Periodismo VIVO

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Junio, 6. Nuestro leal
y maduro semanario
cumple un nuevo aniversario
en la batalla campal
de la prensa nacional
con legendarias secciones
e incontables ediciones.
Hoy subimos con ahínco
en el 2025,
55 escalones.

Como un sueño popular
gestado con nuestras manos
nuestros lectores cubanos
también han de celebrar
y un comentario dejar
con la queja o sugerencia
para ver cuánta vigencia
tiene cada reportaje
y de paso el homenaje
tenga real transparencia.

Prensa del proletariado
y voz de la CTC,
sindicato de la fe
del obrero consagrado,
del trabajador osado
que de sol a sol se entrega
y con risa y sudor brega
sin sospechar que, en su afán,
renacido el Capitán
de la Clase Obrera llega.

Lázaro Peña, en su día
secretario general,
vio este futuro crucial
desde una fiel osadía.
Hoy ondean su energía
55 banderas,
55 maneras
de retratar con fervor
al pueblo trabajador
sin límites ni fronteras.

En fin, queridos lectores,
simplemente confesamos
que nosotros trabajamos
para los trabajadores,
pues con espinas o flores
cada cierre es especial,
y sabemos que, al final,
desde un periodismo vivo
un corazón colectivo
es un latido social.

Roly Ávalos Díaz

 

 

Editorial

Hacer el periódico

HHACER UN periódico, en papel o en su ver­sión digital, es hoy un acto de entrega, de voluntad, de fe… En tiempos en los que para muchos el periodismo tradicional parece mero vestigio, la persistencia de este em­peño resulta casi quijotesca. No es nostalgia lo que anima a quienes día tras día lo hacen posible, sino la certeza de que contar lo que pasa, anali­zarlo con rigor y ética, sigue siendo indispensa­ble. Como recordaba Gabriel García Márquez, las viejas redacciones eran auténticas escuelas del mejor oficio del mundo, y aunque las herramien­tas han cambiado en alguna medida, ese espíritu de búsqueda, de ejercicio colectivo y apasionado, permanece.

José Martí, que no concebía la vida sin com­promiso, veía en el periódico una obra magna. Sa­bía que el periodismo no era una tarea menor ni efímera: era un ejercicio de responsabilidad con su tiempo, con su gente. Quienes hoy lo ejercen con sentido de deber, heredando ese legado, asu­men cada edición como un acto de construcción, como un espacio para articular sentidos, visibili­zar esfuerzos, convocar a la participación y con­tribuir al bien común. Un periódico no es solo un medio: es también una mirada, una postura.

En un mundo donde se exacerban los relatos individuales y se multiplican los canales en los que cada quien puede emitir opiniones o datos, el perió­dico —el verdadero— sigue apelando al consenso, a la verificación, a la responsabilidad profesional. No se trata de imponer verdades absolutas, sino de ofrecer una visión plural y razonada. Esa es su fuer­za y su diferencia. Es una plataforma donde cabe la diversidad de voces y también un sentido claro de nación, de proyecto, de propósito.

Hacer un periódico es casi una aventura ro­mántica. Esperar que llegue la publicación impre­sa, pasar las páginas y ver concretado el trabajo de días, es todavía una emoción para muchos periodistas. La “maquinaria” que lo hace posible—desde los consejos de redacción, la escritura de los textos, el trabajo fotográfico, la corrección, el diseño, la edición, la impresión— es un engranaje entrañable. Es esfuerzo, es oficio, es arte.

Trabajadores, con 55 años de existencia, asu­me el desafío con su versión digital diaria y su edi­ción impresa semanal. Creemos en la funcionalidad de esos formatos, en su capacidad de informar, mo­vilizar y acompañar. Sabemos que nuestros lecto­res no integran un grupo homogéneo. Pretendemos ser voz del pueblo trabajador cubano, de todos los sectores que día tras día contribuyen al proyecto de país.

