Fidel Rendón Matienzo
Contener el alza de la inflación ha sido uno de los propósitos de las regulaciones temporales de precios minoristas en productos de alta demanda para la población, pero al parecer en no pocos lugares ha faltado su sistemático control y seguimiento por las autoridades competentes.
Son diversas las acciones emprendidas para enfrentar este fenómeno, sobre todo a los precios abusivos y especulativos, cuyas causas son múltiples y están asociadas a desequilibrios fiscales y estructurales de la economía, al déficit de la balanza de pagos y esencialmente a las limitaciones actuales para generar ofertas nacionales.
En el reciente 9no. Congreso de la Asociación Nacional de Economistas y Contadores de Cuba (Anec) se dijo que la política antinflacionaria no puede desligarse de un programa completo para la recuperación de la economía, con una visión también integral de la inflación, que dé respuesta a todas sus causas, y sea coherente con las demás transformaciones.
Su objetivo final debe ser el de recuperar, en el menor tiempo posible, el poder adquisitivo de los salarios y las pensiones.
Al decir de Joaquín Alonso Vázquez, ministro de Economía y Planificación (MEP), no obstante la inflación, se han mantenido los precios de un grupo de productos de primera necesidad que forman parte de la canasta de bienes y servicios, los cuales se favorecen para mitigar el impacto en las personas de menores ingresos y en situación de vulnerabilidad.
Precisamente, protegerlas debe ser siempre la primera condición de los programas de recuperación pues muchos compatriotas, entre ellos pensionados y jubilados, dependen de trueques, ayuda familiar o hacen malabares para estirar lo poco que tienen.
En opinión de académicos y especialistas, una de las problemáticas del modelo económico y productivo es el exceso de regulaciones administrativas de precios intermedios y finales, que distorsionan las señales de los mercados y no crean incentivos a la producción.
Para Carlos Enrique González García, investigador del Centro de Estudios de la Economía Cubana, en el alza de los precios impactan la caí- da de los niveles de producción, en particular de alimentos, por la escasez de divisas con las cuales reanimar la agricultura y la industria, y las emisiones monetarias sin contrapartidas de más bienes y servicios, fenómeno este muy asociado al déficit fiscal. Considera que tampoco se pueden olvidar las relaciones que se establecen en el mercado entre los actores económicos concurrentes.
En el Congreso de la Anec, el titular del MEP señaló que al cierre de abril el salario medio creció más que la productividad en el acumulado, un efecto muy negativo porque eso es más dinero para la calle.
Por ello una de las recomendaciones de esa cita fue que el análisis de la inflación, por su repercusión sobre el poder adquisitivo de la población, la justicia social, la producción y las políticas de transformación productiva, debe continuar siendo prioridad para la política económica del país.
A río revuelto, ganancia de la inflación
El muy famoso mercado agropecuario Egido, en La Habana Vieja, no tiene por estos días alta concurrencia de compradores, como hace algunos meses, lo que entre otras cosas pareciera indicar que a nivel territorial ha crecido la oferta de productos; pero no sucede igual en otros sitios, entre ellos, el conocido Mercado de Tulipán. Ver más
Solución con enfoque integral
Dr. C. Pedro Aliaga Palomino*
La inflación en Cuba es un tema multifacético y complejo, con diferentes perspectivas sobre las causas y soluciones. Este fenómeno está presente desde hace algunos años en la economía y se manifiesta en el incremento que ha experimentado el nivel general de precios de diferentes bienes y servicios básicos en comparación con períodos anteriores.
Según la Oficina Nacional de Estadística e Información (Onei) la tasa de inflación interanual oficial en el país cerró en el 2024 con un 24.88 por ciento. Por tanto, se puede clasificar como galopante porque tiene dos dígitos. Esto implica que existe una tendencia a que el dinero pierda su valor y genere dificultades socioeconómicas significativas como: disminución del poder adquisitivo, que afecta a las personas con bajos ingresos, ya que no pueden alcanzar la misma cantidad de bienes y servicios que antes; deterioro del ahorro, lo cual provoca que las personas pierdan el interés por ahorrar porque la tasa de inflación es mayor que las tasas de interés que ofrecen los bancos comerciales; afecta la eficiencia económica porque distorsiona los precios y las señales que emiten, entre otras.
Diversos factores inciden en este proceso. En primer lugar está el bloqueo económico, comercial y financiero del Gobierno de Estados Unidos de América por más de 60 años y recrudecido en la actualidad, lo que limita el acceso a financiamiento, mercados, tecnologías, encarece la importación de bienes y entorpece la producción nacional.
