Legado de amor

Miradas y sonrisas enamoran aún como en la edad de oro de sus vidas. “Muy bella fue nuestra etapa estudiantil”, destaca Mayda. “Inteligente, alta y bonita, justo a la medida de mi preferencia, no podía dejar de mirarla, tampoco ella a mí, tal parece que yo también era un buen tipo”, comenta Ángel.

Fieles testigos del romance hubiesen sido quizás el banco y el frondoso álamo donde ambos se sentaban a conversar, frente al preuniversitario Manuel Ascunce Domenech, antiguo Instituto de Segunda Enseñanza, hoy Biblioteca Provincial Roberto Rivas Fraga, en esta ciudad.

Los posibles confidentes ya no están. Han transcurrido 54 años de la apertura del noviazgo. Ahora, quién mejor que Mayda Pérez García y Ángel Cabrera Sánchez para contar su propia y brillante historia de vida profesional y familiar.

“El 11 de diciembre de 1971 nos hicimos novios, cursábamos el duodécimo grado. Tanto en común teníamos que no demoramos en casarnos”, dice ella. Argumenta él: “Acontecieron hechos interesantes desde el inicio de nuestra relación, como la incorporación al primer contingente del Destacamento Pedagógico Manuel Ascunce Domenech, al llamado de Fidel a los jóvenes para hacerse maestros.

“Cuando nos dijeron que teníamos tres opciones, escribimos en la planilla: historia, historia e historia, no podía ser otra la asignatura preferida para estudiar la licenciatura y ejercerla para siempre”, alega el caballero y enfatiza la dama: “Qué orgullo, nuestro primer título en el magisterio tiene la firma del Comandante en Jefe”.

Pasión por la investigación

“Mayda y yo tenemos afinidad en el contexto familiar, en la ideología, en el trabajo y en la investigación”, comenta el coautor de 35 libros, casi todos dedicados a la historia local.

“Una trilogía nos identifica más. El primer lugar lo ocupa nuestra obra cumbre que se titula Ciego de Ávila contra el batistato, 1952-1959. Este es el resultado de más de medio siglo de investigación, en ese texto se demuestra el extraordinario valor moral de lo que fue capaz un pueblo frente a una tiranía proyanqui.

“Además, refleja el aporte de la avileña generación del centenario, de los jóvenes que fundaron el Movimiento 26 de Julio, procedentes de la ortodoxia, con una base ética y martiana muy fuerte: vergüenza contra dinero. Refleja también la peculiaridad que tuvo en Ciego de Ávila la unidad de este Movimiento y del Directorio Revolucionario 13 de Marzo.

“Situamos en segunda posición al titulado Martí, un pensamiento que anda. Martianos al fin, nos comprometimos a que se supiera cómo fue el Apóstol, sobre todo en relación con el papel del magisterio público con una gran carga de patriotismo.

“El tercero trata sobre Ciego de Ávila del cacicazgo al siglo XIX, el cual abarca desde la época de los aborígenes hasta el cese de la dominación española. Aborda acerca de los alzamientos, el cruce de la trocha de Júcaro a Morón y otros hechos. Aporta mucho a la enseñanza de la historia porque no había un volumen único relacionado con estos contenidos”.

En la intimidad

Desde lo más profundo de las relaciones íntimas brota la familia. Dos hijos y tres nietas cautivan a la pareja y la motivan a legarles honradez y otros valores agregados a los que ya los dignifican por encontrarse entre los principales historiadores y archivistas de Cuba.

Cerca de la nueva celebración de su unión matrimonial, Mayda y Ángel confiesan: “Nuestra pasión es grande por la patria y la Revolución, por eso, en vísperas del 26 de Julio, sugerimos no olvidar nunca las pretensiones del imperio yanqui. Es el legado de nuestro amor que trasciende el medio siglo”.

Acerca del autor

José Luis Martínez Alejo

Licenciado en Comunicación Social. Economista y periodista. Escribe sobre asuntos económicos, agropecuarios, de la construcción y la cultura. Multipremiado en concursos de periodismo, festivales de la radio y otros eventos. Atesora las distinciones Félix Elmuza y Raúl Gomez García, los sellos Laureado y 50 aniversario del periódico Trabajadores, y la Moneda Conmemorativa 60 aniversario de la UPEC.