La brújula de Trabajadores es su ética, su vo­cación de servicio, su fidelidad a los principios que le dieron origen. Es un ejercicio de resisten­cia, igualmente de esperanza. Celebrar 55 años no es un acto formal: es reafirmar una osadía. La de seguir creyendo en el periódico como acto de amor. Lo hacemos con la energía de nuestros fun­dadores, con la creatividad de nuevas generacio­nes, con el deseo constante de que cada edición sea más útil, más cercana, más profunda. Porque estamos convencidos de que continúa siendo el mejor oficio del mundo. Y que hacerlo bien es también una forma de defender los sueños com­partidos.

 

Para reconocer, guardar y amar

Joel García León

En toda fiesta de celebración no pueden faltar las sorpresas o regalos. Y en esta ocasión el consejo de dirección de nues­tro periódico quiso ir un poco más lejos y apartarse de los diplomas, cuadros o sellos conmemorativos que en aniversarios cerra­dos, como este, abundan siempre a la hora de entregar reconocimientos.

A partir del propio eslogan de la cam­paña comunicativa por nuestros 55 años, nace el premio Fiel Osadía, teniendo como eje cardinal una integración de historia y modernidad, de compromiso y fidelidad a los principios fundacionales, así como de aportes reales al trabajo social, económi­co y periodístico que tanta falta hace a la Cuba de estos tiempos.

En lo adelante será el máximo lauro que concederá el periódico Trabajadores a personas vivas, instituciones, colectivos laborales y organizaciones cubanas o fo­ráneas que hayan contribuido con su tra­bajo a forjar un mejor país desde valores como laboriosidad, sacrificio, solidaridad y entrega; que hayan tenido una relación sostenida y fructífera con nuestro medio de comunicación por más de 30 años o cons­tituyan un paradigma para la sociedad a partir de su vida o acciones puntuales.

Para la primera edición se acordó otor­gar, como excepción, una decena de este premio, lo cual pudiera repetirse solo cada cinco años. En otras oportunidades se con­ferirán hasta cinco premios, desde las pro­puestas que nazcan del colectivo y sean aprobadas por la máxima dirección del pe­riódico.

Siempre que sea posible se hará coinci­dir su entrega con las actividades que cada 6 de junio recuerdan la fundación de Tra­bajadores, pero pudiera también realizarse en otro momento que lo amerite.

El premio Fiel Osadía parte de la sín­tesis visual entre una pluma estilográfi­ca, símbolo universal del periodismo, y una estrella, emblema de la soberanía y la identidad nacional. El diseño fusiona dos elementos clave: la escritura como herra­mienta imprescindible del ejercicio pe­riodístico y la cubanía como esencia de a quienes queremos reconocer.

Su fabricación en metacrilato transpa­rente de 10 milímetros de espesor le confie­re modernidad y sobriedad. El nombre Fiel Osadía se presenta en relieve de metacrila­to espejo dorado que transmite elegancia y valor simbólico. La frase: “porque el amor siempre engendra la maravilla” resume la carga emotiva que se desea expresar. Todo el conjunto se sustenta sobre una base rec­tangular de madera negra de 20×5 centí­metros, que aporta calidez, estabilidad y conexión con lo artesanal.

Quienes sean merecedores de este tro­feo recibirán además un carné que los acredita como tales. No se entregará post mortem. Cada año, dentro de los elegidos, debe haber, al menos, un trabajador del centro.

Para este aniversario 55 fueron apro­badas cinco personalidades y cinco insti­tuciones u organizaciones que han contri­buido al desarrollo y formación de nuestro periódico en estas cinco décadas y media. Sus nombres se darán a conocer en la Gala Político-Cultural que tendrá lugar el 5 de junio en la sala Covarrubias del Teatro Na­cional.