También, la tendencia a la disminución de la producción del sector estatal de la economía, trae consigo incremento de la demanda y aumento de precios; asimismo, el crecimiento de la masa monetaria debido a que, para financiar el continuo déficit fiscal, se acude a la emisión de moneda que aumenta la cantidad de dinero en circulación sin respaldo productivo.
Al mismo tiempo, otra de las causas es la existencia de distintas monedas y tipos de cambio según los actores de la economía, lo que genera distorsión en los precios y salarios e incentiva el mercado informal.
Además, se subsidian varios productos y servicios básicos para proteger a la población y se realizan controles de precios que, en ocasiones, se fijan por debajo del costo real, lo que provoca pérdidas en los actores económicos y el Estado; por tanto desincentiva la producción y contribuye a la escasez.
Estabilizar como primer paso para solucionar la inflación en la economía cubana implica importantes ajustes estructurales, fiscales, monetarios y cambiarios, pudiendo tener un impacto negativo significativo a corto plazo en el nivel de ingresos de la población.
Precisamente, uno de los objetivos priorizados por la Asamblea Nacional del Poder Popular y el Gobierno para este año 2025 es continuar avanzando en la estabilización macroeconómica del país como base para el crecimiento económico.
Para ello se ha de implementar una política monetaria restrictiva a fin de controlar la oferta monetaria y las tasas de interés con vistas a disminuir la demanda agregada y la presión sobre los precios y una política fiscal austera, para reducir el déficit fiscal mediante el incremento de los ingresos y la rebaja del gasto público.
Finalmente considero que es necesario dar mayor autonomía en la gestión de las empresas estatales, introduciendo incentivos para que crezca la oferta de bienes y servicios de forma general y la agropecuaria en particular, una de las variables más importantes para disminuir el nivel general de precios.
En resumen, solucionar la inflación en Cuba requiere de un enfoque integral que ataque las causas fundamentales que la provocan. No hay soluciones mágicas, pero la que se implemente deberá combinar elementos de todas las perspectivas, adaptadas al contexto específico del país y diseñadas para generar crecimiento econó- mico sostenible, equidad social y estabilidad política.
*Profesor titular de la Universidad de Holguín
Un efecto, muchas causas
Francisco Rodríguez Cruz
La inflación fue alguna vez un fenómeno lejano, casi un término extraño para quienes vivimos en Cuba, pero hoy constituye quizás el problema que más nos golpea en nuestra economía doméstica.
Tan así es que en ocasiones la percibimos erróneamente como el origen de nuestras carencias cotidianas, cuando en realidad solo estamos ante el efecto indeseado de múltiples variables económicas.
El deterioro progresivo de nuestra capacidad para producir bienes y servicios como consecuencia del bloqueo y otros factores exógenos e internos, junto con la voluntad política de mantener las principales garantías y conquistas sociales de la Revolución, son quizás en última instancia la raíz de la inflación que nos lacera.
Menos ingresos por exportaciones, remesas, créditos internacionales; imposibilidad de importar mercancías e insumos ahora más caros que permitan ampliar las ofertas; más emisión monetaria sin respaldo productivo para tratar de no afectar a las personas; son cabezas de una serpiente que se muerde la cola en un círculo inflacionario difícil de romper.
En ese rompecabezas de la economía cubana actual hay además fenómenos acumulativos que hacen más complejo hallar las salidas. En el reciente Congreso de la Asociación Nacional de Economistas y Contadores de Cuba (Anec), el ministro de Economía y Planificación, Joaquín Alonso Vázquez, apuntaba, por ejemplo, un dato escalofriante: el 10 % de la población concentra el 60 % del efectivo fuera del sistema bancario, mientras que el 2 % de las personas con cuentas de ahorro posee más del 50 % de los saldos bancarios.
Ese porcentaje reducido de la población es el que “pone los precios” en los desabastecidos mercados cubanos, donde pueden comprarlo todo, a lo que sea que les pidan, y así presionar al alza de esa varilla que la inmensa mayoría no podemos saltar cuando vamos a comprar lo mínimo que se necesita.
Las medidas para impulsar las formas de gestión no estatal en no pocas actividades económicas —que ya no son, por cierto, solamente las “no esenciales”—, contribuyen de forma negativa al aumento exponencial de esa concentración de la riqueza, agravada por la indisciplina fiscal, la evasión de impuestos y las deficiencias en el control tributario como garantía de la redistribución social.
