Fuerte ante las adversidades y muy arraigada a la tierra es esta delegada al XIII Congreso de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (Anap), que se realizará del 15 al 17 de mayo
Artemisa.—Aún no amanece. Son las cinco de la mañana, pero en la calle de palmas, a unos tres kilómetros del centro de la ciudad una campesina empuja el sol con el aroma a café que induce una sensación de calidez.

Después de la primera taza del día, con botas y sombrero de por medio, Yamila Marrero Alfonso echa a andar dentro de las 40.26 hectáreas bajo su mando, como usufructuaria, hace una veintena de años.
Suelta sus carneros a campo traviesa, va por los caballos y hasta atiende a los ponis, esa raza de equinos con los que se encariña.
En 13.42 hectáreas acopia voluntades para cultivar caña de azúcar, y por estos días hasta se sube a la combinada que corta la gramínea, con no pocos obstáculos por la ausencia de combustible.
“Ya veremos el rendimiento. El paquete tecnológico ha estado muy escaso y las atenciones culturales necesarias han sido taller y escuela en mis surcos”, detalla en una tertulia apresurada.
Es una mujer sin horario fijo para enrumbar con el tractor, ensillar una yegua o rodar su moto hasta las fincas de los asociados de la cooperativa de créditos y servicios (CCS) Marcos Martí, ubicada en el Consejo Popular Lincoln. Es la presidenta desde el 2013, con unos 200 miembros, 98 de ellos usufructuarios como ella.
¿Qué importa si hay rocío, si la neblina le remueve la alergia o el sol le penetra por cada poro? Es de las que toma la guataca para desyerbar surcos de boniato o yuca, e incluso se suma con los campesinos de su finca en la cosecha de viandas.
Revisa los cuatro puntos de venta de productos agropecuarios de su cooperativa donde, por cierto, combina surtidos y precios, a pesar de estar siempre insatisfecha con ambos.
Tres bodegas son su desvelo de noche y de madrugada. Entregar 100 mil litros de leche al año, de lunes a lunes, es un compromiso inviolable y no solo con los más pequeños, sino con el país: “Por ahí sustituimos la importación de leche en polvo”, enfatiza.
“Acarreamos el alimento a través de tiro directo desde el propio ordeño manual hasta el mostrador de cada comercio. Se dice fácil, aunque hemos enfrentado no pocos rollos”, dice.
Así es Yamila, una de los dos delegados directos de Artemisa al XIII Congreso de la Anap, la misma a la que el destino ha cargado con varias nostalgias por la muerte del padre y del esposo, y por la lejanía de uno de sus hijos.
Y cuando todo parecía estar en calma volvieron como otra bofetada del destino el accidente automovilístico de su otro hijo, y ahora la enfermedad de su hermano de 47 años, que mitiga con tratamiento de hemodiálisis, atenciones y cariños.
Sin embargo, ella se vuelve fuerza, la lleva consigo. Es como el punto cubano, nada disimula su melodía, o mejor, sabe cómo conquistarla no solo en la tierra que cultiva, también cerca de la costa sur de Artemisa, en Majana, donde se adueña de un pedazo de azul.
La conversación da para más, si bien Yamila anda siempre de prisa, casi se despide, pero le guiño el ojo y hace entonces una pausa.
“Soy integrante del comité provincial de la Federación de Mujeres Cubanas. Guardo en mi vitrina la Medalla 23 de Agosto, y participé en el XI Congreso de la organización, en el 2024”, precisa.
Es la vencedora de imposibles, la que inspira porque ha ganado la condición de Vanguardia Nacional de la Anap por cuatro años consecutivos, al igual que su cooperativa. Ambas ostentan la Bandera de Honor Niceto Pérez.
“Las labores del campo cada día son más espinosas para mujeres y hombres, pero de que se puede, se puede. El compromiso de nuestra CCS cañera es entregar más de 6 mil 500 toneladas de caña en esta campaña, y el central artemiseño 30 de Noviembre puede contar con esa molienda. Por ese propósito vamos de sol a sol. ¡Trabajar y trabajar, ese es mi mensaje al congreso anapista!”.
Acerca del autor
Desde 2005 el periodismo me abre las puertas en Radio Artemisa, con la posibilidad de reorientar mi carrera al cursar estudios en el Instituto Internacional de Periodismo José Martí. Soy licenciada en Educación, en la especialidad de Defectología, y ya había cumplido varias tareas, incluso en la Unión de Jóvenes Comunistas.
Los resultados en el medio radial me condujeron a que, en 2011, al crearse la provincia de Artemisa, ocupara la responsabilidad de Corresponsal Jefa de la Agencia de Información Nacional, nombrada poco después Agencia Cubana de Noticias.
En ese mismo tiempo, alternaba como parte del ejecutivo de la Unión de Periodistas de Cuba, en el territorio, y posteriormente me desempeñé como su Presidenta; hasta que, en agosto de 2014 la dirección del Partido me designó directora del su Órgano Oficial, el periódico El Artemiseño, labor que continúo desempeñando.
Las funciones de dirección siguen aportando a la pasión por el periodismo, de ahí que mantenga publicaciones del acontecer de mi provincia en mi órgano de prensa Artemiseño, y en medios nacionales de comunicación, con mayor estabilidad, y representando tanto de compromiso como de orgullo, en el periódico Trabajadores.