El 2025 nos depara enormes retos en lo económico y lo social. Quizás el más significativo se relaciona con la gradual recuperación del Sistema Eléctrico Nacional (SEN), de lo cual no solo depende que las largas horas de apagón pasen de pesadilla a un mal recuerdo, sino también que avancemos, de forma sostenible, hacia la imprescindible robustez en dicha rama, a partir de un programa inversionista diversificado, con énfasis en las fuentes renovables de energías (FRE) y en recobrar generación instalada en diversos formatos como termoeléctricas, los llamados grupos electrógenos y en Energás..
De eso depende que las afectaciones eléctricas, las cuales hoy promedian entre 1 400 y 1 500 megavatios (MW) se reduzcan considerablemente. El beneficio no solo será en el sector residencial, pues no es secreto que para disminuir los perjuicios en este, hay industrias que en el 2024 vieron limitadas sus potencialidades productivas.
No fue casual entonces que los diputados conocieran, antes y durante el reciente Período Ordinario del Parlamento, cifras y explicaciones sustentadas en el Programa de Gobierno en marcha para lograr dicho objetivo, decisivo en el desarrollo económico y en la calidad de vida de los cubanos, con un enfoque interinstitucional, de transición y soberanía energética y el uso eficiente y racional de la energía. Elementos importantes si solo tenemos en cuenta que la producción de electricidad requiere del 61 % de los combustibles de que pueda disponer el país.
Tampoco es fortuito que acorde con esa prioridad gubernamental exista una atención diferenciada para los trabajadores del sector, tanto salariales como en sus condiciones de vida y labor.
La manera más plausible de comprobar lo proyectado está en las decenas de brigadas que en todas las provincias acondicionan terrenos y acometen la instalación de 26 parques solares fotovoltaicos en diferentes fases de construcción, lo cual implica un notable esfuerzo constructivo. Y en los que trastocan el día y la noche porque están sumergidos entre calderas y grandes tuberías para devolverles la vida útil.
No olvidemos el pasado
La situación del SEN es compleja. Las causas principales han estado relacionadas con la falta de divisas; y los consiguientes desfases en los mantenimientos, la modernización y la recapitalización tecnológica para actualizar la matriz de generación. Por ese motivo, en el último lustro la producción de electricidad disminuyó unos 3 731 gigavatios hora.
Hace dos años la disponibilidad de electricidad alcanzó los niveles más bajos desde el 2019, mientras que el 2024 resultó especialmente difícil para el sector, debido, entre otros factores, a los obstáculos acrecentados por el bloqueo económico, financiero y comercial de Estados Unidos, el déficit de combustible y las averías en las instalaciones, que provocaron tres desconexiones del SEN.
No por reiterado es siempre interiorizado el gran impedimento que significa el cerco ilegal que por más de 62 años ha impuesto el Gobierno estadounidense, con una cruel persecución contra posibles proveedores e inversionistas, lo cual ha conllevado la cancelación de contratos, pérdida de asistencia técnica y el incremento de precios y fletes.
Sus tentáculos aprietan pero no impedirán, según han asegurado las autoridades pertinentes, que en el 2025 queden sincronizados 55 parques solares fotovoltaicos, sinónimo de la marcha sin retroceso hacia disponer de más energías limpias, amigables con el medio ambiente. No es posible bloquear ni el Sol ni el viento y esas son potencialidades de Cuba frente a otros países con mucho menos irradiación solar que usan esa energía como una tecnología fundamental para su transición energética.
Y seguimos
Es indiscutible la repercusión del tema energético en todos los órdenes, de ahí su lugar de prioridad urgente en la agenda de la dirección del país, desde una política y estrategia energética que rectora el Ministerio de Energía y Minas e involucra a cada uno de los organismos e instituciones, por eso el 2024 terminó con varias entidades del sistema empresarial inmersas en el camino de pasar de consumidoras a generadoras autónomas de electricidad, a partir de las FRE y también aportar al SEN.
Por ejemplo: el Centro de Inmunología Molecular, con tres parques solares fotovoltaicos; la Empresa Aguas de La Habana, alta consumidora de energía para el bombeo de agua; la Empresa Electrónica Camilo Cienfuegos, industria pionera en cubrir toda su necesidad de energía eléctrica a partir de las FRE; mientras que Isla de la Juventud está a punto de concluir un proyecto para mejorar el servicio con un sistema de acumulación de energía, primero de su tipo en Cuba.
A todo esto se añade la entrada en vigor, desde noviembre último, del Decreto no. 110, que promueve un uso racional de la electricidad de acuerdo con las regulaciones para el control y uso eficiente de los portadores energéticos y las FRE en el sector estatal y las nuevas formas de gestión, decisión eficaz para tributar soluciones sostenibles, una mirada más larga para eliminar el siempre molesto apagón.