Ciego de Ávila.— Ni de que una gran sombra la cobija, arrimada al árbol más frondoso de su patio, se da cuenta la anciana Justa Paz. Su hija ha ido de la ceca a la meca en esta provincia, pero retorna al lugar de residencia sin una respuesta convincente para una posible solución al deterioro de su vivienda. Desde el 2018 se desgasta en trámites.

“Es que mi mamá tiene demencia senil y discapacidad visual, necesita mejores condiciones de vida, soy una mujer sola y me las arreglo para continuar trabajando, porque si dejo el empleo para cuidarla a tiempo completo, la situación se nos pone más fea, por eso escribí a Buzón abierto”.
Osmery Gutiérrez Paz vive en un hogar modesto y apacible, pero no alegre y bonito, situado en la calle 12, número 3, en la comunidad Guanito, del municipio avileño de Ciro Redondo.
Hasta allí llegó Trabajadores y observó tablas, horcones y soleras carcomidas, un cordón largo y negro por el techo y las paredes, que parecen los cables eléctricos, pero es el nido del comején obsesionado con devorarlo todo; y el baño prometido ahí, inconcluso, como si se hubiese confabulado con la plaga.

“La construyeron con madera verde, no llegaron a mi casa todos los recursos asignados como damnificada, por lo que comencé a quejarme a distintos organismos, entre ellos el gobierno municipal de Ciro Redondo y el provincial, y nada de nada”.
Con razón la trabajadora acude también a los órganos judiciales cuando recibió la Resolución número 86/20, de la Dirección Municipal de la Vivienda en Ciro Redondo, la cual en el resuelvo declara Con Lugar la petición de Osmery, asignándole la casa de nueva construcción que describe el documento: “Vivienda de naturaleza rústica de paredes de madera y bloques, piso de cemento, cubierta de zinc y losa fundida in situ, con carpintería metálica”… (nada de bloques y estructuras metálicas se aprecian en su casa).
Muestra la afectada una carta de la Fiscalía Municipal de Ciro Redondo, del 27 de noviembre del 2020, la cual subraya que en las investigaciones se comprobó que inicialmente el inmueble se proyectó como tipología rústica; llevaba letrina, pero al ser damnificada por el huracán Irma, tomaron la decisión de construirle el baño, e instalarle la taza y el lavamanos, acciones que no se realizaron.
“Que la Dirección Municipal de la Vivienda –precisa el documento–, de conjunto con la cooperativa de producción agropecuaria Nicaragua Revolucionaria, luego de habérsele instado, llegó a un acuerdo que le construirían dicho baño y demás construcciones que le faltan al inmueble, previa adquisición del cemento por su parte”.
Tal como dijera Osmery, la escucharon en cada lugar y el desenlace quedó en la intención. Aunque todo parece indicar que el final será feliz, de acuerdo con las estrategias del gobierno local y las declaraciones de su intendente, Saúl Espinosa Ruiz.
“La incorporamos al programa de rehabilitación de la vivienda y será acometida por fuerzas de la cooperativa de producción agropecuaria Nicaragua Revolucionaria”.
Trabajadores conoce los detalles del caso, su principal objetivo fue contribuir a hallar una solución definitiva que, precisamente, haga honor al significado del nombre y primer apellido de la más perjudicada: Justa Paz.
Acerca del autor
Licenciado en Comunicación Social. Economista y periodista. Escribe sobre asuntos económicos, agropecuarios, de la construcción y la cultura. Multipremiado en concursos de periodismo, festivales de la radio y otros eventos. Atesora las distinciones Félix Elmuza y Raúl Gomez García, los sellos Laureado y 50 aniversario del periódico Trabajadores, y la Moneda Conmemorativa 60 aniversario de la UPEC.