
Con su cofia de enfermera recién graduada, Miriasly Matos Breff llegó en 1997 al Hospital Pediátrico Octavio de la Concepción y de la Pedraja para no salir jamás de la órbita laboral de ese insigne centro holguinero.
Se estrenó en la Sala de Misceláneas de niños menores de un año. En brevísimo tiempo ya era supervisora del Departamento de Enfermería y, en poco más de un lustro, asumió como jefa de enfermeras del Servicio de Urgencias.

Más adelante, el hermano país de Venezuela contó con su aporte durante dos años, tras los cuales su trabajo-hogar la recibió nuevamente con tareas complejas. Recuerda especialmente la conducción de una sala emergente para síndromes febriles y respiratorios: “Fue un tiempo bastante difícil, de llegar tarde todos los días a la casa porque había mucho quehacer”.
En el 2019 Miriasly era ya toda una experta en la enfermería, que le ha traído no pocos desvelos. Sin embargo, no sabía que en lo adelante también tendría que tomarle el pulso a un mundo sindical de 41 secciones, las que recientemente la eligieron como delegada directa al 22 Congreso de la Central de Trabajadores de Cuba.
Reconoce que al asumir como secretaria general del buró sindical pisó un terreno poco conocido. Pero ahora manifiesta que es una escuela y que cada administrativo, antes de serlo, le beneficiaría pasar por esa experiencia.
“La vida sindical es muy bonita, todos los días se aprende un poco más. Porque no es para estar en una oficina, sino para ir hasta donde surgen los problemas”.
Y así lo hace. En su agenda ocupa un lugar el bajo salario que percibe el personal de servicio. Y a esta, como a otras insatisfacciones, también le anda acomodando la jeringa para ponerle la vacuna.

