El 19 de noviembre de 1837 marcó una pauta en la historia ferroviaria. Los pobladores de La Habana se dieron cita en la estación de Oquendo entre las calles Estrella y Maloja para apreciar uno de los acontecimientos más significativos de aquellos años, la salida hacia Bejucal de la primera locomotora que circularía en el país.

Incertidumbre, emoción e incluso curiosidad surcaban los rostros de los moradores. Todo un espectáculo que convirtió a Cuba en la primera nación de Iberoamérica y el séptimo del mundo en introducir este medio de transporte. Un logro que ha sabido mantenerse gracias al compromiso y fidelidad de quienes día a día construyen sueños sobre rieles.
Héroes silenciosos
A pesar de los obstáculos a los que se enfrentan, los trabajadores ferroviarios aseguran el cumplimiento de los planes de transportación. Uno de los colectivos más destacados es la unidad empresarial de base Taller de reparaciones ferroviarias Francisco Vega Sánchez, ubicado en Luyanó, en el capitalino municipio de Diez de Octubre.
El centro cuenta con una plantilla de 162 trabajadores. Su servicio incluye las revisiones y recepción de los trenes de cargas y los de viajeros que se dirigen a Guantánamo, Bayamo-Manzanillo, Holguín y Santiago de Cuba. A ello se suman los trenes extras que prestan servicios en los meses de verano y diciembre.
Así explica al periódico Trabajadores el director de la institución Romier Rolando Sosa Poei. “No podemos permitirnos errores, subraya, pues en un promedio de seis horas el taller realiza el flujo tecnológico. Este comprende la limpieza exterior e interior de los vagones, así como la comprobación del confort, aseo en los baños, el sistema de aire acondicionado, el de alumbrado y la habilitación de los furgones”.

La historia de hombres como Roberto Bernal Lewis, técnico de electricidad, es un ejemplo de pasión por lo que hace. “Mi día empieza aquí, dentro de un vagón. No quiero otra cosa, y todo lo que he tenido y en lo que he trabajado han sido en un tren.
“Las horas no se cuentan, señala sin detenerse en su faena, y aunque laboramos por turnos solo terminamos cuando ya el tren está en óptimas condiciones para viajar”, y se enfrasca en el cuidado y chequeo del tren de pasajeros con destino a Santiago de Cuba.
“Ya son más de 40 años vinculado con las ocupaciones de mantenimiento. “Me queda poco tiempo para jubilarme, sin embargo, todavía crece en mí el deseo de continuar en las tareas de reparación”.
Por su parte, Jesús Carrillo Cruz quien es técnico de explotación en la empresa de rutas nacionales de la unidad empresarial de base La Habana, ya suma 34 años cumpliendo con la labor. Allí nos cuenta que su misión en el área de pasajeros es controlar lo que el taller realiza para el mejoramiento y la calidad de los servicios. “El ferrocarril requiere de exigencia para cumplir con la responsabilidad de reparar los vagones”, precisa.
“Trabajamos para que los motores estén al máximo, la edad no es impedimento en este colectivo, estoy aquí hasta que mi salud y mi capacidad me lo permitan”.
Los aniristas han incorporado un grupo de innovaciones relacionadas con la comodidad de los coches, fundamentalmente en los baños, y en la modificación de las electroválvulas y el destape de la sentina con los sensores.
“Queda demostrado —resalta Romier— el ímpetu de los ferroviarios para enfrentar desafíos y buscar soluciones. Nuestra fortaleza radica en el cariño que tenemos por lo que hacemos. Nuestra divisa es lograr el confort de los viajeros”.
Hombres como estos son un ejemplo de entrega y dedicación. Ellos junto a los operarios, técnicos, maquinistas y demás miembros de la tripulación logran con su esfuerzo contribuir a la satisfacción del pueblo. Una muestra de compromiso con temple de acero.
Guantánamo, sede del acto nacional por el Día del Trabajador Ferroviario
“Ningún sistema de transporte puede superar al ferrocarril, lo mismo para trasladar cargas que pasajeros”. Estás fueron las palabras del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz durante el discurso del 29 de enero de 1975 cuando operara la locomotora soviética M62-K número 61602 sobre el nuevo tramo de línea. Fue desde ese día que quedó instaurado está fecha como el Día del Trabajador Ferroviario.



Katia Labrada Vidal, secretaria general del Sindicato de Trabajadores de Transporte y Puertos (SNTTP) explicó que en saludo a este día y por los resultados que hoy ostenta con respecto al funcionamiento sindical y la calidad de los servicios prestados a la población será la UEB Estación Ferroviaria de Guantánamo sede del acto nacional.
El conpromiso y dedicación de los trabajadores ferroviarios es reconocida cada año por la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) . Por eso la jornada del 22 al 29 de enero comprende una serie de actividades en honor a ellos, en la que se hará entrega de la distinción José María Pérez Capote a 53 trabajadores con más de 20 años de labor ininterrumpida, señaló la sindicalista.
Asimismo, serán condecorados los cinco aniristas más destacados de esta provincia, quienes contribuyen con su esfuerzo al fortalecimiento del sector. De ellos, tres corresponden a la unidad de ferro-azúcar, la cual permite el aseguramiento y traslado de la caña de azúcar y sus derivados; además, uno pertenece al Taller de Vanguardia Proletaria y el quinto dedicado al mantenimiento de las vías férreas, manifestó.
Serán reconocidos cinco empleados por la obra de la vida, categoría que obstentan aquellas personas con más de 50 años de labor. La fiesta termina con la entrega del sello 85 aniversario de la CTC a la tripulación Élite, los cuales asumen el reto de transportaciones masivas para los eventos que se desarrollan en el país, con una excelencia que se distingue por la calidad del servicio y la profesionalidad de sus integrantes, abordó.
Calidad y amor por su profesión son las aptitudes que defienden los ferroviarios cubanos. Hombres y mujeres que desde los talleres, las agencias de viajes, en la reparación de las vías u otros quehaceres marchan en paralelo con los rieles en aras de proporcionar a los clientes la comodidad y seguridad que ellos necesitan.