“En el tabaco me inicié desde niño. Mi abuelo dirigía una escogida y mi padre era trabajador de una granja de producción agrícola”. Para Yosvani Arencibia Maqueira, administrador de la unidad básica de producción cooperativa (UBPC) Julián Alemán, este cultivo es la vida.
Con vanidad afirma, a la altura de sus 51 años, que ha tenido un solo centro de trabajo, al que llegó en 1997 y dos años más tarde ya estaba al frente del colectivo. Hay complacencia en otra aseveración: “Somos la única UBPC tabacalera que queda en el municipio”.
Y es que la mayoría de esas estructuras en el país pierden en la batalla por la eficiencia económica. Sin embargo, ellos logran rendimientos de dos toneladas (t) por hectárea (ha); 1,8 neto. Se dedican exclusivamente al tabaco Virginia, el cual ha ganado connotación nacional por el encargo que tienen con la fábrica de cigarrillos enclavada en el Mariel.
Por esos y muchos otros resultados ostentan la condición de Vanguardia Nacional por ocho años consecutivos. El liderazgo de Yosvani trasciende lo administrativo y sus compañeros lo seleccionaron como delegado directo al 22 Congreso de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC).
Casado y padre de tres hijos, define como un orgullo la encomienda de representar a hombres y mujeres que se distinguen por el sacrificio y abnegación.
Para él no es ningún conflicto ser dirigente y portavoz de los trabajadores, porque asegura que en el sector solo se pueden cumplir funciones administrativas si se hace desde el corazón, con sencillez y vinculado a la base.
Confiesa que desconoce los secretos del cultivo de otras variedades de tabaco, aunque ello no impide que represente a todos los tabacaleros, entre los que hay elementos comunes como el compromiso y orgullo por lo que hacen, así como el conocimiento y una entrega que condiciona la forma de existir, porque encuentran, en esas hojas, la razón de su existir.
