Ciego de Ávila.— Después de dos Conferencias Nacionales de la Asociación Nacional de Innovadores y Racionalizadores (Anir)—en marcha ya su tercera edición—, Trabajadores vuelve a preguntar desde sus páginas: ¿qué más debe hacer esta organización para que las administraciones atiendan a sus asociados y paguen lo que les deben?
Siempre dispuesto a colaborar con la prensa, el obrero Héctor Luis Delgado Muñoz responde: “Ahora no se trata de que remuneren o no a los autores de las soluciones, el gran problema aquí es la desmotivación, nadie quiere presentar ponencias, tenemos un salario empobrecido y hay que comprar las herramientas carísimas en la calle”.
Dice el operador de máquinas herramientas (solo quedan dos torneros activos) que la situación ha empeorado en su centro, los talleres ferroviarios del municipio de Morón, en esta provincia.
¿Con el huracán se fue también el fondo del 30 % para la remuneración y estimulación a los aniristas?
“Qué va, esa cuenta siempre ha estado en nuestra Empresa de Ferrocarriles Centro Este, en Camagüey, donde radica la comisión evaluadora de las inventivas. Ambas debieran estar más cerca. Hoy seguimos aportando soluciones, pero créame, periodista, que también trabajamos pensando en la innovación de mayor impacto social, que es la de cómo llevar un plato de comida a la mesa familiar”, subraya Héctor Luis.
Ariana Ruiz Estrada, presidenta de la Anir en esa unidad empresarial de base, opina que allí involuciona la actividad innovadora.
“Aunque insistimos en ayudar —subraya la especialista del grupo técnico—, el personal no confecciona la documentación, por lo que, al no inscribirse las soluciones, el fondo no crece. La última estimulación fue en el 2020, queda pendiente una actividad con todos los innovadores, pero muy poco podemos hacer con 4 mil pesos en la cuenta.
“Ha faltado apoyo a la Anir por parte de la administración, predomina en los directivos la falta de conocimiento sobre el trabajo de los ferrocarriles, hemos tenido siete u ocho directores en menos de cinco años, tal inestabilidad también influye”.
En el caboose
Los ferroviarios moronenses van en el caboose (furgón de cola) de la gestión innovadora. Los acompañan las empresas de Conservas de Vegetales, la Eléctrica, de Productos Cárnicos, las agropecuarias La Cuba y Arnaldo Ramírez, Recuperación de Materias Primas, Udecam, Divep, Indalecio Montejo, Electromedicina, Encomed, Alastor, RadioCuba, Transmetro, Emprestur, Azutécnica y los centrales azucareros Ecuador y Primero de Enero.
Todas estas son entidades que presentan menos inscripciones de las innovaciones en el actual proceso orgánico de la Tercera Conferencia Nacional de la Anir, informó Leidy Rivero Saavedra, presidenta de esta asociación en el territorio avileño.
De manera extraordinaria, en una potencia agrícola como Ciego de Ávila, la Delegación Provincial de la Agricultura coloca en el trasfondo a los miembros del Comité de Innovadores y Racionalizadores (CIR), del Departamento de Suelos y Fertilizantes con una trayectoria de más de 30 años en la gestión de la ciencia y la innovación.
“Hoy aquí anotamos los trabajos en el libro registro para no perder el derecho de autor, pero estos no se avalan ni se pagan porque nuestro centro no es una unidad, sino un departamento y eso le corresponde a la dirección de la agricultura a la que estamos subordinados”, subraya la Heroína del Trabajo de la República de Cuba Verania Hernández Peláez, especialista del laboratorio de Química de Suelos.
Ciertamente, en cada lugar no funciona como un reloj el mecanismo administración-sindicato-Anir, y es vital que este dé la hora exacta, para evitar, entre otras cuestiones, que largue el fondo el estímulo material a los consagrados innovadores.