Este sábado, Cuba se vistió de fiesta. Miles de cubanos, con el entusiasmo que caracteriza a su gente, se reunieron en plazas y calles para dar la bienvenida a la tan esperada temporada de verano. Desde tempranas horas, el ambiente se llenó de música, colores y alegría, marcando el inicio de una etapa que promete días de descanso, diversión y conexión comunitaria.
El inicio oficial de la etapa veraniega tuvo lugar en la explanada de La Piragua, al borde del emblemático Malecón de La Habana
En cada rincón de la isla, las celebraciones fueron alegres. En La Habana, el Malecón se convirtió en el epicentro de la fiesta, donde familias, jóvenes y adultos mayores se mezclaron al ritmo de la salsa y el son cubano.
En la Habana, la música y el baile fueron los protagonistas, invitando a todos a unirse a la celebración. No importaba si eran vecinos o turistas; el espíritu festivo unió a todos en un mismo sentir. Mientras tanto, las calles se llenaron de vida con actividades, conciertos al aire libre.
Este inicio de verano no fue solo una fiesta, sino un recordatorio de la capacidad de los cubanos para encontrar alegría en la unión y la tradición. A pesar de los desafíos cotidianos, la isla demostró una vez más que su espíritu festivo es inquebrantable.
Con el verano recién comenzando, estas celebraciones son solo el preludio de lo que promete ser una temporada llena de vida, cultura y calor humano. Cuba, como siempre, sabe cómo recibir el verano: con el corazón abierto y los pies bailando.