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Un desfile, otro renacer

A sus 34 años Luis Javier Castro Marrón volvió a la vida. Una condena a 10 años de privación de libertad por el delito de malversación le cercenó la existencia. Los seis que estuvo en prisión fueron un parteaguas.

Luis Javier y Malena, como otros muchos trabajadores, participan en la confección de propagandas para el desfile por el Primero de Mayo. Foto: Betty Beatón Ruiz

Ahora cumple el resto de la sanción en régimen de libertad condicional vinculado laboralmente al sector del deporte, la cultura física y la recreación en la ciudad de Santiago de Cuba.

Según cuenta, el primer portazo de reja con aquel candado que le encarceló los sueños, lo estremecieron en lo más profundo; pero lejos de llenarlo de oscuridad y rencor le sirvieron para la arremetida.

«Erré, hice lo indebido, me equivoqué… ahora toca pagar por eso, levantarme, salir…»

Luego de un año y ocho meses recluido en máxima severidad, ganó, por buena conducta, el paso a menor severidad y a la par una matrícula en la carrera de Técnico Superior en Entrenamiento Deportivo.

«Los profesores iban a la prisión a impartirnos clases, matriculamos unos 20 reclusos y menos de la mitad nos graduamos».

Título en mano y con los avales correspondientes por mantener una buena conducta, ganó el derecho a la «condicional».

Desde octubre de 2024 es plantilla del Combinado Deportivo La Normal, da clases de Educación Física en la Ciudad Escolar 26 de Julio, organiza un circulo de interés, aporta lo necesario a la cotidianidad del barrio, mantiene su pasión por el baile, anda activo en la sección sindical… renace, vive intensamente, y con todos los matices, esta oportunidad.

«Hace pocos días estuve en la Plenaria del Primero de Mayo que se realizó en el teatro Heredia, bien lleno que estaba aquello, con tremendo ambiente de alegría».

En medio de estas jornadas de abril, cuando en los colectivos se precisan los detalles de la marcha proletaria, Luis Javier tiene un pensamiento recurrente: «será otro renacer».

Después de seis años sin desfilar la ocasión tendrá matices especiales y no faltan los planes para el momento.

En la madrugada salir de casa junto a su mamá, como siempre ha sido, y cada cual al punto de concentración de su sindicato. En su caso con la buena suerte de estar en el primer bloque, conformado por los de la educación, la ciencia y el deporte.

Mientras llega el Primero, Luis Javier se suma a las propuestas que nacen de su sección sindical, entre ellas la liquidación de la cuota en saludo a la fecha proletaria, la confección de propagandas alegóricas para llevar al desfile y tanto más.

Similares propósitos marcan los días de Melena Calzadilla Abrahantes, del propio sector al que pertenece Luis Javier, y con puntos comunes que entrelazan sus vidas.

Ella cumple prisión domiciliaria de cinco años por el delito de proxenetismo, y está vinculada laboralmente al Combinado Deportivo Antonio Maceo, también en la ciudad santiaguera, como entrenadora de badminton.

Aún cuando reside muy cerquita de la plaza de la Revolución, hace muchos años no asiste a un desfile.

«A este voy con mi nuevo colectivo de trabajo, donde no faltan las iniciativas, una de ellas liquidar la cuota y el Aporte a la Patria en saludo a la fecha.

«Igualmente hemos confirmado ya el compromiso de estar temprano, formando parte del primer sindicato en pasar frente a la tribuna».

El próximo Primero de mayo no serán sólo Luis Javier y Malena los reclusos que cumplen sanción en libertad condicional, vinculados a centros laborales, que estarán en la plaza santiaguera.

Otros como ellos, con empeños de dar un giro a sus vidas y marcar un renacer, irrumpirán con paso firme, dándole verdadero matiz humano a eso de que Por Cuba Juntos Creamos.

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