 

El reto de dirigir

Durante estos 55 años Trabajadores ha tenido seis directores. El primero fue Jaime Gravalosa Contreras (hasta 1977), le siguieron José M. Ortiz Ortiz (1977-1981), Magali García Moré (1981-1985), Jorge Luis Canela Ciurana, en dos etapas: (1986-1992) y (1995-2011), Frank Agüero Gó­mez (1992-1995) y Alberto Núñez Betancourt (2011-2024). Actualmente dirige la publicación Joel García León.

Ofrecemos a nuestros lectores el testimo­nio de cuatro directores, dos de ellos jubila­dos: Frank y Magali; y Alberto, que hoy está al frente de la revista Bohemia, y uno fallecido, Jorge Luis Canela Ciurana.

 

Jorge Luis Canela Ciurana, ya fallecido, fue el di­rector de mayor permanencia en el periódico. En su memoria incluimos fragmentos de un testimonio que ofreció en un aniversario.

“Luego de más de 10 años en una revista men­sual, al ingresar a nuestro colectivo sentí la emoción de regresar a mis orígenes en el diario Adelante, de Camagüey, bajo la presión del cierre nocturno y una similar carencia de recursos —y no pocas veces de comprensión— para cumplir con altura profe­sional el papel que le corresponde a nuestra prensa.

“En Trabajadores he vivido la experiencia poco común de ocupar la dirección del periódico en dos etapas separadas por un lapso de tres años durante los cuales cumplí otras funciones. El hecho, irrele­vante en sí mismo, solo merece ser recordado para subrayar la generosidad y el cariño del colectivo que me acogió nuevamente como si solo nos hubié­ramos dejado de ver unas pocas horas”.

 

Ocupar la plaza de directora de Trabajado­res fue para mí una sorpresa y a la vez una gran responsabilidad. En el periódico Gran­ma había estado un período de 12 años, pero como reportera, no con responsabilidades de dirección.

Trabajadores tenía un menor número de periodistas y fue interesante porque aun cuando no nos conociéramos —teníamos re­ferencias de algunos pero no de todos—, tuvi­mos un modo de acercarnos: proponer lo que nos parecía mejor para el periódico y hacer­lo de manera que pudiéramos unir criterios míos y los de ellos, para no romper el ritmo y la unión que habíamos logrado desde los pri­meros tiempos en que llegué a la publicación.

Así fuimos cumpliendo lo que nosotros mismos nos proponíamos, tal como nos pe­dían los lectores y la Central de Trabajado­res de Cuba, que fue muy coherente con la dirección de Trabajadores, sin imposiciones de criterios, sino mostrándonos los caminos por los que podíamos llegar.

Saber cuáles eran los objetivos de cada período, de cada momento, nos ayudó muchoy siempre pudimos encontrar las vías más in­teresantes y mejores.

Tuve compañeros excelentes, y hay dos personas de las que no puedo dejar de hablar: Julio García Luis y Renato Recio, que no es­tán físicamente con nosotros pero que todo el tiempo manifestaron su capacidad, su te­nacidad, su unidad en sus relaciones con los demás.

Me parece que todo lo que hicimos du­rante esos años debemos tenerlo como ex­periencia y como tal hoy podemos reiterar muchas de las formas en que trabajamos. Eso va a ayudar a los que llegan nuevos y a los que están allí desde hace años demostrando lo que pudieron hacer y lo que pueden seguir haciendo.

 

Con respecto a mis experiencias en Trabajado­res la que más me conmovió fue encontrarme con la calidad del colectivo, tanto de periodis­tas como de los demás compañeros, muy labo­riosos y sencillos, y la disposición a enfrentar tareas tan complejas como aquellas que hicimos durante el período especial, que fue tratar de esclarecer a los trabajadores y a toda la pobla­ción sobre las dificultades que venía afrontan­do el país para adoptar un plan de medidas que contribuyese a superar lo más pronto posible esa situación.

