En la etapa estival en el Municipio Especial Isla de la Juventud mucho se trabaja por el sistema de casas de cultura, para la formación cultural de niños, adolescentes y pueblo en general, con varios talleres de verano, cuya solidez en la orientación profesional es apreciable ya.
Múltiples actividades desarrollan los trabajadores del sistema de casas de cultura para todos los gustos y edades, en diferentes poblados, como el taller de arte del papel con la técnica origamy, herramienta de calma y autoconocimiento que invita a encontrar serenidad en cada pliegue, al estimular la concentración y la creatividad.
La instructora de danza, Yanisael Jiménez, en representación de la Casa de Cultura del poblado la Victoria, como una manera de disfrutar una experiencia enriquecedora y educativa en el campo del arte y la cultura, imparte el taller de danza, con el cual enseña a sus participantes lo más representativo de los cantantes cubanos, así como diferentes técnicas y estilos a la hora de interpretar una coreografía y enseña nuevas técnicas de diversos ritmos.
¿Cuánto aportan estos talleres en la formación integral de valores?, de eso habla Yanet Arias Rodríguez, subdirectora del Sistema Municipal de Casas de Cultura de la Isla de la Juventud.
«Los cursos de verano devienen una opción atractiva para los educandos, cabe destacar que por su metodología particular y los resultados alcanzados, a partir de un diseño integral del proceso de enseñanza-aprendizaje, hemos ganado en más protagonismo de niñas y niños, trabajadores de diversos sectores.
«A quienes les ha fomentado saberes acerca del cuidado de la cultura y el patrimonio, la confección de papalotes, artesanía popular, de conocimiento diversos para su formación, de creación artística y otras aristas para su desarrollo profesional y social.
«Las opiniones y sugerencias de las personas involucradas, desde obreros, padres, y pueblo en general, evidencian la importancia de los talleres, en la medida que responde a las necesidades e intereses de grupos etarios específicos. La satisfacción de los públicos también se relaciona con el carácter creativo, dinámico y el protagonismo que tienen los participantes, favoreciendo un aprendizaje de forma divertida y creativa.
«Igualmente estimulan las relaciones familiares, el establecimiento de nuevas relaciones y vínculos de amistad y la creación en grupo, potenciándose la adquisición de nuevas habilidades personales y sociales» , concluye la directiva mientras sigue su intercambio con los instructores de arte Osvaldo Acuña Álvarez, al frente de la confección de papalotes.
También están otros: Yaritza Basulto Mena, enseñando de artesanía popular; Yasmany Estrada Fajardo, metodólogo impartiendo el taller El conocimiento no pesa; Elías Heredia Roncourt, compartiendo sus habilidades de cerámica; Yoel Guzmán Osorio comparte sus saberes de creación de arte y Teresita Domínguez Álvarez se deleita al enseñar de otras temáticas artísticas.
