El destacado combatiente revolucionario Víctor Dreke Cruz es ampliamente conocido por ser, con el seudónimo de «Moya», el segundo jefe de la guerrilla internacionalista cubana que de abril a noviembre de 1965 combatió al colonialismo en el Congo, bajo el mando del comandante Ernesto Che Guevara.
Pero la vida de este hombre de 88 años es rica en acontecimientos que lo hacen también un símbolo de la Revolución Cubana.

«Yo fui para Girón por iniciativa propia», aseguró durante un fraterno encuentro con Misael Rodríguez Llanes, secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Construcción, y el doctor Santiago Badía González, el máximo dirigente sindical en el sector de la Salud.
Cuenta que en una parada en el cuartel del entonces Escuadrón 31, en Santa Clara, camino a Oriente, su chofer le dijo en tono alarmado que los yanquis habían desembarcado por Playa Girón. Era el 17 de abril de 1961.
Y ordenó a Miranda viajar de inmediato hacia la zona de los combates.
«Allá estaba Fidel», subrayó a los visitantes en su casa del reparto del capitalino reparto Atabey.
Entraron por Yaguaramas y casi de inmediato el entonces capitán del Ejército Rebelde se puso al frente de dos compañías del Batallón 117, de las Milicias Nacionales Revolucionarias, procedente de La Habana, con las que combatió contra los mercenarios, primero conteniendo el avance enemigo desde la dirección de Playa Girón y luego, a partir del 18 de abril, en la contraofensiva organizada por Fidel.

Dreke detalló a Rodríguez Llanes y Badía González, que el 19, en Covadonga, el Comandante en Jefe ordenó tomar Playa Girón antes de las 18:00 horas (6:00 pm).
«Ustedes saben que la infantería acompaña a los tanques para una protección mutua», señala y agrega que «para cumplir la orden de Fidel con mi chofer tomé un yipi y nos lanzamos por la carretera hacia Playa Girón».
En el camino fueron emboscados por el enemigo en retirada, y Dreke fue herido en el brazo derecho y la espalda baja. Miranda, el chofer, lo cubrió con su cuerpo para protegerlo.
Su traslado al hospital de Santa Clara fue dramático, en un carro de reparto de leche, asegura el destacado combatiente. Hasta se cayó del vehículo, en una curva, cerca del poblado de San Blas. Sobrevivió.

Merecido homenaje
Los secretarios generales de los Sindicatos de la Construcción y de la Salud, Misael Rodríguez Llanes y Santiago Badía González, le explicaron a su anfitrión que visitarlo en ocasión del aniversario 64 de la victoria sobre el imperialismo yanqui en Playa Girón en cumplimiento de un acuerdo del Secretariado Nacional de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) propició a ellos encontrarse con una parte viva de la historia de Cuba. Y tienen razón.
Víctor Emilio Dreke Cruz cumplió 15 años el mismo día que Fulgencio Batista dio un golpe militar el 10 de marzo de 1952. Dos años después se unió al Movimiento Juvenil de la federación Regional obrera Número 3 en su natal Sagua la Grande, donde se desempeñó como secretario estudiantil.
Participó en la lucha contra la policía y el ejército del dictador. Terminó la Guerra de Liberación como capitán del Ejército Rebelde, bajo el mando del Che, en Santa Clara.
Después del triunfo de enero de 1959, asumió diversas responsabilidades en las Fuerzas Armadas Revolucionarias, entre ellas el mando de tropas en la lucha contra bandidos en la Sierra del Escambray, también apoyados por los EE.UU.
Estuvo junto al Che en el Congo. Retornó a África para encabezar la misión cubana Guinea-Bissau en 1966-1968, lo que le permitió trabajar con Amílcar Cabral.
La vida de este hombre excepcional está enriquecida con otros hechos notables y bien marcados por su lealtad infinita al legado de Ridel, a Raúl, al Partido Comunista y a su pueblo.

