregó sus últimas energías, ya la CNOC se había transformado en la central más poderosa de América Latina.
No obstante, el fracaso de la huelga general de marzo de 1935, reprimida sangrientamente, echó por tierra lo alcanzado por el movimiento sindical que fue desarticulado.
Tras una paciente labor de reconstrucción de la unidad, se llegó en enero de 1939 a la creación de la Confederación de Trabajadores de Cuba (CTC) en cuyo congreso constituyente se declaró concluida la misión histórica de la CNOC.
Acerca del autor
Graduada de Periodismo en 1974 y Master en Ciencias Políticas de
enfoque Sur, Al graduarse pasó a atender temas históricos e
ideológicos y viajó a varios de los antiguos países socialistas. Al
pasar al periódico Trabajadores, escribió para el Suplemento de
salud durante varios años y realizó la cobertura del segundo
contingente de la brigada médica en Guatemala. Posteriormente fue
jefa de la edición digital y subdirectora editorial hasta mayo de 2025
que se jubiló y se recontrató en la publicación. En el transcurso de
su ejercicio profesional Ha ganado premios en concursos
periodísticos y de humorismo.

