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Adelante

Si alguien con 55 años se siente viejo o acabado, ese no somos nosotros. Si alguien a esa edad le parece haber visto y contado lo suficiente como para no escribir más, tampoco somos nosotros. Si alguien nos invita a pensar en desaliento, periodismo chato o cambiar el perfil editorial, pues que ni se asome en la puerta de Trabajadores.

Foto: Alejandro Acosta Hechavarría

Andamos de cumpleaños y no precisamente para vanaglorias. Es duro, real y variopinto todo lo que debemos contar en lo adelante, convencidos de que no basta con informar, sino que cada día hay que interpretar, persuadir y opinar con las dos agendas bajo el brazo: la mediática y la pública, esas que no pueden desconectarse porque renunciaríamos a nuestra idea fundacional: ser la voz de los tra­bajadores cubanos.

Cambios en la gestión edito­rial y económica para convertir­nos en una unidad presupuestada con tratamiento especial para la comunicación; mejoras de nues­tros productos multimediales y más impacto en redes sociales de cada relato periodístico nacido de nuestros reporteros y fotógrafos son las balas a cargar con pron­titud por el colectivo, que sigue guapeando, como dijera Raúl y ja­más dejará de reflejar los proble­mas que los informes oficiales no dicen, tal y como nos retrató Fidel en 1987.

Hoy somos menos y más jó­venes. Soñamos con recuperar las 16 páginas del semanario impreso e implementar ofertas de empleo desde nuestra página digital. Nos felicitamos convencidos de que ni abuelos ni decanos de la prensa son calificativos que nos pegan. Preferimos esa llamada del lector o un comentario en las redes que agradezca ese texto que lo hizo pensar y hasta cambiar ciertas vi­siones. O simplemente, que lo hizo mejor persona, más cubano, mejor trabajador.

Ya subimos los 55 escalones. Ahora toca empujar la puerta y se­guir. El compromiso es con la ver­dad, la ética y la Revolución. Eso sí somos nosotros.

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