Guardianes del cielo

La concentración es absoluta. Un paso en falso y todo se pierde. El tráfico aéreo no espera, y a la vez, varias voces surcan el cielo para orientar o alertar a las aeronaves. Grandes pantallas con infinitos trazos y micrófonos inundan la sala donde están desterrados los errores, porque un solo click o una orden dada pueden ser decisivos.

En este entorno laboran los controladores de tránsito aéreo (CTA), quienes pueden de un modo seguro y rápido prevenir colisiones entre aviones, dentro del espacio de su jurisdicción, o indicarles el rumbo a tomar en caso de situaciones meteorológicas adversas.

Su labor es complicada, pues ellos son la base fundamental para mantener el flujo aéreo ordenado y seguro. La tecnología avanzada facilita la tarea e incluye gran percepción y proyección espacial. No es un juego de niños, a cargo de los controladores quedan diariamente cientos de vidas humanas. ¡Cuánta responsabilidad para estos trabajadores!

Experiencia y juventud

Uno de los colectivos vanguardia nacional en este campo es la Empresa Cubana de Navegación Aérea (ECNA), reconocimiento ganado por la profesionalidad y el compromiso de sus trabajadores.

Daiana Carbonell Reyes, directora general de la institución explica que “el capital humano combina la experiencia y la juventud lo que permite seguir apostando por continuar siendo reconocida como referente regional en la ejecución del modelo de excelencia del Sistema de gestión de Seguridad Operacional (Safety Management System (SMS, por sus siglas en inglés) en la región de Sudamérica y el Caribe”.

María Eugenia García Ancízar, es jefa de turno de la Sala de Control de Tránsito Aéreo de Cuba, una labor que desempeña por casi cinco décadas. Para ella hay un lema que define su profesión: “un avión es tráfico, dos aviones son conflicto”.

Cuántas vivencias guarda con pasión. “Controlar el avión del Comandante Fidel Castro, de grandes figuras que han visitado a Cuba, todos los vuelos del Comandante Hugo Chávez, el regreso de los médicos que venían de varios países tras ayudar a otras naciones a enfrentar la Covid-19… Son 45 años para contar anécdotas”, afirma.

Cada operación está avalada por las normas y estatutos que designa la Organización de Navegación Civil Internacional (OASI). Organismo que sirve como foro mundial de los estados para la aviación civil, a partir de la asistencia y cooperación de sus miembros. Nuestro país, asociado a ella, posee un plan de seguridad operacional que permite mejorar el rendimiento y alcanzar una implementación efectiva según los estándares de la organización.

La protección y control del cielo patrio está garantizado. La institución cuenta con un amplio programa de formación académica para los controladores que inicia con la captación desde los preuniversitarios y apoya la preparación física y mental de los egresados. Además, ofrece la especialización para los ya formados, así como cursos de inglés.

No se trabaja de forma aislada, sino de conjunto con otros países para evitar fatales consecuencias. “Aquí los problemas se quedan en la puerta. No puede haber estrés, y más allá de los obstáculos siempre debe primar el amor. Cuando estoy frente al monitor represento a Cuba”, aseveró María Eugenia.

La atención al hombre, una prioridad

La dificultad mayor que han padecido es la fluctuación laboral, que han enfrentado con una mayor atención al hombre mediante cursos de capacitación, incrementos salariales, soluciones a problemas de la vivienda, apoyo a embarazadas y jubilados y venta de productos de primera necesidad, un camino que ha ido dando resultados.

Día a día aplican estrategias para mejorar los servicios, por ejemplo, si bien antes los controladores salían de la capacitación con un técnico medio y ahora adquieren nivel de técnico medio superior.

El propósito es que esto hombres y mujeres estén cada vez más preparados para garantizar la vida de los pasajeros y de la tripulación, además de enfrentar cualquier delito que atente contra la seguridad nacional. Con su pasión y entrega van diseñando en el aire zonas libres.