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Etecsa, recarga de ideas

El 30 de mayo Etecsa se convirtió en no­ticia y millones de comentarios inundaron las redes sociales, las casas y los debates informales. La entrada en vigor de las nuevas formas de adquisición de planes de datos que la empresa implementó fue una chispa más de dudas, quejas e incompren­siones en un escenario social bien tenso ya por los temas energéticos, alimentarios y de transporte, entre otros.

No habría que hacer una radiografía para afirmar que la comunicación volvió a fallar (y esto por más que es una priori­dad gubernamental nos hace tropezar con la misma piedra sin explicación una y otra vez), pues no basta con explicaciones razo­nables como la necesidad de la institución de captar divisas para sostener su infraes­tructura en medio de un férreo bloqueo económico estadounidense real.

Había que preparar argumentos per­suasivos que contuvieran análisis estadís­ticos sobre la utilización de los gigas en la población, comportamientos anuales y po­sibles tendencias por provincias y sectores poblacionales, por solo citar dos ejemplos. Subestimar el impacto que pudiera tener una medida como esa parece haber sido el pecado original, pues no solo son los es­tudiantes, sino también los trabajadores quienes más afectación directa reciben y por tanto, la reacción no se hizo esperar.

En 1993, cuando los diputados discu­tían soluciones que contribuyeran a en­frentar la compleja situación económica que vivía el país no se tomó una decisión final sin antes discutirlas con los traba­jadores. De ahí surgieron los parlamen­tos obreros. Aquella lección no debié­ramos olvidarla, porque nada hay más político que la economía, y más cuando se afecta a los de ingresos bajos o me­dios, que siempre son la mayoría.

Todavía hay mucha confusión en que si me recargan desde el exterior puedo poner otros 6G a 360 CUP en el mismo mes, lo cual es posible. La limitación es solo a través de Transfermóvil una vez en 30 días. Asi­mismo, hay muchas incertidumbres para quienes hoy andan en teletrabajo y trabajo a distancia, que usan las facilidades tecno­lógicas, específicamente los datos, para sus labores en buena parte de los casos.

Tampoco está resuelto qué pasará con los agentes de Telecomunicaciones que, de alguna manera, son afectados con esta de­cisión. Y aunque se ha ratificado la volun­tad de Etecsa de buscar variantes, se debió llegar a este punto con esas ideas pensa­das, pues lo que florecerá es la ilegalidad de vender saldos a precios abusivos, tal y como ya puede verse en las redes sociales sin ocultamiento y aparentemente sin po­der hacer nada contra eso.

Sobre el tema habrá que seguir escu­chando a todos los ciudadanos. Incluso rectificar algo no sería un retroceso, sino una muestra de lo que tantas veces nos enseñó el Líder Histórico de la Revolu­ción: “La máxima sabiduría ha estado, está y estará siempre en el pueblo”.

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