
Carlos De Dios Oquendo ha fallecido a la edad de 62 años. El Carlitos que tantas veces entrevisté, el que no dejó de estar a pie de obra y que en todas las tribunas defendía los derechos de “mis constructores”, como les decía. El que llamaba muy a menudo a la redacción para contarnos la última hazaña en el sector o la pelea en alguna demanda laboral.
Hemos perdido a un excelente compañero, al amigo leal, al siempre amante de su familia. Son frases tomadas de mi perfil de Facebook publicadas desde el mediodía de este tórrido domingo por compañeros de batallas sindicales, atónitos ante la sorpresiva y triste noticia; y todos pensamos además en su esposa Gisela, compañera en la vida y el trabajo sindical.
Durante 11 años (2010/2021) Carlitos ocupó la máxima dirección en el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Construcción (SNTC), en la cual volcó su formación y experiencia adquirida como cuadro en Cienfuegos, cuna de sus inicios en la dirigencia sindical de base, en la década de los años noventa, durante la edificación de la Central Electronuclear en Juraguá.
Por su reconocido liderazgo y resultados fue promovido a secretario de Organización en el SNTC en la provincia. A partir de entonces ascendió en su desarrollo como cuadro, lo cual demostró en diversas responsabilidades en el Comité Provincial de la CTC en aquel territorio.
Pensaba y sentía porque se fortaleciera el funcionamiento sindical, en aras de elevar la atención a los trabajadores y su aporte al cumplimiento de los planes económicos. Un quehacer sin horario, en el que hizo gala de sencillez, consagración y firmeza revolucionaria, méritos que avalaron su elección como presidente de la Federación Latinoamericana y Caribeña de Trabajadores de la Construcción, Madera y Materiales de Construcción, una de las tribunas desde la que se esforzó para fortalecer las relaciones con organizaciones y organismos sindicales del mundo.