El incremento de precios también por parte de las empresas estatales, las cuales buscan por esa vía una rentabilidad espuria sin una mejora en la eficiencia ha sido reconocido como un factor perjudicial para la inflación que sufrimos.
Desinflar estas y otras distorsiones puede parecer difícil en la presente coyuntura, pero tampoco es imposible si hay conciencia de ellas. Al menos hay que tener claridad sobre cuáles son esas realidades con las que tal vez tengamos que convivir mientras sorteamos una “economía de guerra”, que no es para nada el estado deseado y mucho menos a dónde queremos llegar.
Como advirtió el Presidente Miguel Díaz-Canel en el Congreso de la Anec, Cuba se encuentra en un proceso de construcción socialista, donde resulta esencial no perder de vista la economía política —y la política en la economía, podríamos añadir—, con vistas a no comprometer nuestro ideal social
Asuntos bancarios
María de las Nieves Galá
Por estos días, el que más y el que menos tiene una historia que contar en relación con los cajeros automáticos y los bancos. Acceder al salario o a la jubilación, a través de la tarjeta magnética, es una odisea. Pocos cajeros e insuficiente disponibilidad de efectivo convierten este acto imprescindible para la vida cotidiana en un gran problema.
Hay que emplear más de una jornada en esa tarea. Esta última semana hice varios intentos: en los dos primeros, tuve que desistir, pues llegó el apagón y la oportunidad de sacar el efectivo se esfumó.
Este sábado me arriesgué a ir al Banco Metropolitano (BM) ubicado en 100 y Boyeros, en La Habana. Bien temprano me encaminé a esa unidad, que es la más cercana a casa. Más de 100 personas se me habían adelantado. No es extraño, son miles los que allí realizan sus gestiones bancarias. Pero no me desanimé y marqué en la cola. También me arriesgué a pedir el último para los dos cajeros disponibles. Observé con detalle hasta la ropa que tenían puesta los que estaban delante de mí, para no perderme (más de una vez me ha pasado).
Debo decir que tiempo atrás allí todo fluía de manera rápida. En menos de una hora se hacía cualquier gestión. Ahora se demora más, dada la afluencia de público, mas la gentileza y el buen trato perduran. Un compañero muy educado y correctamente vestido saluda antes de comenzar la ardua jornada; él es el encargado de hacer pasar, de cinco en cinco, a los que están en la cola para recibir los servicios del BM; ya dentro, a cada uno se le da el número y desde la pantalla que está ubicada frente a los asientos, se informa el momento que le toca al cliente.
Fueron muchos los que el sábado se quedaron sorprendidos, cuando se comunicó que en la mañana funcionarían dos cajeros automáticos instalados dentro del recinto. La nueva modalidad nada más permite la extracción de 20 mil pesos. Con esta propuesta se trata de contener la indisciplina que se genera en los cajeros que están afuera y, además, que sean solo unos pocos los que se lleven el dinero depositado en estos equipos.
Para algunos que esperaban obtener más dinero fue una mala noticia, ya que los dos situados en el exterior del Banco no tendrían dinero hasta después del mediodía. Pensé que, si estuvieran los cuatro, como en los viejos tiempos, sería mucho mejor, pero las restricciones monetarias marcan el paso.
Mientras seguía las dos colas, la del Banco avanzaba mucho más rápido. En la del cajero hubo varias discusiones, altercados, malas palabras, de todo un poco. No obstante, el diligente compañero del Banco puso orden, y las personas fueron pasando.
Después de las diez de la mañana se hizo el milagro: cumplí el objetivo de entrar al BM y fui atendida con prontitud por una de las cajeras. Y obtuve mis 5 mil pesos (cifra que determinan) en billetes de 10 y 20 pesos. Un montón de pesos que casi no cabían en la cartera y que se empezaron a ir “como agua entre los dedos” por las compras del día.
¿Son suficientes los límites?
Vivian Bustamante Molina
Para una mayoría, sean o no especialistas del tema, la única medida que regula precios y disminuye la inflación es el aumento de la producción de bienes y servicios, asignatura todavía pendiente en nuestra economía.

Mientras que esa situación acabe de tomar su cauce, el Gobierno dictó, entre mediados del 2024 y el primer trimestre del presente año, dos normas jurídicas temporales tendentes a contener los niveles de precios de determinados productos de alto impacto, teniendo en cuenta el alto nivel de inflación alcanzado en los últimos cinco años, que ha deteriorado la capacidad adquisitiva de la población.