Me enorgullece haber conducido al periódico en esa etapa, un trabajo en el que participaron prácticamente todos los compañeros de la redac­ción. No solo se libró esa batalla a través de los editoriales sino mediante reportajes, artículos y entrevistas que acompañaban el esclarecimiento de tareas y misiones que tenían que enfrentar los trabajadores con sus iniciativas.

En ese período contamos con la colaboración y la dirección de la Central de Trabajadores de Cuba encabezada por Pedro Ross Leal, que era el secretario general de la CTC en esa etapa, y tam­bién del Secretariado y muy particularmente de la supervisión, aprobación y hasta de la dirección del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, que es­taba muy al tanto de lo que publicábamos, nos sugería temas y también elogió la labor que venía haciendo el periódico.

En cuanto a la experiencia que podría trans­mitirle al colectivo actual la he dicho en las dis­tintas ocasiones en las que he participado como colaborador o asesor en el órgano que se creó re­cientemente con ese fin por la dirección del perió­dico: lo más importante es preservar la relación de trabajo entre la CTC y el periódico, entre los sindicatos y los periodistas y que estos no pier­dan la capacidad de husmear, de estar atentos a la opinión pública, de conocer las dificultades y las inquietudes de los trabajadores en su desem­peño laboral y en su vida cotidiana.

 

Durante ese tiempo para mí el periódico resultó un aprendizaje, vocablo abarcador que encierra en primer lugar crecimiento en el ámbito perso­nal, profesional y de labor de dirección.

Dirigir a un colectivo de un centenar de tra­bajadores, con algunos ubicados en las provincias como corresponsales, tiene una complejidad, pero siempre tratamos de que la fórmula fuera hacer equipo, de que existiera una motivación y enfren­tar con participación la tarea editorial de cada día y cualquier otra que apareciera, fuera el nom­bre de un eslogan a propósito de una fecha deter­minada o de una sección que debía enriquecer las páginas de nuestro impreso. En ese intercambio salía lo mejor.

Viví con mucha satisfacción en esos 13 años de labor de dirección el hecho de preparar para su publicación y asistir a dos congresos de la Central de Trabajadores de Cuba; de vivir la experiencia de dos aniversarios cerrados, y también de ser tes­tigo de la llegada del color a la prensa.

Guardaré con emoción por toda la vida la edición especial dedicada al Comandante en Jefe a propósito de su fallecimiento, que ocu­rrió un viernes en la noche, el periódico sema­nal lo teníamos hecho, pero de pronto nos vimos urgentemente el sábado y tuvimos que hacer las 16 páginas en un día, ahí se demostró la labor de equipo, la motivación y el sentimiento de rendir homenaje al Líder Histórico de la Revolución cubana.

Son momentos muy importantes que guardo, como también recibí con honor la noticia de que había sido propuesto como candidato a diputado por el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Cultura.

Lo que sugeriría en lo adelante a este equipo de trabajo, que ya lo viene haciendo, es man­tener la unidad, que vea en el quehacer diario motivación y logre abrir nuevos horizontes, sobre todo en el universo digital, y de ahí vendrán los resultados.

 

Los lectores en nuestra historia

Vivian Bustamante Molina

UN ANIVERSARIO siempre es rele­vante y mucho más cuando existe re­troalimentación con los lec­tores. Por eso son doblemente bienvenidos los comentarios de quienes decidieron opinar sobre Trabajadores, que este 6 de junio arribará a sus 55 años.

Hubo quienes optaron por la felicitación, y otros, como la fiel lectora Orieta González, nos escribió desde Mayabeque un extenso texto que puede resumir el sentir de lo que nos comunicaron por separado aquellos que esperan leernos cada lunes y, además, siguen las publicaciones en la página digital.

En su carta hace un recorri­do por secciones y páginas, poniendo ejemplos de temas que son muy bien recibidos, como la recepción y tramita­ción de las inquietudes de los lectores. Ella se siente “parte de la historia de Trabajadores y agradezco esta invitación a compartir mis impresiones ahora que se acercan a tan importante aniversario”.

