La entrega es una característica que abunda en la División Territorial de Etecsa, en el Municipio Especial Isla de la Juventud, cuyos protagonistas hacen «magia» cuando de buscar alternativas se trata, por dar un buen servicio al pueblo.

Sus más de 190 trabajadores laboran a diario por mantener lo logrado: colectivo Vanguardia Nacional, por el cumplimiento del encargo estatal en surtidos y en valores, al igual que en producción física, en las ventas netas y en las destinadas a la exportación, con el fin de sustituir importaciones.
Además de mantener el costo por peso inferior a la unidad de medida; el valor agregado bruto superior al cien por ciento, al igual que las utilidades y la productividad por trabajador; conservar su contabilidad certificada; estéril ausentismo y defender el estricto cumplimiento del plan de ahorro de los portadores energéticos y de materias primas.
Del orgullo de pertenecer a este colectivo, dan fe dos jóvenes que fueron merecedoras de la medalla Abel Santamaría, condecoración estatal que concede el Consejo de Estado a propuesta de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC).
Yaimara Chacón Leyva, 26 años técnica en servicio social y militante de la UJC desde los 16, habla de cuánto sacrificio, horas de desvelos, entusiasmo ante cada tarea, incondicionalidad y responsabilidad hay detrás de esa distinción colgada en su pecho.

“Constituye un premio a la trayectoria ejemplar y el compromiso de jóvenes y colectivos destacados en distintas esferas de la sociedad cubana, máxime si fue entregada por el Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, como sucedió”, expresó Yaimara.
“El Comité de Base (C/B) de Etecsa es un ciclón, estamos en todo: el Festival de Artistas aficionados de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC); el programa alimentario en el Organopónico Las Celias; la semana de protección contra incendios; la reconstrucción del parquecito infantil del poblado Argelia y otros frentes de batalla”, subraya con esa mirada sincera que transmite veracidad.
A su lado, Kiomy Comendador Lamdrovet, de 27 años, especialista comercial de la división territorial de Etecsa, desde hace tres años militante de la UJC y activista de acta del C/B de Etecsa argumenta más razones que grafican la merecida entrega de la medalla Abel Santamaría.
“La recibimos nosotras dos, pero en su brillo iba el nombre de muchos: Álvaro, nuestro secretario del C/B, Elisa, Dailín Sandra, Daily Pérez…y otros con excelente trayectoria estudiantil y laboral, integración, activismo en las tareas de la defensa, las convocatorias hacia programas decisivos, ya sea en la producción de alimentos, la higienización de la ciudad, en lo cultural, la innovación, la formación en valores.
“Nunca decimos no, ya sea para la limpieza y recuperación del malecón pinero; apoyar la construcción de una casa por subsidio; en las tareas de alto impacto; el evento internacional ISLACIENCIA; actividades científicas; participación en las tareas de la defensa; el movimiento de reparación de los consultorios del Médico de la Familia.
“El centro tiene su cuota sindical de los afiliados al día, asimismo el aporte a la Patria, realizamos la guardia obrera, no tenemos accidentes de trabajo, planificamos en el presupuesto de gasto ropa y calzado en la partida de medios de protección, como también en la de alimentación se le “inyecta” dinero como está recogido en el Convenio Colectivo de Trabajadores”, concluye.
Ellas son solo dos rostros de los tantos existentes en el Municipio Especial Isla de la Juventud que echan rodillas en tierra para que el país avance ante las restricciones económicas actuales. Honor a Kiomy y Yaimara, jóvenes multiplicadas en miles.

