Aniversario 130 de la caída en combate de José Martí: El más genial, el más universal

Aniversario 130 de la caída en combate de José Martí: El más genial, el más universal

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Con una trayec­toria avalada por publicaciones y conferencias que han enriquecido la histo­riografía martiana, el des­tacado investigador Hugo Armas Pérez ofrece con esta entrevista una mira­da documentada sobre las circunstancias del comba­te de Dos Ríos, los testimo­nios de la época y las po­lémicas que aún persisten en torno a este episodio desolador que tuvo un im­pacto tremendo en la lucha independentista.

Es Martí una de las fi­guras de la historia patria más estudiada y abordada. ¿Por qué se dice que existe un misterio en torno a su muerte? ¿Qué es lo enig­mático? ¿Se ha descifrado?

“El hecho ocurrido en Dos Ríos el 19 de mayo de 1895 es uno de los más in­vestigados pues, en la ac­ción, la única baja que se le da a las fuerzas cubanas es la muerte de José Martí, principal figura en la or­ganización de la que él lla­mara la Guerra Necesaria. Y ese fue el enigma.

“Además, el que se en­contrara prácticamente solo, derivó un sinnúmero de versiones contradicto­rias, por lo que se crearon y agudizaron criterios, como algo sin respuesta, en tan­to otros argumentan que dadas las contradicciones a las que el Delegado tuvo que enfrentarse con los al­tos oficiales, lo habían lle­vado a inmolarse.

Foto: Obra La muerte de Martí, de Alexis Pantoja

“Quien conoce la per­sonalidad y la obra de José Martí de seguro nie­ga esta razón. La forja de la conciencia nacio­nal y patriótica plasma­da en esta misma tierra es un ejemplo, pues a las primeras horas de haber desembarcado por Playi­ta de Cajobabo, escribió: ‘Yo evoqué la guerra, mi responsabilidad comienza con ella en vez de acabar’.

“Así también en la car­ta a su amigo Manuel Mer­cado, 13 días después de la reunión de La Mejorana y unas horas antes de su de­ceso, decía estar presto a continuar la lucha pues te­nía ánimos para eso.

“En ese texto expuso la esencia de sus principios como organizador, guía, pensador y político, e hizo un análisis de la situación regional y la que ya avizo­raba acerca del imperialis­mo yanqui, lo que le permi­tió exponer un método de lucha eminentemente revo­lucionario, táctico y radi­cal que hoy tiene vigencia absoluta probada con he­chos”.

¿Cómo aconteció todo aquel día?

“En la mañana del 19 de mayo se encuentran en el campamento de la Vuelta Grande (Campamento no. 27) Bartolomé Masó Már­quez, Máximo Gómez y José Martí. Allí se impuso un ambiente de alegría, y cada uno de estos patriotas habló a las huestes mambi­sas presentes.

“Gómez plasmó en su diario de campaña: ‘Martí habló con verdadero ardor y espíritu guerrero’. Apro­ximadamente dos horas después se enteran de la presencia enemiga en la zona de Dos Ríos y salen todos a hacerle frente.

“El Generalísimo insis­te al Delegado que se quede atrás, que no vaya al com­bate, pero él desobedece e invita a Ángel de la Guar­dia Bello: ‘Joven, vamos a la carga’.

“Ante el fuego rival, que tomó posición, Paquito Borrero y Gómez se per­cataron de la superioridad numérica de los adversa­rios (más de 600 hombres), y ambos ordenan aminorar la marcha, aunque Martí y su acompañante habían hecho un movimiento por el bohío de José Rosalío Pa­checo, fuera del alcance de esas voces de mando.

“Se encaminaron di­rectamente hacia una sec­ción española oculta por la maleza, quienes les hacen fuego: cae herido el caba­llo de Ángel de la Guardia, y es impactado Martí por tres disparos. Su impetuo­so alazán, Baconao, regalo de José Maceo, lo conduce hasta la línea de infante­ría. El enemigo imposibili­tó su rescate.

“Estos testimonios de lo que ocurrió dentro del combate fueron dados a conocer por los que parti­ciparon como parte de la fuerza de Jiguaní, dirigi­dos por Francisco Blanco, Bellito, el coronel del cual habla el Apóstol en su dia­rio con mucha admiración.

“También existe la declaración de Ampara­do Diéguez, de las fuerzas de Paquito Borrero, quien afirma que eso fue exacta­mente lo que ocurrió”.

Hizo el Apóstol una estancia prolongada de varios días en Jiguaní, re­fieren los documentos, a la espera de encontrarse con Bartolomé Masó Márquez, líder natural de la región: ¿considera que fue fecunda esta permanencia?

“Su estancia aquí le dio la oportunidad de contac­tar con la oficialidad de las fuerzas de Jiguaní. Desta­can figuras como el coronel Francisco Blanco Bellito, el capitán José Rafael Pa­checo Cintra, el prefecto de Dos Ríos José Rosalío Pa­checo Cintra, quien en una ocasión le dice ‘por usted, yo doy mi vida’.

“También se debe te­ner en cuenta que en La Jatía tuvo la posibilidad de desarrollar una gran co­municación. Desde allí es­cribió circulares para toda la zona y cartas a Cisneros Betancourt, a Mola, de la zona de Camagüey, a Jesús Rabí y a Antonio Maceo, en las que no muestra ningún resquemor por lo sucedido en La Mejorana.

“En estos días pudiéra­mos decir que realiza una amplísima labor organiza­tiva y afianza un dominio y conocimiento sobre la es­trategia a seguir en la gue­rra, así se denota en esos documentos, e incluso en el propio diario”.

Si el Apóstol de la In­dependencia no hubiera ido al encuentro con la muerte ese fatídico 19 de mayo de 1895, día fatídico, ¿qué opi­na usted que hubiera pasa­do con Cuba? ¿Por dónde estuvieran los derroteros del Maestro?

“Él era eminente en todo lo que se proponía y en su personalidad se pone de manifiesto un quehacer que le da una magnitud extraordinaria a tener en consideración.

“Un aspecto importan­te de lo que serían sus pa­sos lo refleja en el conoci­do testamento político en el que, además de exponer todo lo que es la esencia de sus principios como or­ganizador y guía, hizo un análisis de qué tipo de re­pública planteaba que de­bía hacerse una vez que se lograra la independencia.

“Asimismo está la va­loración que hace en lo que es su postura ante Estados Unidos, pues había vivido en ese lugar y ya adivina­ba sus intenciones con res­pecto a Cuba y el resto de América.

“En ese documento él plantea el método de lucha eminentemente revoluciona­ria que había que hacer, en cuanto a lo táctico y radical, y que hoy tiene una vigencia absoluta probada con he­chos. Por ahí hubieran anda­do sus derroteros”.

A su entender… ¿dónde radica la inmensidad de la figura de José Martí?

“Para precisarla no existe una mejor definición que la que dio Fidel el 10 de octubre de 1968 en el dis­curso por el centenario del inicio de las Guerras de In­dependencia en Cuba, en La Demajagua, y cito textual­mente: ‘…el más genial y el más universal de los polí­ticos cubanos… el más grande pensador polí­tico y revolu­cionario de este continente’”.

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