Colorido y alegría, militancia y compromiso, conquistas y esperanzas continúan siendo la esencia de la Conga cubana contra la Homofobia y la Transfobia, que este sábado último volvió a arrollar por una importante arteria del Vedado capitalino.
Esta es una de las actividades de mayor convocatoria popular que caracterizan a las Jornadas que durante 18 años ya ha organizado el Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex), para celebrar el 17 de mayo, Día Internacional contra la Homofobia y la Transfobia.
No es esta marcha una fiesta vacía de contenidos. Busca hacer visibles los avances que van conquistando las personas homosexuales, bisexuales y trans, así como los prejuicios y discriminaciones que todavía nos restan por superar en el país.
Durante 18 años la sociedad cubana ha sido testigo y participante de esta iniciativa educativa, cultural y política que ha buscado debatir y garantizar la igualdad de derechos de un sector poblacional que antes había sido preterido, y que gracias a esa semilla ya hoy tiene un reconocimiento cabal en la Constitución, el Código de las Familias y otras importantes normas jurídicas.
Pero también las personas LGBTIQ+ han crecido mucho en este proceso del que siempre han sido protagonistas. A lo largo de casi dos décadas otras causas igualmente justas y urgentes han confluido en sus reclamos, tales como lo fue en su momento la lucha por el regreso de los Cinco Héroes antiterroristas prisioneros en los Estados Unidos, o la permanente batalla en contra del bloqueo que sufre el pueblo cubano del cual forman parte; o ahora mismo las denuncias del genocidio israelí contra Palestina y del preocupante resurgir del fascismo mundial, con serios retrocesos también en las políticas en favor de la diversidad sexual en no pocas naciones, incluso las que presumían de mayor desarrollo.
Porque al final de eso trata todo este combate: ni homofobia, ni transfobia, ni ninguna otra injusticia que nos disminuya como seres humanos plenos.