Con la realización de un seminario nacional sobre el proceso de consulta del anteproyecto del Código de Trabajo que tendrá lugar entre septiembre y noviembre, se inició este miércoles la preparación de dirigentes sindicales, activistas y representantes de instituciones que participarán en su discusión en los colectivos laborales.

Los aspectos más novedosos de la propuesta fueron abordados por la Ministra de Trabajo y Seguridad Social, Marta Elena Feitó Cabrera, quien explicó que todavía se realizan ajustes del documento, ya en su versión 16, a partir de las recomendaciones especializadas de organismos, universidades y el propio movimiento sindical.
Susely Morfa González, jefa del departamento de Atención al Sector Social del Comité Central del Partido, anunció que la consulta con los trabajadores será un proceso amplio, abarcador, que acontecerá en todos los colectivos laborales, exista o no en ellos una estructura sindical.
“Será un momento de democracia, con una secuencia organizativa que asegure tener en cuenta todas las opiniones”, apuntó la dirigente política.
Entre los elementos que abordó la titular de Trabajo y Seguridad Social sobresalieron los fundamentos jurídicos de los cambios que incluye el anteproyecto, que van desde la Constitución y los documentos rectores del Partido, hasta los compromisos internacionales de Cuba en la materia y las diferentes políticas y normas jurídicas aprobadas desde que en 2013 entrara en vigor la actual Ley laboral.

El anteproyecto de nuevo Código cuenta con cuatro partes principales que recogen los principios generales, los derechos individuales, los derechos colectivos y la administración del Trabajo.
“Ninguna garantía se elimina, sino que se amplían”, enfatizó Feitó Cabrera.
Esta legislación laboral abarcará a empleados y empleadores de todos los sectores de la economía, lo cual incluye también mayores garantías para quienes laboran en el sector privado, así como definiciones más exactas sobre el derecho de los trabajadores a la participación en la gestión económica y para asegurar el desempeño de las organizaciones sindicales.
Como novedades se puede citar el establecimiento de la edad laboral en 18 años (ahora es 17), las prioridades en el empleo para jóvenes y mujeres, el fomento de facilidades para las personas en situación de discapacidad y la creación de mejores condiciones para modalidades como el trabajo a distancia y el teletrabajo.
En el terreno de la justicia laboral se prevé un salto cualitativo importante al concebir la posibilidad de acudir a la vía judicial ante prácticamente cualquier conflicto y medida disciplinaria en el trabajo.
“Se mantiene lo ganado, y se amplía”, sintetizó Eduardo Martínez Díaz, viceprimer ministro de la República, al intervenir en el seminario que sesionó en videoconferencia para todo el país.

Leovanis Ávila Góngora, miembro del secretariado nacional de la Central de Trabajadores de Cuba, explicó la manera en que se realizarán las reuniones de consulta del anteproyecto, que podrán ser en un solo colectivo o en grupos de ellos, con no más de 100 trabajadores, para poder recoger en acta y procesar todas las propuestas de modificación, adición, supresión o duda que se planteen.
“No hay otro lugar en el mundo donde un gobierno someta a debate con los trabajadores la ley laboral antes de aprobarla”, expresó al cierre del seminario Ulises Guilarte De Nacimiento, miembro del Buró Político del Partido y secretario general de la CTC.
Difícil admitir la «modernidad» de una Ley cuando al conformarse y proyectarse va dejando por atrás sin resolver nuevos logros de jubilados y el mismo concepto de jubilaciones futuras bajo otras condiciones de riqueza, de ellos mismos los creadores de riqueza de hoy; cuando el jubilado obsrva roto el compás de espera. Y sus probmlemas del enfoque de mercado el cual establece sus patrones aún sin llegar a un nivel de economía a medias por cumplir lo esperado de ella, puedan ser, los jubilados, devueltos como asuntos pendientes del gobierno, a través de su ministerio del trabajo y la seguridad social a
las empresas o instituciones de donde llegaron a la bolsa de los más desgastados y awuí sean agrupados y mostrados en filas de Bancos de ahorro por edades, equiparados, tal vez como deba ser, sin profesiones, ni grados académicos. ni entregas valoradas entonces como diversas en esfuerzos de superación técnica y profesional. Y se vean que son equiparables como la misma muerte, tal vez como deba ser, por grupos de edades, donde nadie quisiera estar en el primer grupo de la sobre existencia, a todos por el año de nacimiento exclusivamente y fueron agrupados por ello. Entonces se interioriza aquella amargura sobre la cual muchos intercambian mientras hablan sobre la amargura dolorosa y qujumbrosa de haber vivido sus finales de Revolución bajo el efecto del doble bloqueo: el del yanqui cavernícola y el de nuestra propia insuficiencia al defendernos de algunos de sus efectos restrictivos. Sin embargo también se escuchan las de otros, seguramente los menos, la amargura tan desgarrante como las primeras, la de vivir de la remesa generada en pleno imperio de Trump, uno de los politicos más retrogados de norteamérica, sin que sea este efecto ni siquiera atenuado por los códigos progresistas que hemos aplicado en todos estos años de Revolución. Nos está faltando a los jubilados de ayer como compensar ese vacio que no llena ni siquiera la remesa de algunos con la que puedan vivir o sobrevivir a penas un tantico superior a otros que no reciben nada de esas fuentes. Gracias.