El ciclo olímpico que concluyó en Tokio 2020 fue feliz para la esgrima cubana. Buenos resultados en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla 2018 y los Juegos Panamericanos de Lima 2019 invitaban a soñar no con preseas en citas de los cinco aros, pero sí al menos con una estabilidad en lides regionales.

Desafortunadamente la intención no se hizo posible y por diversas razones ese deporte sufrió un retroceso palpable. El 2025 inicia el recorrido de un nuevo período competitivo que tendrá como meta la cita olímpica de Los Ángeles 2028.
La esgrima conocedora de su historial trabaja por mejorar sus prestaciones. Fe de ello son las dos clasificaciones que acaban de lograr el equipo de florete masculino y el de sable para mujeres para los Juegos Centroamericanos y del Caribe en República Dominicana en el 2026.
En la justa que se desarrolla en Guatemala los nuestros no se incluyeron en el podio, sin embargo, dejaron algunos detalles de su calidad y mejoría, en tiempos muy complicados para el deporte cubano.
De aquí al venidero año la esgrima tendrá la obligación de continuar trabajando sin descanso. Cualquier progreso podría reportarle mejores resultados en la cita quisqueyana, en la cual nuestro movimiento atlético tendrá la misión de llegar lo más alto posible.