La Gaceta Oficial de la República de Cuba Ordinaria No. 61 publicó la Resolución No. 225, del Ministro de Finanzas y Precios (MFP), que exonera del pago del Impuesto Aduanero a las importaciones de pollo troceado, aceites comestibles (excepto de oliva), leche en polvo, pastas alimenticias, salchichas y detergente en polvo, a la vez refiere los precios minoristas máximos a aplicar en su comercialización.
En la instrucción, que entró en vigor el 8 de julio del 2024, se dejó claro que en la formación de los precios minoristas de esos renglones, los actores económicos reconocen hasta un 30 % de margen de ganancia sobre costos y gastos, siempre que no excedan los precios definidos en ella. Varios meses después se determinó la pertinencia de aplicar precios topes para otros alimentos, con vistas a lo cual fue emitido el Acuerdo 10093 del Consejo de Ministros, anunciado en la Gaceta Extraordinaria No. 7, del 7 de marzo de 2025. Este dispuso la regulación de los precios máximos de acopio y minoristas del arroz y el frijol común (negro, rojo y blanco) de producción nacional.
La ordenanza precisó el decisivo papel que desempeñan los gobiernos locales en el cumplimiento de tal directiva, que propicia la participación activa de todos los actores económicos, en correspondencia con la estrategia de desarrollo económico social del municipio, por lo cual en el acuerdo se ratifica que los precios pueden ser inferiores a los establecidos donde las condiciones de producción y aseguramiento lo permitan.
Antes de que vieran la luz ambas normas, habida cuenta el alto nivel de inflación y como parte de las proyecciones de Gobierno para corregir distorsiones y reimpulsar la economía, fue aprobada la Resolución No. 209/ junio del 2024, del titular del MFP, dirigida a la limitación de los gastos en que incurren las entidades estatales en sus relaciones económicas con las formas de gestión no estatal.
Apareció en la Gaceta Oficial Ordinaria No. 57 y facultó a los Consejos de la Administración Provinciales y Municipales a aprobar los precios y tarifas máximas de los bienes y servicios que seleccionen, de entre aquellos que adquieren las entidades estatales provenientes del sector no estatal, a partir de las particularidades de cada territorio.
Sobre inflación
En la literatura especializada, se expresan varios autores sobre la definición conceptual de la inflación (Fisher, 1911; Keynes,1936; Friedman, 1963; Samuelson y Nordhaus, 2010; entre otros) quienes tienen como elemento común que la describen como aumento sostenido del nivel general de precios causado por exceso de la oferta monetaria sobre la producción de bienes y servicios.
También manifiestan que el índice de precios al consumidor (IPC) mide el costo de una canasta de bienes y servicios de consumo a precios de mercado, en relación con el costo de esta en un año base; mientras que la tasa de inflación mide el cambio porcentual en el nivel de precios.
Samuelson y Nordhaus (2010), explicitan que existen tres tipos de inflación: baja, galopante e hiperinflación. La primera se caracteriza por precios que suben con lentitud y de modo predecible, generalmente las tasas son de un solo dígito. La segunda suele ser muy alta con más de dos dígitos y la tercera se refiere a períodos en los que se presenta un crecimiento excesivo y descontrolado del nivel general de precios en la economía, con tasas de dos y tres dí- gitos. (Dr. C. Pedro Aliaga Palomino)
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Buen artículo de para divulgar hacia la opinión pública; sin embargo queda claro que para nuestra sociedad en estos tiempos de propaganda y desinformación por quienes monopolizan los medios, el Imperio, nuestro esfuerzo virtual por muy esclarecedor, no basta .