Nos considera una voz ne­cesaria y un referente funda­mental para entender el pano­rama laboral cubano, tiene en alta consideración que mos­tremos “el mundo del traba­jo en sus diferentes matices, desde los logros y las iniciati­vas hasta los problemas y las insatisfacciones que también forman parte de nuestra rea­lidad”.

Como lectora comprome­tida señala áreas en las que podríamos profundizar, por ejemplo, “el análisis de algu­nas complicaciones laborales, explorando las causas raiga­les y las posibles soluciones con mayor espíritu crítico”, que estén más representados los criterios de los trabajado­res en la base, y que también nos adentremos en reportajes investigativos y en el segui­miento a las inquietudes plan­teadas por los lectores. Para el sitio web pidió crear espacios más interactivos (foros de de­bate sobre temas específicos, encuestas) o una sección fija dedicada a la innovación y a las buenas prácticas labora­les.

“Les animo a seguir evolu­cionando. El juicio crítico que solicitan es, en mi opinión, la mejor herramienta para pro­yectarse hacia el futuro con más fuerza”, concluyó Orieta.

 

Una travesía en imágenes

Yimel Díaz Malmierca

Trabajadores está de cumpleaños. Durante cinco décadas y media el periódico ha acom­pañado los destinos de la nación. Sus páginas han contado el devenir de la patria. Sus equi­pos de reporteros y fotógrafos han documen­tado sucesos y los han comunicado para ha­cernos pensar.

Parte de ese testimonio gráfico integra una exposición fotográfica itinerante cuya pri­mera presentación tendrá lugar el 5 de ju­nio, en la galería René Portocarrero, del Tea­tro Nacional de Cuba. Días más tarde será exhibida en la sede de la Unión de Periodistas de Cuba; en el emblemático edificio conocido como Palacio de los Torcedores, muy ligado al movimiento sindical cubano; y en el Palacio de Convenciones en los días del 22 Congreso de la CTC.

La expo viajera cuenta con 55 imágenes res­catadas del archivo fotográfico de Trabajado­res y deviene homenaje al amplio equipo que ha formado parte de su staff de artistas del lente.

“Cinco décadas y media en las que hemos re­flejado el pulso de la nación, los sueños, de­safíos, victorias, y también adversidades, de quienes construyen el presente y el futuro de este país, constantemente asediado por el in­sostenible bloqueo económico, comercial y fi­nanciero impuesto por el Gobierno de Estados Unidos con el fin de asfixiarnos”, consideró en las palabras escritas para la exposición el cu­rador, periodista y jefe de la Redacción Cultu­ral de Trabajadores, Jorge Rivas.

“En este ya largo camino, los fotorreporte­ros, a la par de los redactores, han sido pro­tagonistas imprescindibles, al captar, con sus cámaras, la esencia de nuestra gente, la fuerza del movimiento sindical y los momen­tos más trascendentales de la vida nacional e internacional (…). No ha sido un trayecto fá­cil. Nuestros colegas del lente han enfrentado dificultades y carencias, pero, con creatividad y muchos deseos de hacer, han vencido cada obstáculo para, a través de la foto precisa, contar historias que respaldan la palabra es­crita. Muchas de las fotos que conforman esta exposición han sido distinguidas con impor­tantes premios nacionales y ramales; en tanto han quedado para siempre como valioso testi­monio gráfico.

“Las fotografías que integran esta muestra se destacan por la capacidad de transmitir emociones y realidades. La selección abarca desde la etapa de realización analógica has­ta la digital que ha transformado la forma de capturar y difundir imágenes que amplían el horizonte de las narrativas visuales.

“Esta exposición rinde homenaje a los foto­rreporteros de Trabajadores —a los que están y a los que ya partieron— que, con su mira­da comprometida, han demostrado dedicación y profesionalismo. A todos ellos, y a quienes desde el periodismo han acompañado esta tra­vesía, nuestro más sincero reconocimiento y gratitud”.

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