Yurisleidis Lupetey: «No me esperaba esta medalla”

Yurisleidis Lupetey: «No me esperaba esta medalla”

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Después de haberla entrevistado tantas veces a partir de sus grandes resultados (única judoca cubana con título mundial juvenil, cadete y élite, además de bronce olímpica en Atenas 2004), el desafío de esta conversación era otro. ¿Cómo Yurisleidis Lupetey asume ser entrenadora de niños? ¿Qué nuevas experiencias le está aportando? ¿Podremos verla algún día en el colectivo técnico de un equipo nacional?

 

 

Hasta el Combinado Comunitario Deportivo Los Pinos, en Arroyo Naranjo, nos fuimos a buscarla. Su sonrisa seguía siendo la misma, ya los 57 kilogramos de peso era un pasado vencido, pero su amor por el judo estaba intacto, al punto de estar trabajando hace cinco años en esa instalación con las categorías 9-10 y 11-12 años. En total son alrededor de 26 promesas, que reciben clases de lunes a viernes de 2:00 a 4:00 p.m. y de 4:00 a 6:00 p.m, respectivamente.

“Cuando me retiré en el 2012, estuve un año de desentrenamiento deportivo y luego tuve la posibilidad de trabajar con el equipo nacional juvenil, incluso fui al mundial de ese año cinco chicas. Luego me alejé un tiempo del deporte hasta que empecé aquí con muchas dudas sobre cómo sería trabajar con niños.

“Hoy puedo decirte que es una experiencia bien bonita porque nosotros, que nos pasamos tanto tiempo en el alto rendimiento dando resultados y con tanta presión, a veces nos olvidamos de dónde salimos y el trabajo tan grande que hay que hacer en la base. Aquí es enseñar desde cero, pero se aprende muchísimo”.

Lupetey aprovecha para aflojarse el judoguis y no detiene su testimonio. “Lo más lindo es ver el avance semanal o en par de meses, eso es algo inexplicable. Y el judo que es un deporte complicado por los nombres de las técnicas, pero se logran cosas maravillosas cuando los motivas, aunque también cada vez son más difíciles las captaciones porque las nuevas tecnologías ocupan mucho el tiempo de ellos.

“Vamos a buscar talentos en las escuelas. Hay otros que llegan con sus padres porque le gusta el deporte, las artes marciales o porque saben que estoy aquí y vieron alguna competencia de judo en la televisión. Hemos logrado incluso motivarlos a través de la música, dado que el judo es de mucha coordinación. Le doy pasos de merengue, casino y hasta reguetón, pero así van aprendiendo lo que es el desplazamiento y algunas posturas”.

Imprescindible en el diálogo es la ayuda de los padres. Lupetey recuerda que, en sus inicios, allá en Moa, le dieron un kimono desde el primer día, algo que ahora no pasa. “En estos momentos los padres son un pilar importante. Nos ayudan cuando hay que arreglar el tatami, a pintar el gimnasio, a limpiar, a transportar a los muchachos a una competencia y por supuesto, asumen la compra de los judoguis. Se hace una relación bonita, que llegamos a ser familia. Eso nos ayuda y motiva a los niños.

 

 

“El año antepasado tuve la oportunidad de ir como entrenadora de La Habana a los Juegos Nacionales Escolares con la categoría 11-12. Tenía solo dos que sí eran de Arroyo Naranjo, más las niñas que no las dirigía yo, pero igual las cuidaba y atendía. Hicimos un concentrado y fue una súper experiencia de compañerismo, hermandad y todo se compartía. La mayoría está hoy en la EIDE y son parte de tu vida. Son los hijos que nunca piensas que vas a tener y te marcan para siempre”.

A pesar de las vivencias y anécdotas que acumula en la base, le pregunto si no lo gustaría ser entrenadora del equipo nacional, ese del que fue capitana por más de 10 años. Lupetey sonríe.

“Lo de trabajar allí puede ser, pero lo veo como parte del proceso. Es bonito transmitir experiencias a las nuevas generaciones. Cada vez que puedo paso por el Cerro Pelado y aporto lo que pueda. Doy ánimos a las chicas, les rectifico algunas técnicas, etcétera.

“Soy de las que paso bastante. Ese vínculo no lo he perdido, porque todavía ahí está Idalis como atleta y Yalennis Castillo e Ivis Dueñas como entrenadoras, y somos grandes amigas. Me gustaría ser entrenadora en el futuro, pero no es algo que me obsesiona. Con los niños veo el fruto de mi trabajo y me enorgullece saber que un alumno mío está en la EIDE y que quizás algún día pueda ganar algo en un mundial o juegos olímpicos. Si te soy sincera con mi trabajo, tengo que reconocer que no me esperaba esta medalla”.

Acerca del autor

Máster en Ciencias de la Comunicación. Subdirector Editorial del Periódico Trabajadores desde el 2019. Editor-jefe de la Redacción Deportiva desde 2007. Ha participado en coberturas periodísticas de Juegos Centroamericanos y del Caribe, Juegos Panamericanos, Juegos Olímpicos, Copa Intercontinental de Béisbol, Clásico Mundial de Béisbol, Campeonatos Mundiales de Judo, entre otras. Profesor del Instituto Internacional de Periodismo José Martí, en La Habana, Cuba.

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