Se sabe además que ya casi la única forma de convencer es reafirmar una y otra vez el intachable principio de la justicia social; y que el pueblo por sí mismo palpe los pequeños avances más elementales, aquellos que neutralizan los poder a «Superman», esa respuesta de nuestra parte sigue siendo indispensable: más empleo con remuneración digna en relación con los patrones del costo de vida, y preparación profesional de nuestra juventud, alimentación asequible y sana tanto agrícola como pecuaria (ambas encadenadas una con otra); así como los elaborados industrialmente de otras fuentes de nuestra naturaleza; garantizar los programas mínimos alcanzados por la Revolución de mayor impacto socio-político de salud, escuela, agua, camino, defenza con seguridad ciudadana. Cuidar el necesario principio y prestigio solidario cuyo alto costo siempre fue calculado por nuestro Fidel con su efecto de hacer cada vez más dificil para el imperio imponer sus mentiras al mundo para luego agredirnos impunemente. Todos sabemos que el concepto de Revolución siempre tuvo en cuenta el desarrollo científico técnico y el potencial exportable de todo aquello que realmente enriquezca nuestro poder de resistencia. Fidel, al escribir no desmenuzó el concepto de Revolución ; pero nos enseñó en la práctica cotidiana. Entonces, todos vivíamos confiado en que el incremento de la vulnerabilidad pudiera aliviarse y contrarrestarse también con la creación de un ejército de comunicadores y trabajadores sociales ; pero ellos, por virtud de institucionalizar la lucha contra los males internos, no son la solución al problema complegizado por la ausencia física del lider. Es por ello que se ataca con igula fuerza para desmoralizar o desvirtuar el «yo si puedo»; y al «pensar difeerente» pues el imperio como viejo sabueso huele la corrupción a noventa millas, o sabe que si fallamos en ser más creativos y menos unitarios pueden quebrar a las buenas prácticas y a la misma Revolución de obreros, campesinos y pueblo de las cuadras y comités, todos vecinos en las barriadas. Gracias.
Respecto al alza de precios, usted observa, cómenta y denuncia que sigue faltando un sistemático control y seguimiento por las autoridades competentes a la subida del costo de los productos. Padecemos de la dislocado práctica de un mercado sin la debida fundamentación y transparencia del proceso de mercado. La venta en ese escenario deforma el contenido de las leyes, corrompe la política, y desafía la teoría es fuente de vulnerabilidad generalizada para una mayoría y de acumulación ilícita, corrupta para la otra minoría. Tanto uno como el otro grupo están en franco crecimiento. Lo lamentable es que nuestros especialistas enfrentan con cierto desconocimiento y el dominio necesario de cómo luchar en condiciones de una economía de mercado agredida, entre otras cosas debido a que el enemigo no acepte el empeño de que esto se intente manteniedo principios de una sociedad que experimenta desde el socialismo. Mientras que el imperio yanqui apuesta por cercarnos y llevarnos a un mercado sin economía, sin futuro. Precisamente es evidente que no hemos obtenido la clave para acometer bajo nuevas condiciones de la lucha aun nos falta eso; mientras que a la par nos mantiene el riesgo real de que impresiones en nuestro empeño nos conduzca a un alejamiento sin retorno a la participación inteligente, la que nos ha garantizado no perder nuestras formas directas de gobernabilidad local. Mantener vivo los mecanismos de control supremo de la mano de los esfuerzos por institucionalizar la vida ética y civil de nuestro socialismo. Todos sabemos que la confianza se logra plenamente solo con normas científicas transparentes o informáticas fieles y confiables a la verdad; se genera desde lo cotidiano de todo lo que funcione y actúe a nombre o en nombre de nuestro Estado socialista, el cubano.
Gracias
Respecto al alza de precios, usted observa, comenta y denuncia que a estos le siga faltando un sistemático control y el seguimiento por las autoridades competentes a la subida del costo de los productos de cualquier necesidad. En algunos
casos más extremos, los precios galopan sobre el dolor de familias. Padecemos por estas fechas cuando se ha dislocado, cuando nos arrastra a práctica de un mercado sin la debida fundamentación y transparencia del proceso
de mercado. La venta en ese escenario deforma el contenido de las leyes, corrompe la política, y desafía las teorías socio-económicas es fuente de vulnerabilidad generalizada para una mayoría y de acumulación
ilícita, corrupta para la otra minoría. Tanto uno como el otro grupo están en franco crecimiento. Lo lamentable es que nuestros especialistas enfrentan con cierto desconocimiento el dominio necesario de como luchar en condiciones
de una economía de mercado agredida, por sus enemigos entre otras cosas por el insistente empeño de mantener principios de una sociedad y un mercado que se experimenta desde el socialismo. Mientras que el imperio yanqui apuesta por cercarnos y
llevarnos a un mercado sin economía, sin futuro. Precisamente ese nivel de acometividad bajo nuevas condiciones de la lucha, puede ser el que aún nos faĺte y; tal vez nos conduzca a un alejamiento sin retorno a la
participacion inteligente de hoy, sin perder su forma directa local de mecanismos de control supremo sobre los esfuerzos por institucionalizar la vida etica y civil de nuestro socialismo, la confiansa
se logra plenamente solo con normas científicas o informáticas, sino que se genera desde la transparencia cotidiana de todo lo que funcione y actúe a nombre de nuestro socialismo, el cubano.
Gracias.