Icono del sitio Trabajadores

Gloria eterna a los esposos Rosenberg

Julius y Ethel eran una pareja de trabajadores, hijos de inmigrantes judíos, crecieron en Nueva York. Ella trabajaba como oficinista, y él, ingeniero eléctrico, había sido activista de la Liga de Jóvenes Comunistas. En 1950 fueron apresados y ambos acusados de conspirar para transmitir secretos atómicos a la entonces Unión Soviética. A principios del siguiente año los declararon culpables de espionaje y fueron condenados a muerte. Al ser arrestados tenían 32 y 34 años respectivamente, sus hijos solamente 7 y 3.

 

Foto: Archivo

 

El 19 de junio de 1953 los Rosenberg fueron ejecutados en la silla eléctrica. Poco antes de morir escribieron a sus hijos: “(…) Recordaos siempre que nosotros fuimos inocentes y que no pudimos violentar nuestra conciencia…”

Cuba los homenajeó en la fecha representada por el Movimiento Cubano por la Paz y la Soberanía de los Pueblos, de conjunto con el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos, en el parque que guarda su memoria en La Habana.

Iván Ernesto Barreto en nombre del Movimiento Cubano por la Paz, expresó que “el crimen perpetrado no fue producto de una mera acusación de espionaje, sino marcado por un signo ideológico y político”. En el clima sofocante de la Guerra Fría y plena persecución macartista significó que múltiples sectores y personalidades fueron convertidos en chivos expiatorios y que “cuando la noticia de la condena fue anunciada conmocionó al mundo”

Cuba, agregó, “emergió como bastión de la solidaridad, transformó el dolor en movilización, intelectuales como Juan Marinello denunciaron ante el Consejo Mundial de la Paz que aquel proceso constituía un crimen aborrecible (…) La misma mano que injustamente firmaba la sentencia de muerte, firmaría una década más tarde la inmoral e ilegal política de bloqueo a Cuba”; refiriéndose al presidente Dwight Eisenhower.

El matrimonio era inocente de los cargos de espionaje, no obstante, a pesar de la ausencia de pruebas la acusación resultó manipulada para que resultara creíble. Era una etapa de políticas de extrema derecha en Estados Unidos. La opinión pública se construía desde altas esferas como el Departamento de Estado, con apoyo de las denominadas “mentiras necesarias”. Se implantó un régimen de terror de vigilancia y control.

En el día fatídico, los hijos de los Rosenberg, desconsolados, permanecieron frente a las rejas de la Casa Blanca, portando en sus manos una carta en la que pedían al Presidente la conmutación de la pena de muerte contra sus padres.

Se dice que en la sala de ejecución de la prisión de Sing Sing, en la fecha evocada, se mantuvo abierta una línea telefónica con Washington con el propósito de que el matrimonio prefiriera confesar supuestas actividades de espionaje a cambio de no ser ultimados; pero hasta el último momento ellos ratificaron su inocencia.

Compartir...
Salir de la versión móvil